CIAEstados Unidos
Alejandra  Durrell (10/12/2014)
El Comité de Inteligencia del Senado hizo publico ayer  un informe de unas 480 páginas (el original tiene más de 6.200) en el que se detallan los “métodos de interrogatorios reforzados” de la CIA en cárceles secretas, muchas de ellas en países europeos.

El informe fue presentado por la presidenta de ese Comité, la senadora demócrata Dianne Feinstein, al que se sumó un senador republicano y otro independiente.

El informe ha tardado más de cinco años en ser elaborado y, aunque en ninguna de las 6.000 páginas se menciona la palabra “tortura”, se alude a esos “métodos de interrogatorio” brutales e inhumanos. Esos métodos de interrogatorio están basados en el programa de rendiciones extraordinarias que se elaboró durante la presidencia de George W. Bush.

El informe ahora presentado –aunque ampliamente censurado- es el primero que se ha publicado sobre cómo la CIA “abusó de presos extranjeros en cárceles secretas” ubicadas en países extranjeros. Algunos de esos países forman parte de la Unión Europea. Y otros –entre ellos España en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero– colaboraron en la localización y transporte de los supuestos terroristas.

Desde ayer, la Administración Obama ha puesto en marcha un programa especial de protección y seguridad  de sus embajadas en todo el mundo, pues las autoridades estadounidenses no descartan represalias por la publicación del informe del senado de EEUU.

Entre otros datos, en el informe se cuenta cómo  la CIA mintió al Congreso sobre el número de prisioneros sometidos a tortura, impidió la supervisión de sus cárceles, ocultó dónde se encontraban esos centros, además de “engañar a la ciudadanía estadounidense”. Asimismo, en el mencionado informe se describen técnicas de tortura (aunque no se menciona la palabra) tales como la “inmersión de prisioneros en tanques de agua con hielo”, amenazas sexuales (algunas llevadas a cabo), impedirles dormir durante varios días, uso de perros, empleo de la terrible técnica de “inmersión del submarino”, etc.

A pesar de la brutalidad empleada –muchas de las técnicas eran avaladas por psicólogos-, esos métodos no arrojaron “beneficios importantes de inteligencia”.

En el informe se dice literalmente que los agentes de la CIA actuaron de una manera mucho «más brutal» de lo que indicaron a los legisladores y a los estadounidenses y que además sus métodos no fueron efectivos.

Ssenadora demócrata Dianne Feinstein
Ssenadora demócrata Dianne Feinstein

Algunos medios de comunicación –sobre todo españoles- se recrean bendiciendo las bondades de ese informe, la supuesta transparencia del gobierno estadounidense y la labor del Senado al redactarlo. Algo de cierto hay, pues en España, tanto el Congreso de los Diputados como el senado sólo se ponen de acuerdo a la hora de lo crematístico, o sea repartirse el peculio, la pasta. Aquí han sido incapaces de crear una comisión sobre las “ayudas” a la banca, el robo de las Cajas de Ahorro y otros muchos casos.

En el informe del Senado de EEUU sobre esas prácticas de interrogatorios no se da nombre alguno de los que idearon esos programas, de los que los ampararon legalmente, ni de los autores de esas brutalidades.

Y una aclaración, para evitar errores que en estos casos hay muchos. Los manuales elaborados por la CIA no estaban copiados sólo de la Gestapo, sino de otros muchos, pues en estos asuntos el material es abundante. En el que nos ocupa, su modelo pudo ser el empleado por las fuerzas francesas en Argel en su lucha contra el Ejército de Liberación Nacional Argelino, que Gino Pontecorvo describe con toda su crudeza en su película ‘La Batalla de Argel’.

¿Tendrán problemas de conciencia el Presidente George W. Bush y su Vicepresidente  Dick Cheney?