Vladimir Putin y Barack Obama.
Vladimir Putin y Barack Obama.

Internacional
[FV] Diario el Peso (26/9/2016)
Obama y Putin siguen distanciados y no pudieron llegar a un acuerdo en varios temas conflictivos, entre ellos la guerra Siria y la situación de Ucrania. La reunión que se extendió durante 90 minutos en la ciudad de Hangzhou, en el este del país, donde concluyó la cumbre del G20 fue infructuosa.

“En vista de los problemas existentes en la confianza mutua, las negociaciones fueron duras”, reconoció el propio Obama tras el primer encuentro que tuvieron ambos mandatarios en meses.

Fuentes cercanas aseguraron que la conversación fue intensa, duró más de lo previsto y se centró en Siria y Ucrania. Para el mandatario estadounidense, la clave radica en un alto el fuego “que nos permita centrar nuestra atención en nuestros enemigos comunes, como el Estado Islámico (EI) o (el Frente) Al Nusra”, según sus propias palabras: “El régimen de Bashar al Asad está bombardeando con impunidad”, subrayó Obama, y agregó que eso crea una dinámica peligrosa, al aumentar la capacidad de reclutamiento de personas que en principio no eran simpatizantes de grupos radicales. A pesar de las diferencias entre Moscú y Washington sobre el alto el fuego, el presidente ruso, Vladimir Putin, se mostró más optimista que su par estadounidense durante su rueda de prensa, al final de la cumbre.

“Tengo mucha confianza en que esos acuerdos se alcancen, y tengo argumentos para pensar que es cuestión de pocos días”, afirmó el jefe del Kremlin, que tuvo un alto grado de protagonismo en el G-20, en contraste con el ostracismo que vivió en encuentros anteriores.

En un intento por acordar una intervención coordinada en Siria y de alcanzar un alto el fuego, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, estuvieron negociando durante dos días, sin éxito. Con todo, las partes acordaron continuar las conversaciones, aseguraron diplomáticos rusos en diálogo con la agencia de noticias Interfax.

Estados Unidos se mostró inflexible respecto de las sanciones aplicadas a Rusia solicitando que previo a toda conversación sobre Ucrania debe cumplirse el acuerdo de Minsk. El 12 de febrero de 2015. Entre las fuerzas leales a Kiev y los insurgentes apoyados por Moscú (las autodenominadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk) hay menos escaramuzas y menos muertos, pero siguen abundando las transgresiones del alto el fuego, el primer punto del pacto trabajosamente gestado en la capital de Bielorrusia.

Los acuerdos de Minsk se firmaron, bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), tras una noche en vela compartida por la canciller alemana Ángela Merkel y los presidentes de Francia, François Hollande; Rusia, Vladímir Putin y Ucrania, Petró Poroshenko. Por diferentes razones (políticas y económicas), la mayor parte de los protagonistas de aquella noche desearían presentar el proceso de Minsk como una historia de éxito, pero la realidad demuestra que se trata de un problema cada vez más enquistado.

Los políticos en Kiev, por una parte, y los líderes de la RPD, la República Popular de Lugansk (RPL) y el Kremlin por la otra, esperan todavía que se concreten un conjunto de medidas aprobadas en Minsk (en total 13 puntos), entre ellos el intercambio de presos, amnistía, enmiendas constitucionales, ley de autogobierno, y control de la frontera con Rusia. Moscú acusa a Kiev de entorpecer las reformas necesarias para dotar de mayor autonomía a las regiones rebeldes. Por su parte los representantes del gobierno de Ucrania afirman que Moscú y los rebeldes deben cumplir primero puntos como el alto el fuego, la autorización de inspecciones de la OSCE en unidades militares ahora vetadas a los observadores y el intercambio de prisioneros.

La canciller alemana, Angela Merkel instó a Moscú a alcanzar un alto el fuego inmediato en Alepo. “Está claro que el tiempo apremia, si se contempla el sufrimiento de la gente”, dijo Merkel. “Necesitamos un alto el fuego duradero para vertebrar un suministro humanitario”, dijo, y consideró que Putin cuenta con una gran influencia para llegar a buen puerto.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que también participó en la cumbre de las 20 principales economías del mundo, declaró por su parte que negocia con Estados Unidos y Rusia para tratar de establecer un alto el fuego en Alepo antes de la festividad religiosa musulmana de Id el Ada, en torno al 11 de septiembre, aniversario por demás simbólico para Estados Unidos.

En sus conversaciones privadas al margen del plenario de la cumbre, los líderes también trataron sobre Ucrania. El presidente francés, François Hollande, confirmó que en las próximas semanas se celebrará una cumbre de cuatro entre su país, Alemania, Ucrania y Rusia. “Debemos continuar el proceso de Minsk, solucionar los puntos que lo bloquean, como la puesta en marcha del estatuto especial, la situación de la seguridad y la desconfianza”.

Moscú y Washington llevan meses negociando sobre la situación en Siria. Estados Unidos pretende que el gobierno de Bashar Al Asad y su aliado ruso cesen los ataques contra civiles. “Se necesita un momento de tranquilidad para permitir a la población civil recibir ayuda humanitaria urgente”, dijo un portavoz norteamericano. Esto se aplica especialmente en Alepo, donde las tropas sirias volvieron a asediar el domingo al este de la ciudad, controlado por los rebeldes.

De momento, las armas reposan
De momento, las armas reposan

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que también participó en la cumbre de las 20 principales economías del mundo, declaró por su parte que negocia con Estados Unidos y Rusia para tratar de establecer un alto el fuego en Alepo antes de la festividad religiosa musulmana de Id el Ada, en torno al 11 de septiembre, aniversario por demás simbólico para Estados Unidos.

En sus conversaciones privadas al margen del plenario de la cumbre, los líderes también trataron sobre Ucrania. El presidente francés, François Hollande, confirmó que en las próximas semanas se celebrará una cumbre de cuatro, entre su país, Alemania, Ucrania y Rusia. “Debemos continuar el proceso de Minsk, solucionar los puntos que lo bloquean, como la puesta en marcha del estatuto especial, la situación de la seguridad y la desconfianza”.

Moscú y Washington llevan meses negociando sobre la situación en Siria. Estados Unidos pretende que el gobierno de Bashar Al Asad y su aliado ruso cesen los ataques contra civiles. “Se necesita un momento de tranquilidad para permitir a la población civil recibir ayuda humanitaria urgente”, dijo un portavoz norteamericano. Esto se aplica especialmente en Alepo, donde las tropas sirias volvieron a asediar el domingo al este de la ciudad, controlado por los rebeldes.

Las fuentes diplomáticas señalaron que hubo detalles técnicos que impidieron alcanzar una solución. En la previa al cierre del encuentro en Hangzhou, todo parecía indicar que se llegaría a un acuerdo. En ese sentido, el Departamento de Estado norteamericano había convocado a los periodistas a una teleconferencia que fue cancelada en la tarde de ayer, poco antes de su celebración. Kerry habló en Hangzhou de “cuestiones difíciles” pendientes de aclarar. Diplomáticos estadounidenses señalaron que Rusia dio marcha atrás en algunos puntos y no cumplió lo que se había acordado antes. Pero el Ministerio de Exteriores ruso sostuvo que no había motivo para declaraciones dramáticas y agregó que continuaría trabajando para llegar a un acuerdo.

N. de la R.
Este artículo se publica con la autorización de Diario el Peso.