Elena valenciano
Elena valenciano

España
David Bollero (3/9/2014
Hace días que el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tomó la decisión de apartar a Elena Valenciano de su papel como portavoz del partido en el Parlamento Europeo. Al parecer, fue la propia Valenciano la que puso a disposición de Sánchez su cargo cuando aquél salió elegido en sustitución de Alfredo Pérez Rubalcaba.

Tras ser remplazada de una de las funciones para las que fue elegida e hizo campaña la que fuera número dos del partido en la era Rubalcaba, surgieron voces que reclamaron su dimisión apelando a una cuestión de dignidad y coherencia política.

Ilusos aquellos que se imaginaron por un momento que Valenciano, aunque fuera la que puso su cargo a disposición de su nuevo jefe, dimitiría. ¿Acaso no ha sido nombrada este mismo verano presidenta de la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo después de que alabara años atrás los avances democráticos del dictador Obiang? En política, estamos harto de verlo, hay extraños compañeros de viaje…

El resumen de que Sánchez retirara su confianza a Valenciano y ésta se aferre al cargo es que “el PSOE está unido”. Poco antes, se había dado la circunstancia de que el nuevo secretario general, tal y como había prometido durante su campaña, invitó a sus rivales a formar parte de su ejecutiva. El primero en decir que ni hablar del peluquín fue el que se había postulado como el único capaz de hacerle sombra: Eduardo Madina.

Pero, ya saben, “el PSOE está unido”.

Cualquiera desde fuera puede decir sin temor a equivocarse que el PSOE está tan unido internamente como externamente con su electorado. ¿En qué me baso para tal afirmación? Sencillo. Si nos remontamos al pasado mes de noviembre, cuando Rubalcaba cerraba orgulloso la Conferencia Política, veremos que el mensaje a transmitir (con ese dudoso ingenio de marketing político que caracteriza a las formaciones del bipartidismo) era “el PSOE ha vuelto”. ¿Dónde se había ido? ¿Quizás a la derecha?

Quizás volvió, no lo sé, pero si algo demostraron las Elecciones Europeas es que entremedias se perdió de nuevo. Algo sucedió por el camino para que el PSOE encajara otra dolorosa derrota electoral. Ahora, cuando algunas encuestas aseguran que Podemos se encuentra a un punto en intención de voto del PSOE, Pedro Sánchez anuncia que celebrará asambleas ciudadanas –un poco más y se deja crecer coleta- para saber qué quiere la gente del PSOE. ¿Qué se ha hecho hasta ahora desde que en mayo de 2011 quedara más que patente que la ciudadanía había dado la espalda al partido socialista?

¿Por qué seguimos, no sólo sin escuchar ningún atisbo de autocrítica por parte de los dirigentes socialistas sino que, además, tiran balones fuera y transmiten una imagen de unidad que no se la cree ni el más abyecto militante del partido?

El PSOE estará unido pero, o mucho cambian las tornas, o en las elecciones de 2015 volverá a ser vencido.