Sahara OccidentalSáhara Occidental /Estados Unidos
espacioseuropeos.com (15/4/2013)
Los nuevos cables liberados por Wikileaks relativos a documentos confidenciales de la diplomacia norteamericana, dejan en evidencia la batalla diplomática que se produjo para hacerse con el control del Sáhara y demuestran que Estados Unidos, lejos de mantenerse neutral como reconoce oficialmente, desestimó la opción de la independencia de los saharauis. En mayo de 1975, la embajada estadounidense alertó del «peligro» de un Sáhara libre que «desestabilizaría» a la región por la renuencia a aceptarlo por parte de Marruecos, desvela el diario Público haciéndose eco de la publicación de Wikileaks.

En otro cable de la época, el embajador en Madrid, Wells Stabler, reconoce que un Estado Saharaui tendría «viabilidad económica» pero utiliza el tema de la seguridad para decantarse por el control marroquí. Otros documentos desclasificados muestran que Estados Unidos preveía un posible ataque de Marruecos al Sáhara y que la monarquía alauita había preparado a sus fuerzas armadas por si «otras recientes estrategias fallaban». La publicación da detalles de la colaboración armamentística de Estados Unidos con Marruecos llegando a convertirse en su mayor suministrador de material bélico.

Siendo colonia española, el Sáhara formaba parte de un proceso descolonizador auspiciado por Naciones Unidas que quedó interrumpido en 1976 con el acuerdo tripartito de Madrid entre Marruecos, Mauritania y España. El 12 de enero, en la llamada «Operación Golondrina» se completó la evacuación civil del Sáhara con la que España salió definitivamente del territorio. Naciones Unidas no autorizó este acuerdo contrario al derecho internacional y prometió un referéndum de autodeterminación. Casi cuatro décadas después la consulta no ha tenido lugar.

En un número de la Revista Mundo Negro de la época, Gerardo González destaca que el problema del Sáhara es que en él hay dos aspectos claves: «el pueblo saharaui y el entramado geopolítico». «De día en día va acentuándose el segundo, en detrimento del primero. Y habrá que preguntarse hasta qué punto es honrado barajar soluciones en las que se ignoren de plano los intereses de los pobladores saharauis», escribió González que se preguntaba si tendrían que ser los saharauis los que «pagaran los platos rotos» del «desaguisado».

Kissinger y Juan Carlos
Kissinger y Juan Carlos

Hace 20 años, Naciones Unidas creó la misión de cascos azules MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental). Marruecos ha incumplido sistemáticamente las resoluciones de la ONU ante la «transigencia internacional», escribe Ana Camacho, en el número de septiembre de 2011 de nuestra revista. En el artículo, que repasa la violencia posterior al desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik, escribe: «Los saharauis se sienten engañados por las promesas con que la ONU les ofreció organizar el referéndum a cambio de que renunciasen a las armas. 20 años después ellos siguen esperando sin que la comunidad internacional haya movido un dedo para forzar al rey Mohamed VI a respetar el acuerdo. Su decepción está justificada ya que la presencia de los cascos azules ni siquiera ha servido para frenar las arbitrariedades de una ocupación que, como suele decir el ex embajador estadounidense y antiguo responsable de la MINURSO, Frank Ruddy, «nada tienen que envidiarle a los crímenes de los tiempos siniestros del apartheid en Sudáfrica».

N. de la R.
Esta noticia se publica con la autorización de Mundo Negro.