González, Rajoy, el ex rey de España, Zapatero y Aznar, los "hacedores" de la España actual
González, Rajoy, el ex rey de España, Zapatero y Aznar, los «hacedores» de la España actual

España
Javier Martínez (8/6/2014)
Según la última Encuesta de Población Activa (EPA) son cinco millones de españoles los que viven expulsados del sistema, pertenecientes a casi dos millones de familias en las que todos sus miembros están en paro. Cinco millones de personas afectadas por la exclusión social y la pobreza, según el Informe Foessa. De entre ellos, los parados de larga duración suman ya 2.975.000 personas, cinco veces más que en 2007.

Además, a todo esto hay que sumar que por casa puesto de trabajo disponible hay 110 parados aspirantes al empleo, con la consiguiente reducción de salarios y degradación creciente de las condiciones laborales, cada vez más nefastas y esclavistas; recordemos, por ejemplo, el caso reciente de la degradante, humillante y delictiva selección de personal del caso Clío Almansa, donde los seleccionadores tiraron al suelo un billete de 50 euros para que el primer solicitante que lo “pillara” sería el candidato seleccionado y formaría parte de su sueldo. El resultado fue una joven de 25 años que sufrió lesiones en la columna.

¡Qué bien está funcionando la reforma laboral de 2012! Aparte del incremento de despidos en los empleos indefinidos, el aumento de los Eres pasaron de 21.168 en 2011 a 35.521 en 2012 y siguen aumentando. Los despidos más baratos, el empleo más precario, los contratos involuntarios a tiempo parcial pero con prolongación de jornadas obligatorias que no se pagan, son la tónica general.

Sueldos entre 400 y 600 euros, inferiores al salario mínimo español de 645 euros, uno de los más bajos de toda la UE.

Los contratos temporales, concatenados, fraudulentos, hacen de España el segundo país de la UE  con la tasa de temporalidad más elevada.

A los cinco millones de españoles desempleados hay que añadir que gran parte de los empleados cobran salarios de miseria y se unen, a pesar de tener trabajo, al colectivo de la pobreza social en aumento. Según el INE, el 13,4% de los empleados se encuentran por debajo del nivel de pobreza.

El incremento de los llamados “trabajadores pobres” ha sido de un 20% desde el 2007.

Y ante todo este horror, ¿cómo responde el PP, su socio bipartidista PSOE y sus aliados nacionalistas?

El PP se escuda en una tímida recuperación económica y tras el anuncio del BCE de drenar algo de liquidez al sistema, nos salen con el “Plan de medidas para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia”.

El paro y la pobreza en aumento no existen para ellos o no son sus asuntos prioritarios.

Sí lo son, por ejemplo, rebajar las comisiones de intercambio aplicables a los comercios por compras con tarjetas: Del 0,8% actual al 0,3% en las tarjetas de crédito y 0,2% en las tarjetas de débito; que si plan Pive para vender más coches; que si la miseria de 350 millones de euros para la eficiencia energética y rehabilitar hospitales, hoteles o residencias, mejorar equipos industriales y maquinaria agrícola, cantidad claramente insuficiente para tantos fines propuestos; 1.000 millones  para infraestructuras y  25.000 millones para 2015 en líneas ICO. Comparemos esas cifras con las del fraude y la corrupción.

Y  así este gobierno va preparando otra rebaja del impuesto de sociedades y quién sabe si otro aumento de los impuestos indirectos como el IVA, mientras las SICAV tributan al 1%, las SOCIMIS al 0% y las cuentas en Suiza.

Todo ello con un fraude fiscal que según el Informe Gestha se cifraba en 80.000 millones hace dos años, pero ya sabemos que fraude y corrupción son compañeros de cama.

Mientras tanto tras el varapalo al bipartidismo de las elecciones del 25M,  con el 54,16% de abstención y con sólo el 49,06% de los votos para la suma del PP-PSOE y el próximo cierre del sumario del ‘caso NOOS’, con Urdangarin en Ginebra y la continuación del ‘caso Gürtel’, nos salen con la abdicación real y el consenso para que nada se mueva.

La ceguera del establishment del consenso es el reflejo de su abotargamiento y decadencia irreversible.