Petro Poroshenko, residente de Ucrania
Petro Poroshenko, residente de Ucrania

Europa
espacioseuropeos (19/9/2014)
Por fin Estados Unidos y la UE pueden respirar tranquilos, el acuerdo de asociación entre los parlamentos de Europa y Ucrania han sellado lo que tanto ha costado y costará: un acuerdo hecho a toda prisa y con ‘fórceps’ para tratar de cercar a Rusia. El beneficiado, de momento, Estados Unidos y el presidente ucraniano Petro Poroshenko.

El pasado martes, el Parlamento Europeo y el ucraniano ratificaron el acuerdo de asociación que contempla, entre oros aspectos, una reducción progresiva de las tasas aduaneras entre ambas partes. Este acuerdo de libre comercio queda aplazado hasta enero de 2016. Ese retraso se debe principalmente a la crisis habida –todavía continúa- entre Rusia, el gobierno de Kiev y Estados Unidos.

El acuerdo es el mismo que el anterior presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, se negó a firmar a la vez que estrechaba lazos de amistad con Moscú.

Ese tratado no entrará en vigor hasta 2016, ya que así lo contempla una de las cláusulas del acuerdo de paz entre Kiev y los separatistas pro-rrusos. Moscú sigue estando muy reticente a ese acuerdo que aproxima Ucrania a Bruselas, mientras se aleja de su órbita de influencia.

Entre tanto, Estados Unidos persiste en su estrategia de cercar a Rusia de “barreras antimisiles” y de países aliados de la OTAN. Pero las cosas no van a ser fáciles para la Administración Obama y para sus aliados. Eslovaquia, por ejemplo, ha rechazado tener bases de la OTAN en su territorio. El primer ministro de ese país, Robert Fico, manifestó que preferiría dimitir antes de aceptar la instalación de bases de la OTAN en Eslovaquia.