Manuela Carmena. Foto DISO Press.
Manuela Carmena. Foto DISO Press.

España
José Luis Heras Celemín (13/5/2015)
Entre políticos, jueces, bancarios y banqueros.

En la mañana del martes madrileño, el interés informativo alumbraba desde varios focos:
“La paja en el ojo ajeno y la viga en el propio” se iban a presentar en el Hotel Ritz. Allí hablaba Manuela Carmena, una alegre ex juez y septuagenaria marchosa, que había dejado la confortabilidad de una jubilación tranquila para meterse en el berenjenal de la actividad política.

De la mano de Podemos, la señora, ya en campaña electoral por la vara municipal, se enfrentaba a la investigación de una parte de la prensa que trataba de averiguar si el proceder profesional de su cónyuge era compatible, o no, con la óptica de la formación política de izquierdas que defiende.

Con la investigación periodística, las propuestas políticas de la aspirante a la alcaldía de Madrid quedaban en segundo plano. Lo que parecía importar es si el comportamiento del marido era censurable y si ella había participado en los actos del marido. Con ello, las propuestas políticas quedaron diluidas entre las declaraciones de unos obreros de la empresa del marido, las resoluciones judiciales que se ocupaban del caso y las confusiones y penumbras en las relaciones entre la señora y Libertad Digital a cuenta de unas informaciones.

Lejos de allí, en el Hotel Eurostars Madrid Tower, la atención estaba en los sótanos. En dos salones contiguos se iba a hablar de Justicia y de Banca.

En uno de ellos se celebraba lo que eufemísticamente se conoce como un encuentro informativo. Allí, organizado por el Club Diálogos para la Democracia, se esperaba que el ministro de Justicia abordara las reformas de su departamento y analizara, y con suerte hasta debatiera, los temas que interesan sobre la justicia en España. Había, además, un cierto punto morboso, ya que en el encuentro, además del ministro, había otros ponentes: el presidente del Club Diálogos para la Democracia, una directora de Máster de la Escuela de Técnica Jurídica, y los ilustres hombres del foro José María Mohedano (Socio y Director de Dikei Mohedano Abogados) y Ricardo Astorga (Director de la Oficina en Madrid de Montero Aramburu Abogados).

El morbo, se decía en las mesas mientras los camareros servían infusiones y zumos y el ex presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional  Gómez Bermúdez buscaba su sitio, estaba en la reunión de ponentes. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, iba a compartir mesa y mantel con José María Mohedano, defensor del ex presidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán que está en una situación política de “extrema sensibilidad noticiosa”. Sobre este hecho, morbosidad insana, no parecía haber oscuridades, pero, a pesar de ello,…

Las conversaciones y los dimes se mezclaron con los diretes. Pero ambos, dimes y diretes, cedieron protagonismo al ministro. En cuestión de minutos, los departamentos de prensa oficiales y los medios recogían las opiniones del titular de Justicia sobre:

Manifestaciones en la Jornada de Reflexión previa a las elecciones (que “no se pueden llevar a cabo” porque “tenemos unas reglas” que establecen que “Los días previos a procesos electorales no se pueden llevar a cabo actividades de carácter político”). La propuesta de Ciudadanos para regular el límite de habitabilidad de las viviendas (entendida como “Un ejercicio de creatividad e innovación” desenfocado en un análisis propio de campañas electorales). La situación de la crisis (pasada según los indicadores de los últimos trimestres, que dan credibilidad al Gobierno cuando habla de crear un millón de puestos de trabajo). El diálogo entre fuerzas políticas (posible y recomendable). Y el número de políticos (irrisorio) implicado en prácticas corruptas.

En otro de los salones, con pared por medio y catering común, se celebraba una tertulia Social y de Economía promovida por Aragonex, que tenía como ponente al Presidente de la Asociación Española de la Banca (AEB), el turolense José María Roldán Alegre.

A pesar del tema, las cámaras de televisión y la prensa dejaron al ministro y fueron a “tomar nota” de lo que decía el presidente de la AEB.

José María Roldán Alegre, Presidente de la AEB
José María Roldán Alegre, Presidente de la AEB

La “actividad financiera”, se diría al comienzo, ya existía cuando en Babilonia, en el Siglo XVIII a. c., se hacían unos préstamos que están constatados. Pero Roldán no iba a hablar sólo de los préstamos normales que hacen los bancos; también iba a hacerlo sobre lo que llamó  “La Banca Financiera en la Sombra”, un sistema financiero dinámico que ha padecido la crisis y en el que hay que contemplar varios aspectos:

Arbitraje. Solvencia, reguladores y vigilantes. Y protección de consumidores e inversores en los sectores en que intervengan.

La cuestión que interesaba, entre sombras, confusiones y penumbras, es saber si la actividad financiera de la banca “genera riesgos”. Se sabe que los bancos y la “banca financiera en la sombra” financian créditos, que ésta requiere más espacio que los bancos y que ambos son potencialmente estables. Asentado lo anterior, era tranquilizador conocer la disposición prudente de Roldán, propenso a vigilar la actividad para evitar peligros.

“No tenemos mapa de este segmento”, diría. Pero se sabe que  “hay más banca en la sombra cuando se aumentan los controles”, que “los bancos son más seguros después de la crisis” y que no hay la misma certeza en lo que ocurre en la sombra. Y esto, porque no se sabe exactamente la dimensión de este tipo de actividad (financiación en la sombra), porque la financiación se puede hacer de distintas formas (con controles diversos) y porque se hace siguiendo  distintos modelos.

Por ello, y por experiencias pasadas en tiempos de crisis, siguió, conviene vigilar los indicadores que generan alarmas: 1.- Riesgo de Pánico. 2.- Opacidad encubierta en sombras informativas. 3.- Potencialidad de generar una burbuja  y 4.- Contagio a otros sectores.

Abundando en el tema, constataría que “el marco regulatorio” es más preciso y exhaustivo para el sector bancario y más laso para la actividad financiera en la sombra.

Por eso, sentenciaría, “mi postura frente a la competencia (entre bancos y financiación en la sombra) no es debida al nerviosismo”. Ahora las tres cuartas partes de la financiación proviene de los bancos; y la banca entiende que puede, y debe, haber otros financiadores. Pero financiadores seguros, porque, esto, concluiría, “no se puede realizar a base de poner en riesgo la seguridad”, mi menoscabando el “papel jugado por la banca en la sombra”, que ha sido útil y debe seguir siéndolo.

Después, el presidente de la AEB atendería a preguntas sobre: Grecia (asentada en la UE). Heridas producidas por la crisis (restañadas o en vías de solución) y su duración (décadas). Impresiones de la Banca sobre los programas electorales (La banca acepta cualquier solución que pase por las urnas). EL FROB y su recuperación (donde ha ayudado la Banca). Sistemas a tipos de interés cero (Que son buenos para la economía pero malos para los bancos y que pueden generar burbujas). Futuro de la Banca Digital (que, a diferencia de la burbuja tecnológica es apetecida por los clientes) Indemnización en el cese noticiable en el BBVA (justificada en motivos varios). Y la educación financiera (Que, apoyada por la AEB, es “vital para la salud financiera española”).

Terminados los actos, el termómetro en Madrid marcaba la temperatura propia de un día caluroso (31 grados centígrados). Las sombras, confusiones y penumbras no incidían en la dilatación de las columnas de mercurio que marcan temperaturas, ni en las declaraciones de juezas jubiladas o ministros. Pero sí aminoraban las preocupaciones que había antes de oír al Presidente de la Asociación Española de la Banca.

N. de la R.
Hoy la ex jueza Manuela Carmena en el Programa Hoy por Hoy de la Cadena SER que dirige Pepa Bueno, ha aclarado -basándose en una sentencia judicial- que ella no hizo “alzamiento de bienes”, a la vez que comentó que había una denuncia judicial contra el medio que ha difundido noticias falsas sobre ella y su marido en relación con un “concurso de acreedores” .