julio-iglesias-canta-para-obiang-nguema1Guinea Ecuatorial
Abaha (15/10/2012)
Un mes de octubre plagado de acontecimientos para Teodoro Obiang Nguema, familia, y ´grupos de presión´ afectos a la nómina del dictador. Uno de esos eventos ha sido la firma de un acuerdo con la Santa Sede.  El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Agapito Mba Mokuy, en representación de la dictadura plantó su firma, y  por parte  del Vaticano lo hizo el Nuncio Apostólico, Piero Pioppo. Las firmas se plasmaron en la Basílica de la Inmaculada de Mongomo. Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, con la casi totalidad de los miembros de su gobierno asistieron a esa firma, en la que aparte de ese acuerdo habría, como es habitual, algún convoluto por medio. No podía faltar la curia de la ´sotana obianesca´, entre ellos el Arzobispo Ildefonso Obama Obono, el Obispo de Bata,  Juan Matogo Oyana y el de Ebebiyín, Juan Nsue Edajang.

Para rematar el «papelón» del Vaticano,  el Nuncio Piero Pioppo afirmó que las dos partes (Vaticano y gobierno de Guinea Ecuatorial) se «conocen y se aprecian, se apoyan y actúan siempre de manera libre y solidaria por el bien de los hombres, las mujeres, los niños y todos los grupos y asociaciones de las escuelas y otras instituciones educativas públicas y privadas».

Al escuchar esa vergonzosa lisonja, algunas personas (pocas) se dirigieron a los servicios de urinarios para vomitar.

Lo de Julio Iglesias no tiene nombre. Nosotros nos mostramos contrarios a su presencia en Malabo para arropar en momentos críticos a la dictadura. Pero, ya se sabe, los gastos de una familia muy numerosa son elevados, la casa de Miami destruida por la lume (lumbre en gallego), y, sobre todo, un jugoso  talón de muchos ceros, son argumentos poderosos para decir ¡Me va; me va…!

El concierto que ofreció-vendió Julio Iglesias en Malabo fue más que una vergüenza, fue pura y dura colaboración con el régimen guineano. No puede le cantante de La vida sigue igual justificar ahora que nadie le había advertido sobre los problemas de Obiang Nguema y su familia (su hijo ´Teodorín´)  con la justicia francesa, británica y estadounidense.

Para terminar con este asunto, deseamos encarecidamente a Julio Iglesias y familia que sean tan felices en el futuro como esos guineanos, a los que él alude, que ganan 350 euros al mes y tienen seguro médico. Pues, la verdad es que la mayoría ni gana eso ni tiene médicos ni medicinas. Tienen, eso sí, hambre de libertad, hambre de la de verdad, carencia de servicios sanitarios, desigualdades atroces y lamentan el apoyo de España a la dictadura.

¿Quién está detrás del negocio del truismo? Nos informan que la dictadura va a proceder a derribar -probablemente lo ha hecho ya-  la escuela que los colonos españoles construyeron en Annobón,  para levantar en su lugar un complejo hotelero. La dictadura amante con su pueblo, les va a montar a los escolares una tienda de campaña para que puedan seguir sus clases.

Nos informan que las medidas impuestas por la dictadura para asistir al desfile militar que se celebró en Mongomo, dentro de la larga lista de actos programados para el 12 de octubre, fueron draconianas y dignas de una dictadura acomplejada y llena de temores.

El ministro de Interior, por orden del de Defensa y de Seguridad, Teodoro Nguema Obiang ManguéTeodorín´), publicó una larguísima lista de normas para poder acceder a la parada militar de los gladiadores y custodios del régimen. Entre otras normas, no se podía asistir con teléfono móvil encendido, ni botellas de agua, ni paraguas. El miedo a un atentado o a un golpe de estado es más que evidente. El tigre olfatea el peligro, él sabe mucho de golpes, y trata de evitarlos.