Irak
espacioseuropeos.com (5/1/2013)
Un suicida mata a 27 personas y causa heridas de gravedad a casi un centenar, la mayoría chiítas, en una estación de autobuses en la ciudad iraquí de Mussayab. Miles de musulmanes se encontraban en la estación para regresar a sus casas tras haber asistido a los oficios religiosos del Arbain.
El Arbain, festividad religiosa vetada por el antiguo régimen, ha sido blanco en más de una ocasión de actos violentos desde la invasión del país por Estados Unidos. Un año después de la retirada, aunque no total, de las tropas estadounidenses, las tensiones entre comunidades religiosas son continuas y amenazan la estabilidad del país.
Desde hace unas dos semanas se vienen produciendo protestas contra el primer ministro Nuri Al-Maliki, chiita, al que acusan de os manifestantes acusan de estar bajo la influencia de Irán, gobernada por chiitas, y de marginar a los suníes que gobernaron Irak asta la caída de Sadam Hussein. En las manifestaciones han participado miles de manifestantes suníes. Las protestas se han centrado en la provincia de Anbar, fronteriza con Siria.
Una de las peticiones que exige la minoría suní a Maliki es que se deroguen las leyes anti terrorismo que han sido usadas por el Gobierno para organizar campañas de persecución contra ellos.
En la vecina Siria, grupos armados en su mayoría suníes luchan por derrocar al régimen de Bashar al-Assad, respaldado por Irán.
La mano del Consejo de Cooperación del Golfo, en manos de los poderosos Bahréin, Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, de tendencia suní, y bajo el auspicio de Estados Unidos, no está lejos de esas revueltas, enfrentamientos y actos violentos.
Por cierto, qué es lo que verdaderamente está haciendo en Qatar el ex ministro de Asuntos Exteriores de España, Miguel Ángel Moratinos, donde se dijo había sido contratado por el emirato que rige los destinos de ese país. Los medios de comunicación comentaron que iba a asesorar a la dinastía qatarí en un programa sobre alimentación, aunque ha ido con pasaporte diplomático español y no a título personal.
Un galimatías que cada vez está más claro.