Internacional
espacioseuropeos (9/7/2015)
Toda Europa está pendiente de las reformas que Alexis Tsipras va a presentar hoy jueves para tratar de evitar la salida del Euro. Esas medidas deben ser un programa, lo más detallado y duradero de reformas, para que los socios europeos se convenzan y apuesten por un tercer rescate de Grecia.
La intervención de Tsipras en el Parlamento Europeo fue, a pesar de ciertas críticas, puede considerarse un éxito, sobre todo porque el primer ministro griego iba con el respaldo de la mayoría de los partidos políticos griegos, exceptuando a los radicales, además del apoyo de Propokis Pavlopoulos, presidente de la República.
Pavlopoulos ha dicho que “En el Parlamento Europeo, en esa cuna de la democracia europea, ha quedado claro que el referéndum y el veredicto del pueblo griego no se interpretan como una ruptura, sino como un reinicio de los esfuerzos negociadores que persiguen un único objetivo: la rápida participación de Grecia en Europa y en la Eurozona”
Todo parece indicar que la promesa de Tsipras de llevar a cabo una reforma fiscal y de las pensiones va a ser una de las medidas que, de forma inmediata, el gobierno heleno realizará de inmediato. A pesar de todo, el ´corralito´ bancario se prolongará, al menos, hasta el próximo domingo, sobre todo para evitar la salida masiva de capitales.
El gobierno griego cuenta en esta enrevesada situación con el apoyo del presidente del Consejo de Europa, además de las presiones de Barack Obama, que no quiere una Grecia, rodeada de conflictos geoestratégicos, en manos de Rusia. También China apoya a Grecia, pues un deterioro de la moneda europea daría más fuerza al dólar como moneda única. Y hasta Christina Lagarde, directora del FMI, parece haber modificado algo su tajante postura de hace unos días: “ Siempre hemos dicho que un programa marcha sobre dos piernas. Una pierna se traduce en reformas sustanciales y una consolidación fiscal. La otra, es la reestructuración de la deuda, que creemos que es necesaria en el caso particular de Grecia para que sea sostenible”.
Aunque en esta batalla pinta poco, es como un cero patatero, Mariano Rajoy se muestra el más duro contra la política de Alexis Tsipras, olvidando que su candidato preferido, Antonis Samaras, tuvo que dimitir como líder de Nueva Democracia tras su fracasada apuesta por el Sí en el referéndum griego.