España
Diego Camacho (18/9/2013)Apertura Año Judicial 2013
El lunes pasado se abría el año judicial, y de manera sorprendente el Fiscal General del Estado centró su intervención en la corrupción y en la reforma “Gallardón”. El ministro de Justicia ha tenido un indudable mérito al conseguir aunar en su contra a jueces, fiscales y abogados al intentar dar con la nueva ley otra vuelta de tuerca que permita conseguir un mayor control del gobierno sobre el poder judicial. Su talante autoritario y antidemocrático ha quedado en evidencia; no cabe duda que Alonso_Martínez, en el siglo XIX, tuvo mejor conocimiento del significado y de la importancia que tiene la división de poderes para un sistema de monarquía parlamentaria.

Toda la pompa desplegada, los magistrados con sus togas, collares y puñetas, y el Rey como distraído, daban al conjunto un aire irreal y bastante estrambótico. Está bien que Torres Dulce se haya atrevido por una vez a salirse de lo políticamente correcto, pero al hablar de corrupción lo hacía como si el fenómeno fuera ajeno a los que allí escuchaban. Jueces y fiscales con su sometimiento al gobierno de turno han pervertido el Estado de Derecho en las instancias procesales superiores: los derechos de todos a cambio de sus miserables carreras.

La presidencia del acto encarnada por el Jefe del Estado era por su lado el paradigma de la corrupción, aunque en este caso no sea perseguible penalmente, por el blindaje que la Constitución otorga al Rey, en su caso es la pérdida del prestigio nacional a cambio de hacer lo que le da la real gana.

Esta pantomima ha coincidido con el juicio por el chivatazo en el Bar Faisán. Dos policías parecen dispuestos a seguir la doctrina BarrionuevoVera, sin importarles la mácula que dicha acción supone para la Policía Nacional, para salvar del banquillo a los que dieron la orden. Si no estuvieran protegiendo a sus superiores, estos no les hubieran protegido al estallar el escándalo. Se trata de cambiar protección por deshonor, aunque ese deshonor alcance a sus compañeros y afecte gravemente a la Seguridad Nacional. ¿Qué decir de la cobardía de sus mentores?, ahí siguen en el Congreso de los Diputados.

También hemos conocido estos días el fervor de la familia PujolFerrusola por las transferencias bancarias desde paraísos fiscales con dinero obtenido nadie sabe cómo, gracias a la colaboración que tienen de la Agencia Tributaria. Visto su éxito financiero no es de extrañar que sus seguidores vayan en aumento, la pela es la pela y el 3,5% o el Palau bien valen una estelada.

Voy a detener la lista pues al ser la corrupción un fenómeno sistémico o nos rebelamos o no tenemos solución, esos magistrados con sus ropones no van a solucionar un problema del que son los principales causantes por su connivencia con la corrupción. Ellos están en la operación del borrón y cuenta nueva, es decir en lo mismo que se gesta en Génova y Ferraz con la bendición, no militar por supuesto, de la Zarzuela.

N. de la R.
El autor es Coronel del Ejército español,  historiador y escritor.