Soraya Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro
Soraya Sáenz de Santamaría y Cristóbal Montoro

Economía/España
Manuel Funes Robert (8/7/2013)
El médico y economista francés Clement Juglar fue el primer sabio que observó los ciclos económicos y los midió estadísticamente. Posteriormente profundizaron en este esquema Mitchell e incluso Keynes. Los ciclos económicos son pues, inexorables pues responden a una ley física.

La ley que cito tiene un cumplimiento natural y forzoso: si los precios suben mucho aumentan los que ofrecen y disminuyen los que compran con lo que el precio tiende a contenerse. El mismo fenómeno pero al revés cuando los precios bajan mucho. La disminución del paro en más de 100.000 personas es un hecho positivo. Insisto en que soy consciente que el empleo que se crea es precario, pero a la persona que desgraciadamente lleva tres años sin encontrar empleo, no se negará a aceptar una oferta que desafortunadamente estará regulada por la reforma laboral vigente.

Si a lo anterior le sumamos las reacciones positivas al mero anuncio de Dragh de que los tipos de interés seguirán igual y que incluso es posible que bajen en la UE, nos indica que sin que veamos muy clara la causa podemos estar viviendo el final -largo- de la época siniestra en la que nos movemos desde hace años.

Pero si admitimos la teoría del ciclo, que calificamos líneas arriba como inexorable, deberemos admitir que ninguna fuerza externa a los mercados puede influir en los mismos. A medias… Una política económica expansiva y keynesiana no puede por si misma detener la crisis o terminarla, pero si ayudar a que no vaya a peor. Ya se explicó en artículos anteriores el acierto expansivo de la obra sabia de Bernanke en la FED y su influencia en positiva en la crisis -el PIB  de EE UU es el 21% del mundial- .

De ahí no nos quede otro ámbito en el mundo de las ideas que ofrecer la alternativa expansiva que irrumpió en el mundo de las soluciones con los argumentos que durante años he mantenido yo en firme defensa y vigencia y que hoy alcanza al 100% de las opciones económicas y sindicales.

En ésta solo falta un detalle, no se trata de acudir siempre al BCE distinguiendo entre prestar y financiar: el BCE está para financiar, no para prestar pues lo que soluciona al entregar prestamos vuelve a aparecer tan pronto como éstos tengan que ser devueltos.