Protestas en AlemaniaAlemania
espacioseuropeos (21/3/2015)
La amenaza terrorista del yihadismo va a suponer un aumento importante en efectivos para la policía y los servicios de inteligencia alemanes. Además de efectivos personales, también los presupuestos destinados a Interior y defensa van a contemplar equipamiento más moderno y salarios para el personal de inteligencia y policía. Así lo señaló el ministro de Interior, el cristianodemócrata Thomas de Maizière.

Más de 328 millones de euros y 750 nuevas plazas entre policías de diversos cuerpos y agentes de la inteligencia va a suponer el nuevo impulso que la canciller Angela Merkel va a dar a la “seguridad” entre 2016 y 2019.

Pero a nadie se le oculta que detrás pueden estar también  las últimas protestas en algunas ciudades alemanas como, por ejemplo, Frankfurt, donde la semana pasada hubo centenares de heridos y detenidos con motivo de la inauguración de la costosa nueva sede del Banco Central Europeo.

Mientras los ciudadanos europeos atraviesan una crisis económica sin precedentes, a causa de la corrupción sistémica e impune que impera en casi todos los países europeos, especialmente debida a la oligarquía política, a banqueros y empresarios sin escrúpulos,  el despilfarro, los sueldos abusivos y gastos innecesarios y desproporcionados son lo habitual en las instituciones de la Unión Europea.

El cansancio ante la impunidad de estos hechos, la ciudadanía responde indignada. Puede que en medio de estas protestas haya grupos de radicales –incluso algunos de esos grupos sean creados para provocar el rechazo de ciertos sectores ciudadanos-, pero lo que es cierto es que cada vez se suma más gente a esas manifestaciones. En España, sobre todo en Madrid, las Marchas por la Dignidad son un ejemplo vivo de protestas sin violencia, excepto la que desde ciertas instituciones se lleva a cabo buscando el repudio ciudadano.

Las protestas contra la nueva sede del Banco Central Europeo en Frankfurt (Alemania) que se produjeron la pasada semana con motivo de la inauguración de la nueva sede del Banco Central Europeo. Las masivas manifestaciones en Frankfurt terminaron con violentos enfrentamientos que dejaron un saldo de centenares de heridos y detenidos, la quema de varios coches de la policía, barricadas, lanzamiento de piedras y vehículos policiales lanzando agua a presión.

La nueva sede del BCE, que consideramos no era una necesidad urgente, ha supuesto un gasto de 1.300 millones de euros, “un derroche en tiempos de crisis”, según denunciaron los organizadores de las protestas alemanas. Y, como suele ser habitual, el presupuesto inicial se ha visto desbordado por la realidad. Miles de policías alemanes, pertrechados para la ocasión, impidieron a los manifestantes acercarse a la sede del BCE. Ya se sabe, los poderosos no pueden mezclarse con los ciudadanos.