Sede del FMI
Sede del FMI

Economía
Manuel Funes Robert (7/1/2013)
El FMI acaba de aceptar que se equivocó en su visión primaria de la austeridad, la palabra más repetida y más equivocada de todas las que circulan en el universo mundo. Es paradójico que el autor de las brutales políticas económicas que en los 80 arruinó a la mayor parte de los países latinoamericanos sea ahora el enemigo del ajuste.

Se trata de una receta contra natura y aunque creen que evitan el efecto negativo diciendo que hay que acompañarla de propuestas de crecimiento no se dan cuenta de que las dos ideas son incompatibles porque no hay austeridad sin reducir la demanda y la menor demanda siempre acaba en más paro. A un enfermo no se le puede administrar una medicación a la vez que se le retira.

Y esto que yo he afirmado en solitario durante décadas ahora lo confirma la experiencia del día a día. En cuanto a la entrevista televisiva  del rey, destaca por la cortedad del discurso, sobra una palabra a la que el rey no ha querido renunciar del todo: la austeridad. Pero cae en el mismo error de desear una cosa y la contraria al señalar en sus declaraciones un matiz que indica que también en su regia persona hay dudas, porque hay que mantener la austeridad acompañándola de medidas de crecimiento, que si son incompatibles por naturaleza convierten a la doble afirmación en mucho menos peligrosa que los que la formulan dando por supuesto una compatibilidad imposible, tanto a tenor con la razón como con la experiencia. Solo Cayo Lara y Llamazares articulan su discurso en el crecimiento sin matices y en las medidas de estimulo económico.

Crecimiento que no vendrá sin el concurso del BCE al que se tendrá que obligar a que haga su trabajo y que es el de garantizar y proporcionar la financiación a través de las instituciones financieras por un lado, y por otro comprando masivamente deuda soberana de los países endeudados con los mercados privados, arrebatándoles la adquisición de la misma. En definitiva, de detener el negocio privado que tanto coste económico y social  ha tenido en las economías del sur del euro.