¡Juntos venceremos!
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España
espacioseuropeos (9/7/2016)
El pasado mes de junio, en uno de los Consejos de Ministros se aprobó remitir a las Cortes Generales, el Tercer Protocolo de Enmienda del Convenio de Cooperación para la Defensa entre el Reino de España y los Estados Unidos de América, de 1 de diciembre de 1988, y sus Enmiendas, “así como su ratificación, y por el que se solicita su tramitación por el procedimiento de urgencia”.

Ese Convenio permite, ya sin tapujos ni ocultamientos, el despliegue permanente de una fuerza militar de “respuesta a la crisis en la base aérea de Morón de la Frontera”.  Eso dice literalmente la referencia  del Consejo de Ministros en el que se trató ese asunto. Aunque, no explica a qué “crisis” se refiere.

Para tratar de camuflar lo que es una auténtica dejación de pérdida de soberanía de España, el gobierno dejó escrito lo siguiente: “El Convenio de Cooperación para la Defensa entre el Reino de España y los Estados Unidos de América, de 1 de diciembre de 1988, con sus correspondientes anejos y canjes de notas, revisado por el Protocolo de Enmienda de 10 de abril de 2002 y por el II Protocolo de Enmienda de 10 de octubre de 2012, sirve de marco para la cooperación en materia de defensa entre ambos países, que a nivel multilateral se ve reforzada por ser ambos Estados miembros del Tratado del Atlántico Norte”.

La primera solicitud se hizo  en 2012, cuando USA solicitó –más bien exigió- “el despliegue temporal, por el plazo de un año, de quinientos infantes de marina y ocho aeronaves estadounidenses en la base aérea de Morón de la Frontera, cuya misión principal era la ejecución de operaciones de respuesta ante crisis, contingencias de ámbito limitado y operaciones logísticas para proteger sus instalaciones, personal y ciudadanos en regiones del norte y oeste de África. El Gobierno autorizó dicho despliegue temporal el 19 de abril de 2013”. José Luis Rodríguez Zapatero fue el sujeto que accedió a ello, no hay que olvidarlo.

A través de otra “solicitud” de USA, de fecha 7 de marzo de 2014,  “se renovó la autorización del citado despliegue temporal en dicha base aérea por el plazo de un año, con un incremento de efectivos a 850 infantes de marina, número que podría alcanzar los 1.100 durante las rotaciones de fuerzas por el solapamiento temporal de efectivos, y 17 aeronaves. A los cometidos de la fuerza se añadió el de adiestramiento y ejercicios bilaterales y multilaterales en Europa y África”.

“Atendiendo a la situación de inestabilidad internacional” –eso afirma el gobierno español, aunque no nos dice quién la crea- “en diciembre de 2014 Estados Unidos solicitó que el despliegue temporal en la base aérea de Morón de la Frontera de una fuerza militar de respuesta de crisis de los Estados Unidos continúe por un plazo indefinido y que se incrementen los niveles máximos de fuerza y aeronaves autorizados”.

Con la finalidad de “acomodar” el despliegue de tropas estadounidenses, el Convenio de Cooperación para la Defensa debe modificarse a través de nuevas enmiendas. Y así, el 23 de enero de este año, los Ministerios de Defensa y de Asuntos Exteriores negociaron (¿?) directamente con los Departamentos de Estado y Defensa de Estados Unidos.

Rajoy y Obama. Foto La Moncloa
Rajoy y Obama. Foto La Moncloa

Dado que la autorización para el despliegue y acantonamiento de tropas estadounidenses en la Base de Morón de la Frontera expiraba el 19 de abril, el Consejo de Ministros autorizó el pasado 17 de abril –a toda prisa y sin que entrara en el Congreso de los Diputados- una nueva prórroga por un año esa permanencia.

Otro Protocolo de Enmienda, el Tercero, ahora remitido a las Cortes Generales, “establece los términos y límites bajo los cuales España autoriza el despliegue de la Fuerza militar de respuesta de crisis estadounidense en la Base Aérea de Morón”. El texto de ese protocolo alude concretamente al “artículo 2 del Convenio, que exige la autorización del Gobierno español para todas aquellas misiones que no sean de carácter bilateral o multilateral”.

Y así se llega a un “avance” –según la referencia que hace el Consejo de Ministros- “en el fortalecimiento de las relaciones entre ambos países en el ámbito de la defensa: por una parte, tiene como objetivo contribuir a la estabilidad y a la seguridad común en Europa, África y Oriente Próximo; por otra, la fuerza militar tendrá como misión fundamental la protección de los ciudadanos e instalaciones de los Estados Unidos de América y de España, así como de otros Estados miembros de la Alianza Atlántica, y el apoyo del adiestramiento conjunto bilateral y la cooperación para la seguridad regional”.

Llegamos al día 1 de junio de este año, en el que iba a llegar el  Secretario de Estado de Estados Unidos, pero una caída mientras practicaba ciclismo se lo impidió. Por esa razón, el Secretario de Estado de Asuntos Exteriores del Ministerio de Asuntos Exteriores de España, se desplazó a Washington, donde firmó (17 de junio).

Pero por si no era suficiente, el mismo día se negociaba un Acuerdo Conjunto de Entendimiento de Defensa en el que se desarrollan algunos aspectos “relativos a la aplicación del anterior”, tales como el “adiestramiento y operaciones, interoperabilidad y cuestiones de especial interés local como las inversiones y  disposiciones relativas a la contratación de personal”.

Otro capítulo es del nuevo protagonismo de España en la OTAN, y de la visita –con instrucciones a entregar en mano- del presidente Barack Obama que llega hoy a Madrid tras cancelar parte de los actos que iban a celebrarse en Sevilla y la Cena de Gala en el Palacio de Bailén.