El JuevesEspaña
espacioseuropeos (7/7/2014)
La revista satírica Mongolia ha publicado un numero especial de verano, provocativo como todos los demás, en el que bajo el titular de “Felipe y su abuelo se van a la playa”, aparecen el rey Felipe VI paseandopor la playa al lado del general Franco, los dos desnudos con un helado en la mano.

En uno de los párrafos de ese texto, ya en páginas interiores, se puede leer: “España se va de vacaciones. Si el desempleado, el obrero, el funcionario y los miembros de Mongolia tenemos derecho a nuestro merecido descanso, ¿cómo no lo va a tener el primero de los españoles que está mucho más preparado que todos los nosotros juntos? Felipe VI, después del ajetreo de la coronación y visitar al Papa, se ha tomado unos días de vacaciones junto al hombre al que él y su padre todo se lo deben, Francisco Franco, con el que pasea por la playa durante una hermosa y romántica puesta de sol”.

En su número de verano, ‘Mongolia’ lanza a sus nuevos dibujantes, que antes lo eran de ‘El Jueves’, y que dimitieron tras la portada que censuró la publicación. Los dibujantes que ha contratado ‘Mongolia’ son Manel Fontdevila, Albert Monteys, Paco Alcázar y Bernardo Vergara.

Unos días antes de que se aprobara la ley de abdicación de Juan Carlos I, y sin que se sepa con exactitud las causa que acontecieron, la revista ‘El Jueves’ cambió la portada de ese número que estaba dedicada a la Monarquía por otra en la que aparecía Pablo Iglesias, líder de Podemos.Mongolia

La portada censurada presentaba al rey Juan Carlos conuna pinza en la nariz y colocándole una corona sucia y llena de moscas al príncipe Felipe.

RBA, la editora de la revista ‘El Jueves’ decidió la destrucción de 60.000 ejemplares que estaban impresos, hecho que denunciaron públicamente los dibujantes y trabajadores de la revista satírica. La portada, como decimos, se sustituyó a toda prosa por otra en la que está Pablo Iglesias con la mano en el pecho, presidido por este titular: “Ha nacido Una Estrella”.

La decisión de retirar una portada y sustituirla por otra no fue casual, ni llovida del cielo. Alguien tuvo que “recomendar” a los editores que la quitaran. ¿Quién? No es muy difícil deducirlo.