Concilio Vaticano IIEspaña
espacioseuropeos (3/7/2013)
El Foro de Curas de Madrid presenta hoy en rueda de prensa el documento ´Reflexiones y toma de postura en torno al Vaticano II al cumplirse cincuenta años de su inauguración´.

La rueda de prensa tendrá lugar hoy a las 11 horas en el Centro Evangélico y Liberación sito en la calle Fernández de los Ríos, número 2, piso 6º, de Madrid.

La presentación de este documento se hace en el “particular momento que está viviendo la iglesia en estos días, con nuevo obispo en Roma, cese de la dirección del Banco Vaticano e inminente relevo en la diócesis de Madrid”, de acuerdo con la invitación que se ha hecho.

Por su interés recogemos una síntesis del documento del que hoy tendremos conocimiento:

REFLEXIONES Y TOMA DE POSTURA EN TORNO AL VATICANO II CUANDO SE CUMPLEN CINCUENTA AÑOS DE SU INAUGURACIÓN

Medio siglo después del comienzo del Concilio Vaticano II, transcurridos más de tres meses desde que la diócesis de Roma tiene un nuevo obispo y en vísperas del nombramiento en nuestra diócesis del sucesor de don Antonio María Rouco, los miembros del Foro «Curas de Madrid» hemos elaborado un importante documento a cuya presentación te invitamos.

Defendemos abiertamente que el espíritu de aggiornamento impulsado por el “papa bueno”c Juan XXIII, presente en gran parte de los documentos conciliares y frenado por Juan Pablo II y Benedicto XVI, debe ser urgentemente retomado por la Iglesia de hoy, al menos en los tres escenarios que señalamos a continuación.

1. En primer lugar en el relativo al mensaje que la Iglesia anuncia y al modo cómo lo hace. Creemos que ha de hacerlo con mayor humildad intelectual, despojándolo de aquello que lo aleja de lo que fue el espíritu cristiano al comienzo de la historia de la Iglesia y de lo que no puede ser sostenido como cierto y conveniente a la luz del saber que las diferentes ciencias han acumulado en los últimos siglos. Como fruto de este proceso, debería ser mucho más breve, articulado en torno a la fe en Jesús y a la fe de Jesús, y orientado a conseguir que las personas caminen por la vida con serena esperanza, con alegría y libertad moral, uniendo a esto el respeto a la dignidad de todas las personas y la ayuda a las más desfavorecidas, luchando para que desaparezcan o se aminoren las causas que les hacen sufrir.

2. En segundo lugar en el que tiene que ver con la propia organización y funcionamiento de la Iglesia. Pensamos que el abandono masivo de las nuevas generaciones y la pérdida de relevancia social de la Iglesia de hoy no se explica solo desde fuera como efectos de la secularización y la presencia de un laicismo agresivo o el relativismo moral consecuente. Como ya reconoció en su día el Vaticano II, existen poderosas causas internas que, con la inesperada llegada del papa Francisco, es urgente abordar como:

El abandono del patriarcalismo que causa una grave división en el cuerpo social de la Iglesia (entre hombres y mujeres, clérigos y laicos) y que está condicionando y vetando muchas de sus funciones en razón del sexo, la opción por el celibato o el matrimonio y la proclamación pública de la homosexualidad.

El nuevo estatuto del papado que, sobre su actual función jurídica y política, llegue a recuperar su dimensión simbólica de unión en la Iglesia. Entre otras cosas, esta recuperación conlleva la renuncia a la jefatura del Estado Vaticano y la supresión de las 175 nunciaturas o embajadas que lo asimilan a los más poderosos Jefes de Estado en el mundo.

Necesita la iglesia volver al espíritu del Evangelio en el ejercicio de la autoridad: contando con la sinodalidad de las iglesias locales y la corresponsabilidad de los obispos, elegidos directamente por las comunidades. Y es urgente la renovación radical de la Curia romana desde el IOR y el estamento cardenalicio hasta la Congregación para la Doctrina de la Fe.

3. En tercer lugar en el relativo al modo de actuar la Iglesia en la sociedad. Pensamos que hoy no puede seguir practicando hacia fuera de sí misma esos silencios políticamente calculados ni manteniendo su complicidad con un sistema y unas políticas que desertizan la tierra y condenan a la muerte prematura a la mayoría de sus habitantes. En este sentido apostamos

Por una economía al servicio de las personas: El papa Francisco habla del “fetichismo despiadado del dinero, de la dictadura de una economía sin objetivos humanos… ¡El dinero debe servir y no gobernar!”. La Iglesia no puede reducirse a una labor asistencial; ha de luchar por unas estructuras económicas en que todos los ciudadanos puedan vivir con dignidad.

Por una democracia real: que se concretará en derechos políticos, sociales y económicos para todos. El gobierno de los ciudadanos frente a la dictadura de las entidades financieras. Los derechos humanos son la forma como Dios quiere que se realicen sus derechos divinos.

Por una sociedad intercultural: Con nuestros hermanas y hermanos inmigrantes, con y sin papeles, de todas las culturas y religiones, queremos construir esta sociedad e Iglesia del siglo XXI en condiciones de igualdad.

Por una sociedad laica: Creemos llegado el momento de una separación efectiva entre la Iglesia y el Estado, renunciando a las plataformas del poder político o económico para evangelizar.