España
Diego Camacho (11/3/2013)Cospedal y Rajoy
Se ha cumplido el noveno aniversario del día más triste de nuestra historia reciente, 192 ciudadanos pagaron con sus vidas y otros miles con su sufrimiento, por el delirio terrorista y sin que hasta el momento sepamos a ciencia cierta los móviles del atentado. Sí constatamos nuestra gran vulnerabilidad, y ello gracias al indigno comportamiento del PP y del PSOE, más preocupados por las ventajas electorales que podían obtener que por gestionar la seguridad nacional.

La sorpresa surgió después de las últimas elecciones, cuando ambos partidos unieron sus esfuerzos en ocultar a la opinión pública la verdad y permitiendo que tanto en sede judicial como parlamentaria se oyeran un cúmulo de declaraciones falsas, así como la destrucción de pruebas vitales para la investigación, la fabricación de pruebas y todo tipo de irregularidades entre las que destaca la protección e impunidad que se otorgaba desde el gobierno socialista a los funcionarios “pillados” en el incumplimiento de sus misiones. La guinda fue el simulacro de juicio donde en base a la frase de la fiscal “¡Basta ya!. El explosivo fue GOMA–2 ECO” se condenó a Zougan a miles de años de cárcel gracias al testimonio amañado, por la policía, de dos rumanas.

El PP recordaba en Atocha y en el Hotel Ritz a las víctimas. En el primer escenario se valía del Requiem de Mozart y en el segundo de nuestro dinero para darse un homenaje con su líder en un desayuno multitudinario. Todo bastante obsceno, pues el principal deber de esos políticos era esclarecer lo acontecido y no derramar lágrimas de cocodrilo con un compás mozartiano.

En los aledaños del Ritz se manifestaban los damnificados de las “preferentes” de Bankia, indignados de ver a tanto político, de sobre, desayunar a su costa y con todo el descaro. Nada de un cafelito en la sede en vaso de papel, sino un buen desayuno en el mejor hotel de Madrid para afianzar lealtades a pesar de los 6 millones de parados. En las palabras de agradecimiento de la secretaria general del partido -a Mario Conde le hicieron parecidos homenajes antes de laminarlo- decía María Dolores que “siempre se había sentido muy apoyada por su partido y digo muy apoyada”. Que Santa Lucía le conserve el oído porque la vista es irrecuperable.

Es la hora de que los militantes y miembros del PP, sin sobre, tomen el mando en su organización. España está postrada por la corrupción de varios miles de políticos y lo importante en estos tiempos no es tener el apoyo de tu partido, sino contar con la confianza y el apoyo de los españoles. Deben anteponer el interés general a la mamandurria partidaria, y ustedes tienen la mayoría absoluta para intentarlo.