Internacional
Manuel Funes Robert (18/2/2013)

Benedicto XVI
Benedicto XVI


En la inmensidad de comentarios a nivel mundial que ha producido el sorprendente cese de Benedicto XVI no he visto alusión alguna a uno de los grandes meritos de su corto pontificado, que ha sido el unirse a los dos últimos papas, en su condena a los abusos de la Iglesia centrándolos en la Santa Inquisición.

Ya en nuestro Lazarillo encontramos por azar un párrafo como este: «fue perseguido por hablar mal de la Inquisición siendo esta gente tan santa y tan buena como la justicia que administraban». Vino después la Revolución Francesa a sumarse a estas críticas en la voz de Voltaire, que en su obra «Los viajes de Escarmentado», refiriéndose al auto de fe en Sevilla de 1605 afirma con su habitual ironía «y después de unas devotísimas oraciones los quemaron vivos a fuego lento con lo que la familia real quedó muy edificada”.

Había sido instituida a finales del siglo XIII y duró hasta finales del siglo XIX con la breve interrupción en España del reinado de José Bonaparte. Nació para perseguir a la herejía albigense condenándola según palabras del papa, Sixto IV a acabar con ella por el fuego pero en la que no se cita la inclusión de las personas. Sus intérpretes eclesiásticos la interpretaron de esa manera. Tampoco condenaba a nadie a la muerte, limitándose la jerarquía católica fue incluir dicha pena en la legislación ordinaria con lo cual condenaban a muerte sin citarla remitiendo al reo al brazo secular.

En el auto de fe de 1559, el primer se hizo en Valladolid donde hoy está la estación de ferrocarril, quemaron a ocho, entre ellos al bachiller Herrezuelo y al doctor Cazalla, que había sido predicador de Carlos V, por entonces en Yuste, que animaba a su hijo Felipe II a extremar la dureza de su represión. Entre todos los papas, solo dos anteriores condenaron también, eso si, calificándolos de abusos aquellas practicas odiosas.

El todavía papa, ha intensificado la condena proclamando la apertura de todos los procesos, pero ha seguido manteniendo el carácter de abuso y este detalle al menos no lo hemos visto suficientemente comentado en los análisis públicos de estos días y tratándose de tres papas seguidos se puede ver en ello un giro histórico, todavía insuficiente, que se libera por fin con seis siglos de retraso de una de sus más negras paginas.