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espacioseuropeos (29/5/2015)
Una de las consignas que hicieron historia por su talento y agudeza política durante el nacimiento del 15M (y después), fue aquella que retrataba al régimen con precisión: “PSOE/PP la misma mierda es”. Parecía que, a partir de ese momento, quedaba claro y para siempre que la politiquería practicada por el régimen tenía dos patas necesarias, dos estructuras organizativas diseñadas para perpetuar el capitalismo y que a ambas por igual había que combatir, porque haciéndolo se hacía una guerra abierta a un sistema que inexorablemente nos llevaba (lleva) al abismo.

Hubo quienes por su supervivencia económica y conciencia de bombero del sistema, gritaban esa consigna por la noche y luego sostenían durante el día gobiernos locales, provinciales y regionales con una de esas “mierdas” que reseñaba eslogan, en una contradicción difícil de explicar. Situar al PSOE en el lugar exacto que le corresponde, desmaquillando su trayectoria ideológica, era una aportación incuestionable del 15M y sus asambleas que empujaba una lucha ideológica de miles de cuadros de la izquierda a lo largo de la Transición.

El PSOE es casta porque representa los intereses de la clase dominante aunque necesite para ello ir a buscar los votos a los barrios obreros y a los funcionarios miedosos, en un ejemplo de teatro-farsa que embauca aún a millones de personas. Es difícil defender como “políticas de izquierdas” el apoyo a la OTAN y sus bombardeos, la UE de los mercaderes, la monarquía borbónica, el Ibex 35 y el poder de las grandes empresas, el apoyo a la economía de mercado, el nI cuestionamiento del poder de la Iglesia católica (por ejemplo en la educación), el consumo como modus vivendi, la reforma de la Constitución en su artículo 135 para quitar soberanía, el ataque a la revolución bolivariana, al pueblo saharaui, el nulo apoyo a la búsqueda de asesinados durante el franquismo, la negativa al derecho a la autodeterminación de los pueblos, la creación de los GAL…

Dicho todo esto, siempre habrá una voz que diga «sí, pero el PP es peor…». Olvidando de que entrar en cuál de las dos patas del monstruo huele mejor, es hacerle el juego al que pretende que el sistema capitalista sea inexpugnable.

Es posible que falten pocos días para que cientos de concejales/as y diputados/as autonómicos voten –como en los últimos 20 años- al menos malo, esto es, a la parte menos casta de la casta (algo tendrán que decir para justificarse), y que con votos críticos de muchas miles de personas se coronen Presidentes autonómicos y Alcaldes del PSOE. Una película que desde la época del PCE de Carrillo se repite una y otra vez como un bucle.

La izquierda social y política no podrá desarrollarse en las instituciones como una herramienta útil de lucha, mientras siga viendo como enemigo al PP para no ver como enemigo al capitalismo (PP+PSOE).

Fuente: Editorial el Insurgente.