Economía/África
Africaespacioseuropeos (15/6/2013)
Los recursos agrícolas, mineros y energéticos de África, podrían impulsar el crecimiento económico y proporcionar las bases para avanzar en el desarrollo humano, según el Informe Económico de África del 2013. El documento se elabora anualmente por el Banco Africano de Desarrollo, el Centro de Desarrollo de la OCDE, la Comisión Económica para África, y el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD).

Las perspectivas económicas para el continente en 2013 y 2014 son prometedoras, lo que confirma su capacidad de reacción a las amenazas internas y externas y su papel como polo de crecimiento en una economía en crisis. Se prevé que la economía africana crecerá un 4,8% en 2013, y podría aumentar a un 5,3% en 2014.

El informe muestra que este crecimiento ha convivido, eso sí, con una reducción de la pobreza insuficiente, un desempleo persistente, el aumento de las desigualdades y en algunos países, el deterioro de los niveles de salud y educación.

«Es el momento de acelerar el ritmo de la transformación económica, de manera que las economías africanas sean más competitivas y se creen más puestos de trabajo rentables», dijeron los autores del informe, añadiendo que la «ampliación de las fuentes de actividad económica es fundamental para afrontar el reto». El informe sostiene que los países africanos deben aprovechar su riqueza en recursos naturales para acelerar el ritmo de crecimiento y asegurar que el proceso beneficie a los africanos ordinarios.

Según el informe, se necesitan cuatro elementos claves para alcanzar los objetivos. En primer lugar, los países africanos deben crear las condiciones adecuadas para que la transformación tenga lugar, lo que incluye las infraestructuras, la educación, y la creación de mercados más grandes y competitivos. En segundo lugar, los sectores primarios requieren una gestión racional de la tierra, sistemas fiscales equilibrados y eficaces, y los mecanismos e incentivos adecuados para acelerar y diversificar las fuentes de crecimiento.

África tiene el 24% de la tierra agrícola del mundo pero solo produce el 9%. En tercer lugar, los gobiernos e inversores deben asegurarse de que una parte equitativa de los beneficios de los recursos naturales y las industrias extractivas deben repercutir en la sociedad: por ejemplo, hay que seguir invirtiendo en la capacitación de la gente para ocupar los nuevos trabajos en sectores prometedores. Por último, el informe sugiere que los países africanos deben promover el cambio y la diversificación económica de manera activa a través de correderos de desarrollo activos alrededor de la generación de energía, transporte y comunicaciones.

«El momento es ahora», dijo Mthuli Ncube, Jefe Economista y Vicepresidente del Banco Africano de Desarrollo. «Después de diez años de mayor estabilidad, políticas macroeconómicas sanas y florecientes vínculos comerciales, el crecimiento ha hecho que las naciones africanas sean más libres que nunca para elegir sus propios caminos de desarrollo e implementar políticas activas de transformación económica».

En última instancia, la transformación significa la creación de oportunidades para que las personas puedan encontrar puestos de trabajo, crear empresas e invertir en salud, educación y seguridad alimentaria. A su vez, unos niveles más altos de desarrollo humano para todos, incluidos los más vulnerables, pueden acelerar el ritmo de la transformación económica, dando lugar a un círculo virtuoso de crecimiento y desarrollo. Noticia de African Brain, basándose en un comunicado de prensa de la Comisión Económica para África.

Fuente: Mundo Negro.