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espacioseuropeos (23/8/2014)
No hay duda que el expansionismo y crecimiento económico de China preocupa seriamente a Estados Unidos que ve como el gigante asiático le come terreno en África e Iberoamérica, por no mencionar otras partes del mundo. La respuesta de Estados Unidos, de momento, es la de tratar de cercar a China en su propio entorno. Así, esta semana John Kerry, secretario de Estado USA y la ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Julie Bishop, han firmado en Sidney (Australia) un acuerdo de “posicionamiento de fuerzas entre Australia y Estados Unidos”. Con este motivo, los dodos, Obama, s anteriores más el secretario de Defensa Chuck Hagel, y el de Australia David Johnston han elaborado y firmado el documento titulado “Alianza con Estados Unidos es un impulso para Asia”.

Tras reconocer que Asia emerge, es la zona de crecimiento económico más rápido en el mundo, con una clase media en aumento, está cambiando al mundo, los miembros de la AUSMIN se han reunido “para firmar un acuerdo trascendental entre nuestros gobiernos, que aportará una política y un marco legal, así como los principios para compartir costos, en apoyo de la continua aplicación de las iniciativas de posicionamiento de fuerzas de Estados Unidos así como para tratar sobre nuevas oportunidades de cooperación”.

Los dos países miembros del Imperio Anglosajón, junto a Reino Unido, Canadá y Nueva Zelanda, firman ese documento reconociendo –al menos así figura- que “Estados Unidos ha sido decisivo para el éxito de la región y Australia apoya firmemente el compromiso diverso y multidimensional de Estados Unidos”.

La firmeza de los lazos entre Australia y Estados Unidos es un importante pilar en ese compromiso: “Nuestra relación económica es profunda, con altos niveles de inversiones cruzadas y un comercio bilateral vigoroso facilitado por el acuerdo de libre comercio entre Australia y Estados Unidos. Duplicaremos nuestros esfuerzos para consolidar un acuerdo de Asociación Transpacífico integral y de alta calidad. Esto permitirá la integración económica regional a una mayor escala, lo que acabara con las barreras al comercio que impiden el libre cambio y el empresariado”.

Esta renovada alianza se prepara para la cumbre del G-20, pero antes se comprometen a trabajar juntos para “hacer que produzca resultados tangibles que creen puestos de trabajo y un crecimiento global fuerte, sostenible y equilibrado”.

Pero junto a ese crecimiento global se sitúa el posicionamiento de “fuerzas de Estados Unidos en Australia profundizarán nuestra relación. En particular la rotación de la Infantería de Marina de Estados Unidos en Darwin y el aumento de aeronaves de la Fuerza Aérea de Estados Unidos representan el próximo capítulo de la cooperación en materia de defensa”.

Los dos países, Australia y Estados Unidos –como afirma el documento- luchan por un “mundo libre, pacífico y próspero. Hoy reiteramos nuestra confianza en que esa continua relación será una fuerza de bien para las regiones de Asia y el Pacífico y del océano Índico, y para el mundo”.

Pero por encima de ese discurso, está el tratar de cercar a China, “reequilibrando” la política estadounidense en Asia, estrechando lazos con los aliados en la zona, más presencia militar y “ayudar” en todo lo posible a que los conflictos latentes en la zona no se vean apagados por falta del apoyo de Estados Unidos a sus aliados asiáticos.