Internacional
El Pais/Bolivia (23/1/2015)
No es que tengamos que escoger, sino que tanto el presidente estadounidense, Barack Obama, como el Fondo Monetario Internacional, FMI, son ambos ejes de acontecimientos importantes que justifican ser comentados.
Según el organismo internacional los nuevos factores que respaldan el crecimiento están compensados por fuerzas negativas persistentes, entre ellas, las secuelas dejadas por la crisis y la disminución del progreso potencial en muchos países.
Creen en el FMI que esos factores que deberían respaldar el crecimiento de la economía global son la caída de los precios del petróleo y la depreciación del euro y del yen, pero también consideran factores como ese del menor progreso potencial en algunos países.
Según la documentación del FMI analizada por algunas agencias de noticias, la actual situación del mercado petrolero favorece a los importadores y perjudica a exportadores de materias primas, pero eso no explica nada.
Por eso, resulta mucho más relevante ocuparse del discurso del presidente Obama ante los senadores y representantes estadounidenses, es decir el que se conoce como “Estado de la Unión”.
Cuando se refirió al tema de las relaciones con Cuba, Barack Obama señaló que Estados Unidos está acabando con una política que hacía tiempo caducó, por lo que es momento de intentar algo diferente.
El mandatario estadounidense también citó las palabras del Papa Francisco, quien había afirmado que la diplomacia avanza con pasos pequeños, y eso es lo que se está haciendo con Cuba.
En otros temas de política exterior, Obama pidió un permiso explícito para emplear la fuerza militar contra el Estado Islámico, con el fin de continuar la campaña contra ese grupo fundamentalista.
Estas acciones militares se realizaron hasta la fecha bajo el amparo legal de resoluciones aprobadas tras los ataques terroristas del 11 Septiembre de 2001, es decir, bajo la presidencia de George W. Bush.
Obama reconoció que a pesar de los avances económicos del país, la situación es todavía difícil para muchos ciudadanos norteamericanos y pidió al Congreso apoyar su política a favor de sectores de menores ingresos y seguir adelante tras dejar atrás la recesión.
Otra de las propuestas que el jefe de la Casa Blanca trató de dar impulso, es un plan para reducir los impuestos a las familias de menos ingresos, pero que incluye aumentar las cargas impositivas a los más ricos.
Prometió combatir a fondo las maniobras republicanas contra su agenda de gobierno, en particular el intento opositor por desmantelar su programa de salud, conocido como Obamacare.
Dijo también que defenderá las iniciativas sobre inmigración que intentan beneficiar a más de cuatro millones de indocumentados, que son una alta proporción de los que apoyan electoralmente a los Demócratas.
Para promocionar sus planteamientos el mandatario realizará una gira que comenzará en la Universidad de Boise (Idaho), y proseguirá el jueves en la Universidad de Kansas, después continuará por otras regiones del país.
Todo esto parece ya estar orientado a atender sectores del electorado con vista a los comicios de previstos para que se realicen en noviembre del próximo año.
N. de la R.
Ese artículo (editorial del día 22) se publica con la autorización del diario El País de Bolivia.