¡Evo, el Pueblo está contigo!
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Bolivia
Eduardo Paz Rada (20/12/2014)
A pesar de la incertidumbre que presenta en la actualidad el proceso antiimperialista de unidad e integración de los países de América Latina y el Caribe, la Revolución Democrática y Cultural en Bolivia bajo el mando del presidente Evo Morales Ayma se ha visto fortalecida por una serie de importantes hechos ocurridos en los últimos meses y que proyectan amplias posibilidades a la profundización y radicalización del proyecto nacional-popular antiimperialista, siendo el triunfo electoral de octubre de 2014, con el 61% de los votos, una señal clara de la voluntad mayoritaria del pueblo boliviano por avanzar en transformaciones más radicales.

Tanto el programa planteado por el Movimiento Al Socialismo (MAS) en la campaña electoral, como la Agenda Patriótica 2025 concebida por el gobierno y difundida a principios de este año, marcan los objetivos centrales orientados a la erradicación de la pobreza, la dotación de servicios básicos al conjunto de la población, el acceso universal a la salud, la educación y el deporte, la conquista de soberanía plena en los campos de la alimentación, las finanzas, la ciencia y el conocimiento, la producción con diversidad, los recursos naturales, el medio ambiente y la gestión pública transparente, junto a la integración de los pueblos, el disfrute de la fiesta, la naturaleza y los sueños y el reencuentro soberano con el Océano Pacífico.

El Bicentenario de la creación de Bolivia, 2025, se presenta como un hito trascendental porque será el momento en que se pueda evaluar la profundidad de los cambios iniciados en el país con la rebelión popular de octubre de 2003, que destrozó el sistema económico y político neoliberal, y continuados con el ascenso de Evo Morales a la Jefatura del Estado en enero de 2006, la nacionalización de los hidrocarburos del primero de mayo de 2006, la derrota militar de la fracción oligárquico-imperialista en octubre de 2008 y la aprobación de una nueva Constitución Política en enero de 2009. El 6 de Agosto de 2025 será un momento importante porque una nueva generación asumirá la conducción del país y se cumplirá un ciclo histórico de veinte años bajo la dirección del movimiento campesino, indígena y popular.

Acontecimientos trascendentales
Los excelentes resultados de la gestión económica en los últimos años, con un crecimiento promedio del Producto Interno Bruto (PIB) del 5% como resultado de la nacionalización de los hidrocarburos, la recuperación de las empresas estatales y los altos precios de las materias primas, se vieron acompañados de un permanente apoyo de los movimientos populares identificados con Evo Morales, porque tuvieron el fundamental ingrediente de redistribuir internamente los excedentes que antes terminaban en manos de las transnacionales, los intermediarios políticos y los agentes privados. La Inversión Pública, casi 6.000 millones de dólares anuales, y la participación del Estado en la economía, 35% del total, alcanzaron niveles que nunca se habían dado en el país y que permitieron constituir un eje de apoyo a las economías privada, comunitaria, mixta y  social cooperativa.

El contexto regional, marcado por la ruptura regional con el imperialismo norteamericano con el rechazo al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en 2005, el ascenso de gobiernos nacionalistas y reformistas en varios países de la región, el liderazgo bolivariano de Hugo Chávez y la formación de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) fueron un respaldo importante al proceso boliviano y al desarrollo del liderazgo internacional de Evo Morales. Haciendo un balance histórico desde la Guerra de la Independencia, 1809-1825, la última década y media puede ser considerada la más destacada para el posicionamiento del discurso emancipador antiimperialista en la región y los años del gobierno del MAS en Bolivia, los que transformaron más profundamente las estructuras de exclusión, discriminación y dominación interna y externa.

Las políticas del gobierno frente a las imposiciones de Estados Unidos permitieron recuperar la soberanía nacional, la autoestima y la dignidad que prácticamente estuvieron ausentes desde 1985, cuando Washington, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) impusieron sus dictados en todas las decisiones trascendentales del país. La expulsión del embajador norteamericano Philip Golberg, en 2008, fue un hito en las relaciones internacionales.

La importancia del liderazgo de Morales se manifestó, en el último año, en la solidaridad mundial cuando su avión fue obligado a aterrizar en Austria, en junio de 2013, ante la negativa de utilizar el espacio aéreo de Francia, España e Italia; en su nombramiento como presidente del G-77 más China que tuvo su momento culminante en junio pasado durante la Cumbre de Santa Cruz de la Sierra con la asistencia de representantes de 133 países; y en la reunión a la que fue invitado, junto a dirigentes de los movimientos sociales de todo el mundo, por el Papa Francisco, hace pocas semanas.

Evo Morales
Evo Morales

Asuntos pendientes
En el frente interno las prioridades inmediatas, los próximos cinco años, están en  desarrollar la industrialización de los recursos naturales. Se tuvieron avances iniciales con importantes inversiones en las plantas de separación de líquidos del gas que se exporta a Brasil y Argentina y está en su inicio la construcción de una instalación industrial de producción de fertilizantes y otra de plásticos de distintas características; de igual manera están en fases muy básicas los proyectos de industrialización del litio del Salar de Uyuni y del hierro del Mutún. La fuente central de recursos en la economía es la exportación de gas y minerales, al respecto el ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce, ha manifestado que la baja en los precios internacionales de las materias primas no va a afectar el crecimiento de la economía boliviana.

Los asuntos más delicados se encuentran en la falta de solución a problemas en los cuales el gobierno no pudo encontrar alternativas efectivas: la elección directa de Magistrados del Órgano Judicial, que fue presentada como una revolución en la justicia, se convirtió en un fracaso mayúsculo y no se tiene respuesta a miles de casos pendientes en la judicatura, lo cual repercute en la seguridad ciudadana; la cuestión de la salud es otro asunto pendiente debido a la falta de medios técnicos, infraestructura y profesionales que emprendan en este tema estratégico para la población; también está el tema de los suboficiales de las Fuerzas Armadas que se insubordinaron en abril de 2014 y realizaron movilizaciones públicas de fuerte impacto institucional.

La incorporación de la Central Obrera Boliviana (COB) al bloque de gobierno con la presencia de varios dirigentes en las listas de parlamentarios y, a la vez, de miembros de los sectores conservadores del oriente boliviano que anteriormente enfrentaban a Evo Morales ha generado un inicial debate en torno a las perspectivas políticas: por una parte tendencias que consideran necesario profundizar el proceso de reformas económicas, sociales y políticas manteniendo posiciones principistas y, por otro lado, tendencias más pragmáticas orientadas a tener el control efectivo del gobierno en las regiones y municipios de todo el país, lugares donde se tendrán elecciones en marzo de 2015.

La ofensiva imperialista y la geopolítica internacional, orientadas a debilitar la emergencia de nuevas fuerzas internacionales, tienen su repercusión en la región y Bolivia no está exenta de sus vaivenes. Las concesiones del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) a las tendencias neoliberales y las iniciativas de la Alianza del Pacífico en la región, junto a las dificultades del gobierno de Venezuela y la desaceleración de las iniciativas de unidad, son signos que pueden evitar saltos más agresivos en el país.

N. de la R:
Eduardo Paz Rada es sociólogo boliviano, docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.