Bolivia
Andrés Soliz Rada (15/12/2013)Andrés Soliz Rada
En un salón del Complejo Histórico Cultural “La Manzana de las Luces”, de la ciudad de Buenos Aires, fue presentado, el 05-XII pasado, el  libro de mi autoría “La Luz en el Túnel: Las lides ideológicas de la Izquierda Nacional boliviana”. Hablaron en el evento el diputado peronista y profesor de historia, Mario Oporto, el geopolítico Miguel Ángel Barrios, el director de la editorial “Publicaciones del Sur, Néstor Gorojovsy, y el autor de la obra. El texto, prologado por Roberto Ferrero y Eduardo Paz Rada, resume las confrontaciones de la Izquierda Nacional (IN) en las últimas cuatro décadas.

Al sostener que la contradicción fundamental opera entre el imperialismo y la nación oprimida, la obra postula la defensa de los recursos humanos, la industrialización de Bolivia, la soberanía nacional y la unidad de América Latina. Sus planteamientos están presentes en la Tesis Política de los Periodistas, aprobada en su Cuarto Congreso, reunido en Cochabamba, que determinó apoyar la Nacionalización de la Gulf, del 17-10-70, decretada por el gobierno del general Alfredo Ovando,  así como la instalación de los hornos de fundición de estaño. Los mismos lineamientos emergen en la fundación de Conciencia de Patria (CONDEPA), en 1988, concentrados en “El Libro del Modelo Endógeno”. CONDEPA, fundada por Carlos Palenque, logró, por primera vez en la historia patria  que una mujer de pollera, Remedios Loza, llegara al Parlamento, lo que constituyó valioso antecedente de los cambios políticos y culturales del presente. También marcó su presencia en la tercera nacionalización del gas y del petróleo, decretada por Evo Morales, al ocupar el Ministerio de Hidrocarburos entre enero y julio de 2006.

Sus cimientos ideológicos se hallan en el pensamiento de Simón Bolivar y Simón Rodríguez, en la “Generación el 900” (Manuel Ugarte, Enrique Rodó, José Vasconcelos, Franz Tamayo y otros), en Víctor Raúl Haya de la Torre y, sobre todo, en Jorge Abelardo Ramos, autor de un “Marxismo para Latinoamericanos”, que demanda pensar con cabeza propia y no con recetas de los centros de poder mundial. Asimismo, hace suyos los aportes de Carlos Montenegro, Augusto Céspedes y Sergio Almaraz. Adolfo Perelman fue el nexo entre la IN argentina y la boliviana, quien remarcó que el socialismo en la Patria Grande provendrá de la profundización de los movimientos nacionales, como el peronismo, el aprismo y el “emenerre”, y no de su negación, como cree la izquierda dogmática.

El respaldo a la nacionalización de 1969, hizo que la  IN polemizara con el Partido Obrero Revolucionario (POR), de Guillermo Lora, quien, en coincidencia con la Embajada de EEUU, llamara a derrocar a Ovando por no instaurar la dictadura del proletariado. Juan Lechín, a la cabeza de la Central Obrera Boliviana (COB), se identificó con el POR.  La IN calificó de errónea la teoría del foquismo, cuya expresión más trágica fue la guerrilla de Teoponte  Durante el gobierno de la Unidad Democrática y Popular (UDP), de Hernán Siles Zuazo, al que apoyó críticamente, la IN marcó sus diferencias con el  Partido Comunista (PC), dependiente de Moscú, y con la social democracia del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR).

En el último lustro, la IN combatió el separatismo de la “Nación Camba” y al indigenismo pachamámico, que, gracias a influyentes ONGs, incorporó en la Nueva Constitución a 36 inexistentes naciones indígenas. El censo de 2012, en el que el 60 % de la población boliviana se declaró mestiza, aunque de manera indirecta, puso fin a la controversia. La IN asume la defensa de lo indo mestizo y de nuestras culturas ancestrales. En la perspectiva histórica, la IN defiende la instauración de la Nación Sudamericana, como paso previo a la instauración de la Patria Grande latinoamericana, en cuya construcción se irá forjando un socialismo pergeñado por nosotros mismos.