Libia
espacioseuropeos (5/5/2014)gadafi-foto-de-ntn241
Desde que las potencias occidentales derribaron al régimen de Muamar El Gadafi, acabando cruelmente con el dirigente libio, destruyendo el país, sembrando la desolación y provocando una guerra de dejó decenas de miles de muertos, Libia no ha levantado cabeza. Su industria ha quedado destruida y sustituida por los atacantes; además, el petróleo y otros hidrocarburos se encuentran en manos extranjeras.

Por si fuera poco, el nombramiento de Ahmed Miitig como primer ministro ha sido la causa del aumento del caos político en el que se encuentra inmerso el país. El mismo vicepresidente del Parlamento, Ezzedin El Awami, declaraba que la elección de Miitig debía considerarse “nula y no debe considerarse válida”. De hecho, El Awami ordenó a Abdullah Al Thinni, actual primer ministro –todavía en el cargo- que

permanezca en su puesto. El resultado es que en la práctica hay dos gobiernos paralelos.

La agencia MIsna recoge que el Vicepresidente del Parlamento se ha dirigido por carta al Congreso General (Parlamento), aclarando que el designado, Miitig, “habría obtenido 113 votos, y no habría logrado los 120 votos necesarios para resultar elegido”.

Analistas políticos, expertos en la zona, no tienen claro las consecuencias que se puedan derivar “de la toma de posición del vicepresidente del Parlamento, que ya ha sido rechazada por numerosos diputados”. Entre tanto, Miitig –que ya ha prestado juramento- dispone de “dos semanas para formar su equipo de gobierno”.