Internacional
Miguel Ángel Barrios (23/6/2014)
Hemos dicho en diversas oportunidades, que la novedad de la política mundial consiste en su desoccidentalizaciôn a nivel global y a la emergencia de un sistema mundo multipolar. Y que por lo tanto, aquellos poderes que posean un alcance geográfico continental con la dimensión política, económica, científica-tecnológica, militar y cultural, o sea Estados continentales industriales, únicamente podrán tener soberanía, como capacidad de autonomía posible en un mundo interdependiente y asimétrico. Y cuando hablamos de Estados continentales industriales nos referimos a los EE.UU, Rusia, China e India. Europa es una incógnita, América Latina y el Caribe una posibilidad y la civilización islámica se halla en fuerte ebullición, con un Estado regional que se proyecta que es Irán.
Por eso, los acontecimientos que están ocurriendo en Irak nos deben obligar a ir aún más allá de las categorías conceptuales de las relaciones internacionales, de fuerte raíz anglosajona, con las que frecuentemente se analiza el sistema-mundo y remontarnos a la geopolítica, situados desde Nuestra América. Porque de lo contrario, repetimos mecánicamente y no se logra entender muy bien.
De golpe, Irán pasa a ser aliado de los EE.UU en Irak en la cuestión del «terrorismo», por el otro lado son a estos mismos sectores terroristas que EE.UU. y Occidente apoyan en el genocidio en Siria y, de un día para otro, se desploma el ejército iraquí del cual EE. UU. decía que aseguraba la protección de Irak. Es un rompecabezas difícil de entender y más de repetir, aunque se repitan en los medios de desinformación.
Por eso, es necesario recurrir a la geopolítica, como análisis de los flujos de poderes en el espacio en la historia. Y desde una cultura estratégica situada en América Latina y el Caribe. Porque no existe una geopolítica general sino geopolíticas en particular.
Y es, más que imprescindible, ubicar los acontecimientos desde nosotros.
Se han planteado, para el analista Sadolaa Zarei, diversas teorías interpretativas, que nos sirven como marco de referencia:
1. Para algunos, las raíces del conflicto son internas, y, luego de las elecciones, se está intentando separar las 3 provincias de mayoría suní del país árabe a través del grupo terrorista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL).
2. Otra teoría sostiene que estos enfrentamientos del oeste de Irak tiene orígenes regionales. Esta teoría indica que estas luchas son resultados de las acciones comunes de Arabia Saudita, Turquía, Jordania, Qatar e Israel a fin de impedir que Irak realice una alianza sólida con Irán.
3. Otra teoría sostiene que estos enfrentamientos son de índole internacional y continúan el conflicto entre EE.UU y la resistencia, por un lado, y el conflicto entre EE.UU y Rusia, por otro lado. En la actualidad, se pueden ver estos conflictos en Siria y Ucrania.
4. Otros sostienen que la actual crisis de Irak es una «crisis combinada”, es decir el resultado de variables internas, regionales e internacionales.
Nos parece sumamente útil, no perder de vista, ninguna de estos cuatro puntos, porque nos permiten un análisis en el que no se nos escape elementos y solo la geopolítica nos brinda esas herramientas.
N. de la R.
Miguel Ángel Barrios (Argentina) es doctor en Educación y en Ciencia Política, y ator de reconocidas obras sobre América Latina.
Este artículo se publica con la autorización de alainet.