Estados Unidos
The Lancet (19/10/2013)Estados Unidos la sanidad en la cuerda floja
En el precipicio de un cierre del gobierno -el primero desde 1996, durante la administración Clinton-pende de la cuerda floja el destino del sistema de salud en los EE UU. El 1 de octubre 2013, como parte de la aplicación de la asediada Ley de Asistencia Asequible y Protección del Paciente (ACA) -la amplia reforma de la sanidad a menudo conocida como «Obamacare»-, era la fecha de lanzamiento del mercado de seguros de salud, la contribución legislativa de la ley. Ese día, todos los 50 estados tenían que tener listos los mecanismos de los seguros de salud para que los consumidores pudiesen acogerse. En los días previos a la fecha límite, que también coincide con el final del año fiscal 2013, el Congreso se ha visto envuelto en una feroz batalla por el presupuesto federal, con el ACA en el meollo del conflicto.

A cambio de la aprobación de una ley de financiación del gobierno que eleve el techo de la deuda, los republicanos en la Cámara de Representantes exigen dos modificaciones importantes: la derogación de un impuesto sobre los productos sanitarios y posponer la aplicación del ACA un año. El Senado se negó, comprometiéndose a no aceptar un proyecto de ley con estipulaciones anti-Obamacare. El proyecto de ley ha ido de una cámara a otra y, sin una resolución, el gobierno federal se ha visto obligada a cerrar.

El presidente Obama ha prometido que a pesar del cierre, las bolsas de seguros médicos se abren, pero los retrasos son inevitables. Los servicios para las pequeñas empresas y en español, por ejemplo, no van a entrar en servicio hasta por lo menos dentro de un mes. Por otra parte, el cronograma planificado para la aplicación del propio ACA también tiene problemas. Aunque los mecanismos de inscripción deben comenzar este año, los límites para los pagos directos de las prestaciones no entrarán en vigor hasta 2014- permitiendo durante todo un año que los consumidores tengan que hacer frente a una posible espiral creciente de costes. Los recortes previstos a Medicare Advantage (aproximadamente 500 millones de dólares), un partenariado público-privada del que dependen la mayoría de los estadounidenses mayores de 65 años se han ido retrasado desde 2012 sin un que sea previsible cuando tengan lugar. Sin embargo, la financiación de la expansión de Medicaid, el programa de cobertura de salud que es el eje del plan para subvencionar a la mayor parte de los 41 millones de estadounidenses sin seguro, depende de que se le transfieran fondos de Medicare. Aunque sea posible superar estos obstáculos, es probable que el enrarecido clima político y la polarización ideológica provoquen otros problemas imprevistos y cambios de cronograma que dificulten su aplicación con éxito.

Barack-ObamaMás allá de los grandes pulsos políticos, ¿hay alguna evidencia que permita juzgar la aplicación inicial del ACA? Como componente operativo del ACA, el concepto de mercado de los seguros sanitarios fue diseñado para incorporar dos características fundamentales: hacer más fácil la compra de cobertura sanitaria centralizando el proceso y hacerlo más accesible económicamente al forzar la competencia entre proveedores de manera que ofrezcan el espectro de servicios más amplio al menor coste. Hasta el momento, sus detractores afirman que es un fracaso, citando la reticencia de los empresarios a proporcionar la cobertura obligatoria y aumentos importantes de las primas de salud en algunos estados. Los nuevos datos publicados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos revelan una imagen menos pesimista, aunque más compleja. En el análisis más completo hasta la fecha, los datos de 36 estados sugieren que el número de proveedores de seguros varía mucho entre los Estados, de uno solo hasta más de diez. La noticia positiva es que la competencia si reduce los costes. Cuanto mayor sea el número de proveedores, menor es la prima media -lo que significa que al menos uno de los objetivos del mercado de seguros sanitarios se está logrando. Mientras los equipos en todo el país apuran los preparativos del mecanismo en cada estado para que este listo la fecha límite, no hay certeza alguna de que, una vez en funcionamiento, el mercado de seguros sanitarios facilite la compra de pólizas a los consumidores. Con el abanico de niveles de cobertura, planes y primas – diferentes de un estado a otro- -las personas que reúnan los requisitos tendrán una considerable cantidad de trabajo para decidir cual es la mejor opción. Los operadores no tendrán más remedio que hacer un seguimiento permanente para verificar la información y ajustar con precisión la compra de las pólizas después del llamado “lanzamiento suave” del sistema en cada estado.

Lo que está claro es que, incluso en condiciones óptimas, el mercado de seguros de salud es un trabajo no acabado, que implica el compromiso de miles de funcionarios públicos, administradores, consultores, programadores y, en última instancia, los consumidores. El destripe del ACA y el bloqueo de los mecanismos del mercado de seguros sanitarios en los estados, como parte de arriesgadas maniobras para obtener concesiones políticas, es un ataque irresponsable y miope contra la defensa de la salud y el bienestar de los estadounidenses. Independientemente del cumplimiento de los plazos arbitrarios, los esfuerzos de estos individuos convergen en el objetivo fundamental de desmontar el sistema de salud de los EE.UU.. La reforma sanitaria es un proceso que debe comenzar en alguna parte y se adaptará y evolucionará con el tiempo. El ACA ofrece ese punto de partida: no debe haber vuelta atrás.

Para más información sobre Obamacare ver http://www.thelancet.com/lancet-news-audio/
Para más información sobre las primas de mercado de seguros de salud para 2014 véase http://aspe.hhs.gov/health/reports/2013/Marketplace%20Premiums/datasheet_home.cfm

 N. de la R.
The Lancet es una reconocida revista médica publicada en el Reino Unido.

Traducción para www.sinpermiso.info: Enrique García

Este artículo se edita con la autorización de SinPermiso.