Carlos Chavez, mandamás del fútbol boliviano.
Carlos Chavez, mandamás del fútbol boliviano.

Internacional
Eduardo Paz Rada (13/6/2015)
El repudio generalizado de los aficionados bolivianos al futbol, el rechazo de la mayoría de los medios de comunicación, la pérdida de confianza de los dirigentes de los clubes de futbol profesional y amateur, el inicio de una investigación bajo responsabilidad de tres fiscales, el pedido de renuncia hecho por el Presidente del Estado, el silencio público de los futbolistas en Bolivia y la danza de dólares son las manifestaciones que rodean la cínica actitud de Carlos Chavez, todavía Presidente de la Federación Boliviana de Futbol (FBF), después de los escándalos de corrupción, arbitrariedad y negociados que persiguen al actual Tesorero de la Confederación Sudamericana de Futbol (CONMEBOL).

El escándalo se hizo público, aunque ya existían versiones muy fuertes, con las investigaciones realizadas por la justicia, la policía y la fiscalía de Estados Unidos que detuvieron a siete altos dirigentes deportivos en la misma sede de la Federación Internacional del Futbol Asociado (FIFA) en Suiza, a pocas horas del inicio de su Congreso, y tienen en la mira a una cantidad mayor de otros dirigentes y empresarios que están relacionados con actos delincuenciales, bajo cargos de corrupción en el manejo de millonarios recursos económicos en bancos de ese país.

La posibilidad de una intervención directa de los gobiernos ha sido rechazada por los dirigentes con el argumento y la amenaza de que la FIFA sancionará al futbol del país que lo haga con la exclusión de selecciones y clubes de los distintos torneos internacionales, inhibiendo la acción de la justicia y las investigaciones ante denuncias de malos manejos; sin embargo ahora la FIFA quedó inmóvil debido a la contundencia de los hechos. Sería ridículo que se sancione a decenas de países que son fundamentales en el escenario futbolístico como Argentina, Brasil, España, Uruguay, Francia, Estados Unidos o Nigeria.

No es sólo un problema de responsabilidad o de ética, es un problema de millones de dólares administrados por una mafia mundial que, como lo ha señalado la investigación, ha traficado con la buena fe de los aficionados, seguidores, futbolistas hinchas y televidentes de este emblemático deporte.

En los últimos cincuenta años el futbol se ha convertido en una de las actividades humanas llena de contradicciones: es un espectáculo artístico y cultural, provoca la movilización de millones de personas, alegra a la gente en los últimos rincones del planeta, genera identidad local, regional o nacional, produce fuertes manifestaciones de nacionalismo pero, al mismo tiempo, también impulsa graves hechos de violencia, competencia entre grandes transnacionales, tráfico de mafias nacionales e internacionales, publicidad millonaria y fomento del consumismo descontrolado, compra-venta de jugadores como mercancías y una poderosa estructura económica y política mundial.

Tres presidentes de la FIFA –Stanley Rous, Joao Havelange y Joseph Blatter–  han manejado el futbol desde hace 54 años (1961) y los dos últimos han construido una familia mafiosa a nivel mundial. Havelange renunció a su posición de Presidente Honorario de la FIFA, en 2013, por corrupción y hace dos semanas Blatter anunció su retirada, cuatro días después de su reelección, por denuncias de corrupción. ¿Qué pasará con Carlos Chavez, el Blatter boliviano?

N. de la R.
Eduardo Paz Rada es sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe en publicaciones de Bolivia y América Latina.