Reportajes
José Manuel González Torga (17/9/2012)

Enrique de la Mata Gorostizaga con el autor de la entrevista
Enrique de la Mata Gorostizaga con el autor de la entrevista

En diciembre de 1981 se presentó a bombo y platillo, en la discoteca madrileña «Joy Eslava», la nueva programación de Radio Cadena Española (RCE), formada por 70 emisoras distribuidas por toda España.

Me correspondía cumplir el encargo profesional de dirigir y presentar, dentro de la parrilla establecida,  un espacio semanal  –«Primer Plano»– cuyo contenido  había de ser una entrevista de 30 minutos con sucesivos personajes de los campos más diversos.

Para el acto de presentación dialogué, durante el tiempo que me habían adjudicado,  con Enrique de la Mata, presidente de la Cruz Roja Internacional y de la Media Luna Roja. Abriría igualmente la serie a emitir, en la que iría entrevistando también, a través del tiempo, a figuras bien diversas, como el intelectual y político Pedro Sainz Rodríguez, el cineasta Manuel Mur Oti, el gestor deportivo Raimundo Saporta o la actriz Conchita Montes. Fueron radiadas, en año y pico, más de 50 entrevistas. Con la integración de Radio Cadena Española en Radio Nacional de España el archivo de la primera no sobrevive, al menos en buena parte.

Transcritas en su momento disponemos sólo de tres de aquellas entrevistas  para los lectores de espacioseuropeos: la de Enrique de la Mata, que irá a continuación y otras dos: con el investigador Faustino Cordón y con el sociólogo Juan Linz. Como documentos periodísticos, rescatados de las grabaciones, reviven elementos de una fase histórica largamente sacralizada; pero reexaminada hoy con ojos mucho más críticos.

Electores de 126 países
La emisión con De la Mata como interlocutor en «Primer Plano» quedó reflejada en el texto literal que sigue.

<<Comienza la andadura de nuestro programa – «Primer Plano» – con uno de los españoles más universales del momento: Enrique de la Mata Gorostizaga. Hace poco más de dos meses fue elegido, en Manila, presidente de la Cruz Roja Internacional. Votantes de ciento veintiséis países decidieron el resultado. A los 48 años, Enrique De la Mata, ocupa un lugar destacado, a escala mundial, en las alturas de una organización humanitaria por excelencia, de la organización de la neutralidad, de la mediación, de la ayuda a grupos humanos afectados por catástrofes. En su agenda figura el teléfono del presidente de Estados Unidos.

Todos conocemos el emblema y las actividades más próximas a nosotros que la Cruz Roja realiza; pero nadie, aquí y ahora, como Enrique de la Mata para contarnos, de primera mano, pormenores destacables.

– Díganos, presidente ¿cómo se contempla y se dirige la Cruz Roja mundial desde Ginebra?
– Bueno, mi experiencia todavía no es muy grande, porque apenas acaba de comenzar mi gestión presidencial. Pero, fundamentalmente, nosotros nos regimos por una estructura que tiene presidencia, vicepresidencias, secretaría general, el consejo ejecutivo y la asamblea general. El consejo ejecutivo se reúne dos o tres veces al año, salvo emergencias; y los despachos habituales se producen, o la marcha habitual se lleva, entre el presidente  y el secretario general. Esto es lo que podríamos llamar la estructura material u orgánica de la organización. Pero yo me figuro que a lo que se refiere su pregunta es a qué es lo que pasa y qué es lo que no pasa.

– Me refiero, sobre todo, a que el cúmulo de problemas que debe de arrojar sobre la mesa del presidente una organización de ámbito mundial debe de ser algo apabullante. ¿Cómo se seleccionan, cómo se valoran, cuáles pasan realmente al presidente de la Cruz Roja Internacional?
– Pues, por desgracia, muchos, y no digo por desgracia para el presidente, sino por desgracia para la sociedad que estamos viviendo. Eso quiere decir que, efectivamente, los puntos de conflicto están distribuidos por toda la geografía de la Tierra, y, por otra parte, que además no acaban nunca de solucionarse o de arreglarse. En este orden de cosas, nosotros tenemos delegados por todos los países, que suministran su información, hacen sus planteamientos, independientemente de las propias sociedades nacionales que también los ponen sobre la mesa. Y los estudiamos, vemos la manera en que se pueden  adoptar una serie de medidas, a veces de emergencia, como ha ocurrido recientemente con el caso de Polonia. En este caso ha habido que arbitrar una ayuda muy rápida, con la operación «Navidades para Polonia», cuyos ciudadanos soportan un periodo de aplicación de ley marcial.

Por otro lado, pues hay una serie de cuestiones que pasan por las lógicas tomas de contacto personal, con las partes interesadas en los conflictos o enfrentadas por conflictos. Hay que mantener contacto con los gobiernos, hay que mantener contacto, a veces,  con las organizaciones revolucionarias. Hay que mantener algunos contactos incluso con las organizaciones terroristas; todo aquello que, precisamente desde nuestra posición de neutralidad y de no enjuiciar las cosas como buenas o como malas, sino simplemente como peligrosas, dañinas o graves para las personas, nos permite hacer y nos obliga a hacer, evidentemente. Y esto, es una tarea muy importante, pienso yo; desde luego en cuanto a la cantidad, y confío que también en cuanto a la calidad, que, a través de la dedicación que muchos hombres en el mundo ofrecen a esta tarea, pues se pueda lograr reducir en algo el sufrimiento de muchas personas.

cruz-roja-internacional-y-media-luna-rojaTerrorismo y guerras
– Ha citado usted a los terroristas. Se habla de una internacional terrorista. Supongo que bastantes de nuestros oyentes se plantearán, en relación con este tema algunas preguntas. ¿Cómo es el diálogo con los terroristas? ¿Hay realmente un diálogo abierto, o hay un diálogo con unos encapuchados? ¿Cómo se mantienen estos contactos y qué efectos prácticos y reales se consiguen?
– Pues yo lamento, lamento no poder contestar abiertamente a sus preguntas, que comprendo perfectamente, pues tienen un interés de mucha actualidad para todo el público oyente. Pero una de las características de los trabajos de nuestra organización es precisamente la discreción y,  en ocasiones, el secreto; y, desde luego, la no revelación de fuentes que puedan suscitar compromisos o crear situaciones, en ocasiones, irreversibles. Y, lamentablemente, no le puedo dar demasiados detalles sobre estas preguntas  que me formula, porque no debo hacerlo. Y, consiguientemente, usted me disculpará que no lo haga.

– Pero ese dialogo existe, nos confirma que existe, que está en marcha y que algún resultado práctico sí que se obtiene
– Sí, sí, efectivamente sí. Se producen resultados  aunque no siempre. No siempre todos los que uno quisiera, ni muchísimo menos. Lo que yo no diría es que existe una internacional terrorista como estructura única, unitaria, sino que lo que existe es un terrorismo internacional, que es distinto; una manifestación internacional del terrorismo.

– Cambiemos de asunto. Sigue la guerra Irán-Irak, sigue la lucha, más o menos abierta y más o menos sangrienta, en países hermanos de Centroamérica. ¿Qué nos puede decir el señor De La Mata sobre estos dos escenarios de conflicto?
– Pues, en primer lugar, que efectivamente la guerra entre Irán e Irak, es una guerra declarada, que no tiene visos de terminar de manera inmediata, que está produciendo bajas, afortunadamente no excesivas para ser  un conflicto entre dos potencias, pero sí heridos y muertos, además de poblaciones civiles que están sufriendo las consecuencias de esta guerra. Que estamos actuando cerca, sobre todo  de los campos de prisioneros, y que estamos haciendo  todos los esfuerzos posibles para lograr algunas vías de entendimiento, aunque esto más que a nosotros, pues, lógicamente, va a corresponder en parte, a la comunidad de países árabes, el poder promover alguna vía de solución.

Por lo que respecta al tema de la violencia que existe en los países de Centroamérica, yo no podría añadir demasiadas cosas que no se conozcan ya, porque sobre la misma existe una fluida  y constante información que el público español, en fin, puede recibir todos los días en las emisiones de televisión, de radio y en las informaciones de periódicos. Entonces, lo que parece evidente es que, quizá, no sea difícil poder encontrar, en fecha no muy lejana, caminos de paz, si pudiéramos desligar la situación centroamericana o de países centroamericanos de intereses ajenos a los mismos. Es decir, Centroamérica es escenario de una confrontación de intereses supranacionales, opuestos, contradictorios, que están influyendo de una manera decisiva en el sufrimiento de los pueblos.

Por lo que respecta a las fuerzas nacionales propiamente dichas, o a los planteamientos nacionales, yo pienso que, quizá, pudieran hallarse caminos de solución y existe  un gran interés por parte de muchas organizaciones políticas y no políticas, como la nuestra, para que esto efectivamente se produzca. Y  mi esperanza es que 1982 nos proporcione alguna luz para aprovechar la existente oportunidad de corregir lo que objetivamente provoca esta situación de violencia, que es la indudable injusticia social, la estructura económico-social de los países. Eso motiva, como es lógico y natural, una justificada, a mi juicio, reacción, que se traslada a situaciones de violencia. Podría, repito, encontrar,  a lo largo de este año, caminos de mayor esperanza  que los que hasta ahora hemos tenido.

– Ha salido a relucir también, como es lógico, el tema de Polonia. Supone algo muy próximo a las 70 emisoras de Radio Cadena, que promocionaron el avituallamiento del tren de ayuda al pueblo polaco, enviado por  Cruz Roja Española. ¿Qué noticias nos puede dar sobre lo que ha representado ese tren?
– Pues ya he anticipado la rápida respuesta del pueblo español. También ha sido muy satisfactorio el  inmediato traslado que se ha podido realizar, entre otras cosas, gracias a los apoyos que hemos recibido  de dos empresas españolas muy importantes, como es la RENFE y como es TRASFESA, que han sido las que han hecho posible materialmente la formación y el traslado del convoy. Después ha habido que salvar una serie de objeciones burocráticas, administrativas, de permisos de circulación, etc. y, sobre todo, tener la garantía de que el tren iba a llegar a su destino y su destino era la Cruz Roja Polaca. Porque, en este aspecto, no queríamos que pudiera surgir la menor sospecha de defraudación, que muchas veces aflora en estos casos, de pensar que los donativos, en especie o en dinero, puedan distraerse de su normal aplicación humanitaria.

Entonces, el tren, efectivamente, ha llegado a su destino sin especiales dificultades. He recibido  la confirmación por parte de la Embajada de Polonia en Madrid, que me trasmitía un mensaje de la propia Cruz Roja Polaca, en el sentido de que, tal y como estaba previsto, se recibieron  los 700.000 kilos que transportaban los 28 vagones del convoy. Y que se han distribuido efectivamente a la población. Además espero tener una reunión con el propio presidente de la Cruz Roja Polaca, en Ginebra. Le he convocado y me ha dicho que podrá asistir y podremos analizar más detalladamente la situación.

Jefes de Estado y «mundócratas»
– Enrique de la Mata es ahora presidente de la Cruz Roja Internacional, pero antes ya había sido vicepresidente. ¿Con cuántos jefes de Estado y  de Gobierno  se ve un alto mandatario de la Cruz Roja Internacional?
– Pues depende de la  propia capacidad, de la dinámica de la persona. Normalmente, en fin, yo, en esta última etapa, como he visitado bastantes países, pues he tenido oportunidad de celebrar entrevistas con altas autoridades, en muchas ocasiones las primeras autoridades, es decir, los jefes de Estado de varios países. Y no sé cuantos habrán sido; serán treinta o treinta y cinco, algunos de los cuales ya no lo son. Es decir, que la vida va muy deprisa y, consiguientemente, espero mantener este ritmo de contactos, o incluso, incrementarlo en los próximos años.

torga– Se habla  de eurócratas como los funcionarios que rigen la Comunidad Económica Europea. ¿Se podría denominar «mundócratas» a los que están al frente de grandes organizaciones globales, de  las Naciones Unidas a la Cruz Roja Internacional, u otras,  que,  de alguna manera  participan del gobierno del mundo? ¿O le parece impertinente ese término?
– No, no me parece impertinente, sino muy exacto. Y, además, yo creo que es una gran verdad. Es decir, la Cruz Roja no deja de padecer los efectos negativos de la burocracia. La burocracia tiene toda clase de perspectivas y de resultados; es decir, es imprescindible, es necesaria, y puede ser, y de hecho lo es, muy eficaz; pero, al mismo tiempo, también tiene sus desventajas. Y es que todo sistema de administración, acaba un poco siguiendo las líneas que los propios protagonistas de esa administración van marcando. Y, de hecho, ha ocurrido así. Y creo que además es uno de los temas que la Cruz Roja tiene que tener la suficiente valentía para reconocerlo, planteárselo y dar las soluciones adecuadas, porque este es el riesgo de instituciones seculares, muy tradicionales,  que, en definitiva,  al final marcan una pauta y les cuesta mucho trabajo salirse de ella. Y esa pauta, de alguna manera, está bien interpretada por los propios funcionarios y esto es muy característico de todas las organizaciones  internacionales. Es decir, la burocracia internacional existe, tiene un peso específico muy significativo y, de alguna manera, condiciona mucho, o condiciona de una forma bastante importante las decisiones y actuaciones de las organizaciones internacionales. Eso, para mi, es evidente. No quiere decir que sea malo, sino que existe y que ocurre así>>.