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[SEPA/FV] Diario el Peso (11/2/2016)
El valor simbólico de la retórica política no siempre parece tener correlato en las acciones concretas que ejecutan los gobiernos. Numerosos los diarios del mundo informaron el valiente resultado del referéndum griego convocado por un gobierno surgido como emergente de una crisis económica terminal por la que transita el país. La ciudadanía de manera mayoritaria y contundente dijo NO a las políticas de ajuste que imponía la Troika europea a un pequeño estado endeudado por una entente de dirigentes corruptos (europeos y griegos) y traficantes de armas que hicieron que este pequeño país, comprara innecesariamente innumerable armamento (buques submarinos y pertrechos de guerra) por valores que explican su deuda externa.

Alemania (y en parte Francia) quieren seguir vendiéndole armamento y Grecia parece dispuesta a comprarlo. Con 133.000 soldados, Grecia tiene el mayor ejército de los países de la OTAN en proporción a sus habitantes (11 millones). Alemania, poblada por 81 millones de personas, cuenta con 254.000 soldados. Ningún país de Europa invierte tanto dinero per cápita en armas como Grecia. En la última década se calcula que ha gastado 50.000 millones de euros en Defensa. Según un estudio del instituto SIPRI de Estocolmo, Grecia ha sido el quinto mayor comprador de armas en el mundo entre 2005 y 2009. “Empresas alemanas, francesas y estadounidenses se han beneficiado con Grecia”, denunciaba en 2010 una investigación de Florian Hassel publicada en el diario alemán Welt am Sonntag.

Existen diversas razones que explican por qué Grecia compra armas, explica Ottfried Nassauer, director del Centro de Información Berlinés de Seguridad Transatlántica (BITS). “Por un lado, es un problema de la vecindad con Turquía: por eso la Marina griega, que en el pasado ha contado hasta con ocho submarinos, no quiere quedar por debajo de cinco”, explica. Durante el período de la guerra fría, tanto Atenas como Ankara obtenían sus armas como parte de la “ayuda militar”, gracias a préstamos a largo plazo. Pero tras la caída del muro de Berlín, “Grecia y Turquía han continuado en una especie de versión propia de la guerra fría”, explica Nassauer.

Al parecer, Atenas acepta finalmente la propuesta que los ciudadanos griegos rechazaron en el pasado referéndum, aunque con ligeros retoques. El Gobierno de Grecia envió la noche del jueves el plan con las medidas prioritarias para pactar el tercer y ansiado rescate con los acreedores, que está llamado a evitar la bancarrota y la salida del euro.

Alexis Tsipras
Alexis Tsipras

Atenas acataría prácticamente al 100% la última oferta europea (la que fue rechazada masivamente el pasado domingo 5 de julio). A cambio se compromete a hacer concesiones simbólicas y circunscritas a la subida de impuestos. Angela Merkel, por su parte, hizo una propuesta más dura para un programa completo y de más largo alcance: por tres años y algo más de 50.000 millones de euros.

Hay más dureza en el capítulo de ingresos fiscales, especialmente en el IVA: el Gobierno de Alexis Tsipras rebaja menos el gasto militar, aporta medidas cosméticas en otros asuntos y, sobre todo, no ofrece medidas adicionales en pensiones. Bruselas y Berlín habían prometido el jueves un gesto relativo a la restructuración de la deuda griega si la oferta de Atenas es convincente.

Las metas fiscales propuestas por Tsipras son idénticas (un superávit fiscal primario del 1% del PIB para este año), e incluso Grecia pide revisar los objetivos a medio plazo (3,5% del PIB desde 2018) ante la constatación de que la economía se ha parado en seco tras el corralito. Grecia hace concesiones por el lado de los impuestos, pero no por el capítulo de gastos y deja prácticamente intactas las medidas relativas a las pensiones, con un guiño a los pensionistas con menos ingresos. Atenas, aprobará de urgencia, a principios de semana, tanto la reforma fiscal como la de las pensiones.

La Troika evaluará esa oferta y el Euro-grupo la examinará el sábado. En juego está el futuro de Grecia, y tal vez el del euro: tras solicitar dos rescates desde 2010 por importe de 240.000 millones, Atenas necesita como agua de mayo un tercero que ascenderá finalmente a 53.000 millones adicionales. Y que dejará al Gobierno griego bajo la tutela de la Troika por un plazo de tres años: prácticamente todo el mandato de Tsipras.

La mujer más poderosa de Europa, la canciller Merkel, avisó hace apenas tres días de que esperaba una propuesta aún más dura, más ambiciosa que la europea: el plan de Bruselas ofrecía 15.000 millones para seis meses y Grecia pide ahora más del triple de ese dinero y para tres años. Pero el plan de anoche y la anterior propuesta europea son prácticamente iguales. Y las concesiones ya se incluían en la carta enviada por Alexis Tsipras a las instituciones durante la campaña del referéndum. Curiosamente el oxígeno que podría obtener Tsipras seguiría engordando el bolsillo de los proveedores de armamentos y bancos a costa del bolsillo de los ciudadanos.

La maltrecha economía griega, se adentra en una recesión profunda. Las mayores concesiones se ofrecen a través de los impuestos: Grecia se aviene a eliminar el tipo reducido del IVA en las islas (no en el caso de las más remotas) y se compromete a subir el IVA de los hoteles a partir de octubre, lo que perjudicaría su mejor industria que es el Turismo.

Ofrece también medidas compensatorias a los acreedores si se recauda menos de lo previsto, con aumentos adicionales del impuesto sobre los alquileres y del Impuesto de Sociedades, que podría ascender hasta el 29% en el peor de los casos perjudicando a tanto a inquilinos como a propietarios.Grecia

Ofrece recortar el gasto militar en 100 millones este año y en 200 millones el año próximo, cuando el ajuste en este rubro debería ser superior a los 400 millones para transferir ese dinero a sectores vinculados a promover la industria, el trabajo, la salud y la educación. Atenas, acepta todo el paquete de la UE incluido en el plan del 30 de junio, que supone elevar la edad de jubilación a 67 años y congelar las pensiones hasta 2021.

A modo de señuelo, Europa envió el jueves claras señales a Atenas que contempla una restructuración de su deuda si acomete las reformas. Tanto el Gobierno alemán como el presidente del Consejo Europeo, Donald Task abogaron por ello. Berlín se reafirmó en descartar una quita pero dejó abierta la puerta a una mejora en los plazos de devolución. El FMI, EE UU y Francia defendían ya conceder a Grecia un alivio cosmético de la deuda, pero aún, ni Alemania ni el Consejo han sido tan explícitos al respecto.

Bruselas y Berlín pretendían que Atenas llegara lejos y renunciara a muchas de sus promesas para que el plan tenga “éxito”. “Una propuesta realista por parte de Grecia debería ir acompañada de una propuesta realista de los acreedores sobre sostenibilidad de la deuda para crear una situación en la que todos ganen”, zanjó Tusk, que nunca aclaró a quién se refiere con “todos”.

El plan de nueve páginas plagadas de recortes y reformas será analizado para ver si es lo suficientemente “realista” para los estándares europeos. Tsipras convoca al Parlamento para discutir la propuesta. ¿Más de lo mismo?

N. de la R.
Este artículo se publica con la autorización de Diario el Peso.com.