España
espacioseuropeos (20/5/2013)Ramón Tamames y la Reina Sofia
´El Confidencial´ ha publicado una entrevista con Ramón Tamames, ex miembro de la ejecutiva del Partido Comunista, además de catedrático, escritor, tertuliano y más cosas. En respuesta a una de las preguntas del entrevistador, Tamames le dice que se vio Copn el Rey en febrero de este año, que Juan Carlos le llamó –fue antes del accidente de Botsuana-, y que le encontró bien, “aunque un poco atemorizado por la situación, y preocupado; pero este hombre tiene siete vidas”. Como si fuera de su consejo asesor, Tamames dice que “Abdicar seria el reconocimiento de un fracaso, y no es para tanto: ha tenido unos tres o cuatro años muy agitados y con muchos errores, pero su reinado ha sido, en general, muy aceptable, y ha sido el primer rey absolutamente constitucional de España”.

La verdad es que después de conocer –parte- de las “actividades” de los Duques de Palma, a uno se le hace un tanto híspido eso de “aceptable” y del “primer rey absolutamente constitucional”.

A Zapatero le llama “iluminado rodeado de ineptos, que ha sido el peor Gobierno de España”. Cuenta Tamames una anécdota: “en un encuentro con ZP, al final de un acto europeísta en 2009, le propuse –dice Ramón Tamames– que al estar en minoría tenía que emular los Pactos de la Moncloa; pero me dijo: ´os equivocáis, somos los que mejor estamos y los que vamos a salir antes de la crisis´”.

Sale a relucir una conferencia que dio sobre el general Prim, al que considera el “mayor político del siglo XIX, que quiso apostar definitivamente por la soberanía nacional, y por eso le asesinaron: quería otra España con libertades, con orden y con integridad y quería la monarquía. Su gran error fue proclamar la república. En mi conferencia hablará con el señor Mas, cuya historia de Cataluña está llena de mentiras e imaginaciones, y le dirá: “Arturo estás equivocado, tienes que volver a leer”.

La guerra civil española la achaca el general Mola y Largo Caballero, que para Tamames son los “culpables”. Mola por la conjura contra la república, y Largo Caballero por creer que era el Lenin español y querer acabar con Azaña, al que consideraba el Kerenski de aquí. Franco fue un actor secundario en el comienzo de la guerra”.

Considera la “memoria histórica” –así la llamó Zapatero– como “el resurgir de las dos Españas. Y yo creo que ya tenemos bastantes complicaciones para buscarnos más…”.