Si a la OTANMi Columna
Eugenio Pordomingo (24/2/2015)
El Consejo de Ministros celebrado el pasado día 20 de este mes, acordó la firma «ad referéndum» del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea y la Comunidad Europea de la Energía Atómica y sus Estados miembros, por una parte, y Georgia, por otra.  Este Acuerdo busca –según la referencia de dicho Consejo de Ministros-  “promover la asociación política y la integración económica, potenciar el diálogo político en todos los ámbitos de interés mutuo, contribuir al fortalecimiento de la democracia y la estabilidad en Georgia, contribuir a la paz y la estabilidad regional e internacional, impulsar la cooperación destinada a la solución pacífica de conflictos y fomentar la cooperación en el ámbito de la libertad, la justicia y la seguridad”.

Por otro lado, este Acuerdo pretende la “integración económica gradual de Georgia en el mercado interior de la Unión Europea, en particular a través de la creación de una zona de libre comercio de alcance amplio y profundo, que proporcionará un amplio acceso al mercado, sobre la base de una aproximación reglamentaria continua y global, de conformidad con los derechos y obligaciones que se derivan de su pertenencia a la Organización Mundial del Comercio”.

Pero hay más, con este Acuerdo la UE pretende “el acercamiento político y la integración económica entre ambas partes, basada en la convergencia con el acervo comunitario y los estándares de la Unión Europea, y el desarrollo de una zona de libre comercio amplio y profundo que propicie el acceso de Georgia al Mercado Único europeo y el estrechamiento de las relaciones político-económicas dentro del marco de la Asociación Oriental”.

Pero la realidad es diferente a como nos la pintan. Y en este caso es que EEEUU pretende –lo está consiguiendo de momento- cercar a Rusia metiendo con horma y forces en la OTAN a países que hasta hace poco eran miembros del Pacto de Varsovia o giraban en torno a la órbita de la antigua URSS, como Polonia, Rumania, República Checa, Hungría, Eslovaquia, Croacia, Lituania, Albania, Eslovenia, Letonia y Estonia.

La puesta en órbita por la URSS el 4 de octubre de 1957 del primer satélite artificial de la historia, el Sputnik 1, causó un auténtico ‘golpe traumático’ en la mente del pueblo estadounidense. Esa fecha ha quedado grabada en el subconsciente colectivo de los dirigentes norteamericanos como un auténtico fracaso, algo que no pueden olvidar.Fue el escritor francés Alexis de Tocqueville el que nos advirtió del “modelo americano”, de su imparable expansionismo, de su individualismo, de la agitación y el aislamiento de su sociedad: “un poder singular, tutelar, todopoderoso, activado por una red de pequeñas reglas complicadas, minuciosas y uniformes, que no quebranta las voluntades, pero las aplaca, las doblega y las dirige; raramente fuerza a actuar, pero se opone sin cesar a la acción; no destruye, impide nacer; no tiraniza, molesta, comprime, enerva, apaga, embrutece, y, en fin, reduce a cada nación a no ser más que un rebaño de animales tímidos e industriosos, donde el gobierno es el pastor.”

Con esa antorcha por bandera, el Imperio trata de dividir y destruir aquello que no entiende, aquello que le es desconocido. Aunque a muchos les parezca extraño, EEUU pretende dividir políticamente a la Unión Europa, como ha hecho con algunas naciones del Continente; es el caso de Yugoslavia, Checoslovaquia, la apuesta por el independentismo en Kosovo, etc. EEUU quiere una Europa unida y fuerte, pero solo comercialmente. De ahí su denodada lucha por el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones entre la Unión Europea y Estados Unidos (TTIP). EEUU no desea una Europa unida política ni militarmente. Su mejor aliado es el Reino Unido y los burócratas de Bruselas.

Tras esta reflexión trataré de ceñirme al asunto en ciernes. Hay que recordar que en agosto de 2008 el Ejército ruso se enfrentó al gobierno de Georgia por la cuestión de Osetia del Sur.  Moscú respaldó a los separatistas de las regiones de Osetia del Sur y Abjasia. Rusia no tardó en reconocer a las dos regiones como independientes, aunque hasta ahora no ha hecho lo mismo la comunidad internacional. Según la jerga al uso, la situación es un “conflicto congelado”.

Dentro de los compromisos a los que obliga la pertenencia en la OTAN, está previsto que España participe junto a otros quince países en la fuerza de 1.300 soldados, ‘Rapid Trident’, integrada en el Mando Conjunto de las Fuerzas Estadounidenses en Europa. Ese ejército se establecerá en la localidad ucraniana de Yavoriv.

Pedro Morenés, Ministro de Defensa, y Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno
Pedro Morenés, Ministro de Defensa, y Mariano Rajoy, Presidente del Gobierno

Tras la decisión del entonces Presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, de acceder a los deseos de EEUU de instalar una “barrera antimisiles” en nuestro país (Andalucía), sin consultar al Congreso de los Diputados, la vía quedaba así expedita para que tropas españolas fueran aumentando su presencia y participación en operaciones internacionales –siempre diseñadas, dirigidas y lideradas por EEUU- que en la mayoría de los casos no benefician nada a España ni contribuyen a la Paz Mundial como estamos viendo.

Con esa misma filosofía, España ha sido designada para “liderar” la primera Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN –en el idioma del Imperio,(VJTF, Very High Readiness Joint Task Force)-, prevista para 2016, cuyo objetivo se dice es “reforzar la seguridad euroatlántica”.

Esa fuerza contará con una brigada española y varios batallones de naciones aliadas, cuya misión es prepararse para una reacción inmediata de la OTAN “frente a cualquier amenaza a la seguridad euroatlántica, independientemente de su procedencia”. Además, España participa con una batería de misiles norteamericanos ‘Patriot’ –comprados y sostenidos por España- instalada en Turquía.

Cazas de combate españoles, tipo Eurofighter , se encuentran actualmente desplegados en Estonia en misión de la OTAN, con el objetivo de “proteger el espacio aéreo de los países bálticos”. En esta operación participan también aviones polacos y británicos.

Esa misión, calificada como “delicada”, de vigilar las fronteras de Estonia, Letonia y Lituania, ha tenido ya algunos incidentes como ha sido el que se hayan interceptado acciones de aviones rusos que, aparentemente, pretendían entrar en el espacio aéreo de los países protegidos.

Sin embargo, esa participación española en la OTAN y la colaboración con EEUU –más bien sumisión-, no se ve recompensada con la debida colaboración, ayuda y protección, por ejemplo, de las Islas Canarias y las fronteras de Ceuta y Melilla con Marruecos. Por no mencionar la cuestión del Sáhara Occidental, donde nuestro país ha sido y es ninguneado por EEUU, Francia y Marruecos. Por supuesto, con la colaboración de la Jefatura del Estado y gran parte de la oligarquía política española.

Sería de agradecer que en los próximos eventos electorales, algún partido abogue por la Soberanía Nacional.