Severo Moto NsaGuinea Ecuatorial
Severo-Matías Moto Nsa (19/9/2015)
Sería muy triste e inhumano que este análisis tuviera como resultado, el que el pueblo de Guineas Ecuatorial se encontrara, de nuevo, abandonado como aquel fatídico 5 de marzo de 1968, en que, boquiabierta, Guinea Ecuatorial vio cómo los Guardias Civiles, comerciantes, factores, finqueros, capataces, «masas» (señores) y mandamases españoles se apretujaban en las playas, peleando por ocupar un hueco en los débiles cayucos que los conducían de la playa a los barcos anclados en alta mar. Abandonaban Guinea Ecuatorial para ponerse a salvo de la terrible masacre humana a la que Macías Nguema y Obiang Nguema, se preparaban a propinar a la población guineana. Tras esta fuga masiva de lo que podía considerarse como soporte y sostén económico y productivo del pequeño país africano, todo lo que oliera a España, se convirtió en objeto de odio, persecución, detención, tortura y matanza despiadada.

Lo cierto es que, 47 años después, apenas quedan huellas de aquel acervo humano, cultural, intelectual y de prestigio social del que tan orgulloso se sentía nuestro país y que tanta envidia producía a países africanos del entorno. La verdad es que ya antes de que se comenzara a explorar y explotar el petróleo y el gas, Guinea Ecuatorial ya era vaticinada y augurada como la “PEQUEÑA SUIZA AFRICANA”. Una ilusión que se ha vuelto vana y fallida, 47 años después de que el país fuera entregado en las manos de Macías Nguema y Obiang Nguema, y fuera “abandonado a su suerte”, según sentenció el último Gobernador General de Fernando Poo.

¿PARA PONER FIN AL CACHONDEO…?
Un retén estratégico de españoles, decidió (o recibió la orden) de permanecer, aguantar, resistir y sobre todo «torear» a Macías Nguema Biyogo, constituirse en un extraño «lobby» encargado, no tanto de intermediar entre España y Guinea Ecuatorial para que las aguas volvieran a su cauce (bueno o malo), sino de proteger los intereses españoles, desde una representación, más personal y empresarial que diplomática. Las relaciones diplomáticas entre los dos países, rotas de forma violenta (sin mediar ningún ictus bélico). Aseguran algunos que la retirada masiva de españoles obedeció más a una medida preventiva que a una amenaza real o medidas tomadas de forma directa contra los españoles.

Más bien parece que la huida masiva de los españoles, el día 5 de marzo de 1969, obedecía, efectivamente a una decisión preventiva y prudente, reflejada en la afirmación que hiciera una importante personalidad española, (Don César U.B.) afincado en Guinea Ecuatorial, en los prolegómenos de las elecciones de 1968: «Os interesa que gane Macías, para poner fin al cachondeo de los españoles, aquí en Guinea».Teodoro_Obiang

A mis 25 años (1968) yo no tenía la más mínima duda de que Macías no era la alternativa para dar el salto de «Gobernador General de las Provincias españoles de Ultramar» (Faustino Ruiz González) a Presidente de la República de Guinea Ecuatorial. Puede imaginarse mi gran perplejidad y extrañeza ante la revelación que me hacía Don César, mi jefe… Y es que a Macías Nguema no había ni en su propio entorno de origen unanimidad alguna a la hora de votarle. Peor aún lo pasaron el largo centenar de guineanos (profesionales, intelectuales, cultos, hombres de prestigio social guineo) quienes firmaron un documento negándose a votar a Macías Nguema y aceptarlo como presidente de la República de Guinea Ecuatorial. Todos ellos fueron tirados a las fosas comunes de NGOLO AYOP. No sabe uno qué fue mejor; que se escaparan los españoles o que Macías se hiciera con el poder en Guinea Ecuatorial. De lo que no cabe ninguna duda es de que mucho más digno, elegante y signo de buena voluntad (o, como se dice ahora) una «solución inteligente» hubiera sido que ESPAÑA, potencia colonizadora, no solo no hubiera huido de Guinea Ecuatorial, sino que, sobre todo, hubiera evitado que Macías se hiciera con el poder. Cuidar y proteger -con toda legitimidad y derecho- de los intereses económicos y del «CACHONDEO» primó sobre los derechos humanos, libertad y dignidad del pueblo guineano. ¡Una terrible herida, cada vez más profunda y difícil de restañar! Para mayor tristeza y desazón, no parece que los oscuros, libres, clandestinos y casi provocadores paseos que se dan por Guinea Ecuatorial personalidades españolas, incluso burlando el control de su Gobierno, sean una manera de poner fin al “CACHONDEO” que vienen exportando a Guinea Ecuatorial… y que debe ser parte de lo “mucho que los une” a Obiang Nguema Mbasogo.

Once años después de unas relaciones diplomáticas rotas y  a cara y dientes de perro, Obiang Nguema, sobrino de Macías Nguema, brazo ejecutor de los once años de dictadura de Macías, taimado muñidor de tramas, torturas, asesinatos de guineanos, recibió el plácet español, para suplir a Macías Nguema. Y, simplemente, seguir la jugada.

En lo que al pueblo guineano se refiere, no acaba de salir de su asombro. La cercanía entre españoles y guineo españoles que vivió el pueblo guineano en la colonia, en las Provincias españolas, incluso en la autonomía, se volvió, de pronto, con la llegada de la independencia, en un alejamiento cada vez más precipitado; mezclado de odio, malquerencia, desprecio, nihilismo y practica conjura contra la posible retoma de relaciones normales, ni en el campo diplomático ni menos en el social. Cada vez más los intereses económicos y el «CACHONDEO» ha ido abriendo mayor espacio, contra la normalidad y la dignidad. Tan asombrado quedó el pueblo guineano ante la escapada masiva y sorpresiva de los españoles que, a la llegada de los blancos rusos a Guinea Ecuatorial la gente se preguntaba: «¿Pero, qué clase de españoles son estos?»

El golpe de estado propiciado por España, en 1979, y que muy hábilmente utilizó el taimado Obiang Nguema Mbasogo, para anunciar la vuelta al Occidente (Expulsión de rusos incluida) dejó correr en la población guineana aires de esperanza en que ESPAÑA volvería a acompañar a Guinea Ecuatorial; Que ESPAÑA volvería a conectar con  el país africano y hacerlo esa «PEQUEÑA ESPAÑA» que con tanta claridad y auras de esperanza prometiera en Guinea Ecuatorial el Rey Juan Carlos I en su primer viaje a Guinea Ecuatorial, a propósito del golpe de estado que «propulsó» a Obiang Nguema al poder. Parece que 36 años después, lo de la «Pequeña España» ha cedido paso irreversible al «CACHONDEO» igualmente irreversible que desde siempre ha marcado las relaciones entre ambos países.

Macías Nguema y Obiang Nguema son, evidentemente, el signo del «CACHONDEO» con que se trata al pueblo de Guinea Ecuatorial. La nula calidad humana, el bajo nivel de preparación para la modernidad, la vuelta sistemática de la mirada al ancestro y el estrecho y apretado baile del «CHOTIS» de la corrupción con los de fuera, son las señas de identidad que se espera y se exige de cualquier guineo ecuatoriano que quiera hacerse con la dirección política de Guinea Ecuatorial. Tan es así que, a la vez que -sin ninguna trascendencia- se ha asistido en Guinea Ecuatorial al vaciado de valores humanos, profesionales, intelectuales, culturales y de prestigio social, también han mirado y visto, complacidos, cómo, en 47 años de la llamada independencia, solo dos presidentes -clones- han sido puestos para ese juego al «CACHONDEO» que, con la elección de Macías, pretendía terminar y zanjar mi gran jefe y amigo Don César U.B., en Guinea Ecuatorial.

Han pasado 47 pesados años de decrepitud cada vez más creciente del pueblo guineano, en todo lo que se refiere a valores morales, éticos, religiosos, culturales, intelectuales, de prestigio y de proyección hacia modernidad y la conexión con la globalidad en la que se mueve el resto del mundo. Y alguien se atreverá a quitarle hierro a esta afirmación, señalando que tanto en África, como en Oriente Medio o en algunos países europeos, se advierten evidentes signo de la misma decrepitud, en los mismos campos. Los hay que parecen estar efectivamente de «retorno», mirados desde el espejo de la «CORRUPCION» que tanto corroe el mundo global, hoy.

¡¡Mal de muchos, consuelo de tontos!!, reza muy acertadamente el refrán. ¡Nunca tan acertado!

ESPAÑA, NUESTRO HORIZONTE DEMOCRÁTICO
Lo hemos dicho y repetido con ya cansina voz de desesperación. «ESPAÑA ES NUESTRO HORIZONTE DEMOCRÁTICO». Nunca se me borrará del recuerdo y del alma la amarga y decepcionante respuesta que a esta sincera, (¿humilde?) afirmación recibí de un alto funcionario de la Embajada española en Guinea Ecuatorial:

«BUENO… ESTO PERTENECE AL MUNDO DE LA POSEÍA».Tampoco acabo de salir de mi perplejidad y asombro, desde que oí aquella  extraña afirmación de un gran empresario español, de los primerísimos que llegaron a Guinea Ecuatorial para cubrir a Obiang Nguema en su reciente golpe de estado contra su tío Macías. El empresario me espetó esto en la cara: «Que sepas que los españoles somos unos socialistas capitalistas en Guinea Ecuatorial…». Es fácil colegir que el presidente Obiang Nguema, en torno al que gira toda la cooperación española, es un socialista capitalista. Nada extraño que el país vaya tan viento en p… como va…

Pues, sí. Lo quieran o no lo quieran, España es, por el orden normal de cosas, el horizonte democrático de Guinea Ecuatorial. Exactamente igual que Guinea Ecuatorial nació a la «independencia» de la mano de la dictadura de España, con Francisco Franco Baamonde a las manos de la dictadura  de Francisco Macías Nguema Biyogo; nada extraño debe  parecer que, si en España se ha acabado la dictadura de Franco, se acabe o pretendamos acabar con la dictadura de Macías. No parece, sin embargo, que nos entiendan en esta petición. Y nos retan con frases como: Elegisteis ser independientes, ahí la tenéis… O esta otra: «Siempre echáis las culpas a España de vuestros problemas». ¡Faltaba más! No es tanto «echar las culpas a España»; sino la legítima propuesta de que, al igual que anduvimos juntos la dictadura, nos encontremos en el camino de la normalidad política y democrática. La sensación que da, a la vista de la situación, es como si alguien se ha despojado de la «Camisa de Fuerza» de la dictadura y se la ha pasado o impuesto a otro.

Esa extraña definición de «socialistas capitalistas en Guinea Ecuatorial»; ese impenitente propósito de marcar a Guinea Ecuatorial con un solo signo ideológico; ese pernicioso afán de justificar la colonización o la dictadura por el solo hecho de ser africanos, todo esto resulta tan obsoleto y trasnochado, que ya solo revela pésima voluntad y malévolo propósito de hacer mucho mal.  Si la normalidad política y democrática, el imperio de la ley y la limpieza y rectitud de gestión garantizan y visten de seguridad jurídica los intereses económicos; ¿por qué los intereses económicos nunca garantizan lo otro? ¿Por qué algunos países están condenados a ser simples campos de experimentación, desarrollo y protección de los intereses económicos y de CORRUPCION; pero nadie se empeña en experimentar, ejercer y asegurar las libertades, la democracia y el respeto de los derechos humanos. ¿Cómo es que nadie se preocupa en contagiar o incluso imponer la normalidad política y democrática, así como el respeto de los derechos humanos, las libertades y la seguridad jurídica para bienes y personas?. ¿La única razón es porque se trata de África? ¡¡¡África!!!. Ese «Toro de la Vega» condenado a sufrir un duro y vergonzoso escarnio humano para alimentar, encima, a sus “asesinos”.

Y cuando hablamos de “horizonte democrático”, no es solo para golpear conciencias; sino por la razón de los hechos: Al margen de la persecución, odio y aversión que el presidente de Guinea Ecuatorial me profesa a mí, y por traslado, al Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, la razón por la que Obiang Nguema, aseguraba «tenerme miedo», en mis tiempos de libertad de movimientos… se resume en esta frase muy suya: «Yo no le tengo miedo a Severo Moto; sino a España, que está detrás de él«.  Nada, por tanto, mejor para Obiang Nguema, que este exilio en el que nos hallamos atrapados, recluidos, abandonados y atados. Lo que no sea horizonte democrático, para nosotros, puede convertirse en «horizonte de dictadura», para Obiang Nguema, como evidentemente se viene demostrando en 47 años de cruel dictadura. Cómo no voy a tomar la palabra de Obiang Nguema para repetir lo mismo: «Yo no le tengo miedo a Obiang Nguema; sino a España que está detrás de él».

“¡ESTASevero MotoREMOS CON EL QUE ESTÉ…”!
La teoría del «ESTAREMOS CON EL QUE ESTÉ» con la que, en España, se ha respondido a la demanda de la oposición para que el Gobierno español ayude al pueblo guineano a desembarazarse de la cruel dictadura de Obiang Nguema y sus inexpugnables apoyos exteriores es, de todas todas, injusta y digna de todo replanteamiento. En el verano del año 1994, y ante el claro fracaso del proyecto de democratización de Guinea Ecuatorial, el Parlamento Europeo recomendó al abatido pueblo guineano  que «se desembarazase cuanto antes de la dictadura que le consumía».

En su informe anual del mismo año, el Departamento de Estado Norteamericano aseguraba, convencido, que «Guinea Ecuatorial ya no podía, por sí sola, deshacerse de la dictadura que pesaba sobre el país africano». No nos importa que el silencio oficial impuesto a los temas candentes y «molestos» marque la pauta de actuación de los que, debiendo, no actúan en consecuencia. Si, según el Parlamento Europeo, Guinea Ecuatorial debía -debe- deshacerse de la dictadura impuesta por Macías Nguema y Obiang Nguema; y el Departamento de Estado Norteamericano asevera que el pueblo guineano ya no puede, por sí solo, reponerse del abatimiento al que ha sido sometido, alguien tiene que ayudar al pueblo guineano a tan difícil tarea. Nadie, más obligado, más responsable y más apuntado para esta ayuda, que quien hizo posible que Macías y Obiang Nguema, se hicieran con la independencia. Y si de verdad fue el propio pueblo guineano, está claro que ya no puede. Y es que, como decía muy bien Obiang Nguema: «Yo no le tengo miedo a Severo Moto (pueblo guineano, abatido…) sino a ESPAÑA que está detrás de él”. ESPAÑA que está detrás de Teodoro Obiang Nguema. Si esto es así de claro y verdadero, viene muy bien ese COMUNICADO de la C.O.R.E.D., proponiendo y pidiendo (ese es nuestro talante y forma de ser y de hacer) que ESPAÑA nos ayude a deshacernos, de la manera más «inteligente» y segura, de Obiang Nguema y su cruel dictadura:

«Ante el alarmante deterioro de la salud del presidente Obiang, lo que puede conducir a un fatal desenlace imprevisto. Temiendo, por otra parte, las maniobras del núcleo duro que le rodea, encaminadas a consumar la sucesión, sin atender a las previsiones constitucionales. La Coalición CORED quiere, mediante este COMUNICADO, alertar a la opinión pública nacional e internacional, para que todos los que desean y apoyan la instauración de la democracia en Guinea Ecuatorial, estén prevenidos. Hacemos un llamamiento especial al Reino de España, para que, como ex-potencia colonizadora, ayude a que se cumplan, en la sucesión de Obiang, las previsiones constitucionales. Y así dar paso a la apertura de un proceso de transición democrática en Guinea Ecuatorial».

N. de la R.
Este artículo se publica con la autorización de Confidencial de Guinea Ecuatorial.