Mariano Rajoy

España
Alejandra Durrell (19/5/2017)
El Presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy Brey, pretende declarar a finales de julio y por videoconferencia, cuando media España está mojándose el trasero en la playa o en la casita del abuelo en el pueblo, visitando a la familia y así ahorrándose unos euros. La Moncloa -¡que ingenio, Dios!- afirma en un comunicado que Rajoy declarará por videoconferencia para ahorrar dinero a los españoles, ya que su desplazamiento –menos de 30 kilómetros- supone un gasto en gasolina y movilizar efectivos de seguridad, además de alterar el ritmo de trabajo de la AN.

Rajoy ha sido citado como testigo por la Audiencia Nacional para que declare en la vista oral del caso Gürtel. Pero debido a sus muchas ocupaciones y, sobre todo, por ahorrar dinero a los españoles, ha pedido poder hacerlo el 26 o 27 de julio, cuando media España está de vacaciones o haciendo las maletas y la otra mitad pensando en ellas. Además, Rajoy ha pedido poder declarar por videoconferencia.

El tribunal que juzga la primera época de la trama de corrupción Gürtel decidió el pasado 18 de abril citar a Mariano Rajoy como testigo a petición de la acusación particular ejercida por la acusación popular ADADE.

Declarar por videoconferencia no es una excepción, que Rajoy declare por video conferencia, pus la Ley de Enjuiciamiento Criminal lo permite si existen razones de “utilidad, seguridad o de orden público”. Rajoy será el primer presidente del Gobierno que en activo tendrá que declarar como testigo por un caso de corrupción.

Hay que recordar que Adolfo Suárez y Felipe González declararon como testigos, aunque no por casos de corrupción. Suárez lo tuvo que hacer por el caso Banesto, en el que el exbanquero Mario Conde le había acusado de recibir 300 millones de pesetas que él le entregó para que mediara ante el Banco de España. Suárez lo negó y ahí quedó la cosa.

González se libró de hacerlo por el llamado caso de la  ´guerra Sucia’ (GAL), aunque sí fue citado como testigo en uno de los delitos cometidos por ese grupo, que fue el conocido secuestro de Segundo Marey. Lamentablemente Felipe González no recordaba nada de nada.  Marey sufrió lo suyo, y González se fue de rositas.

Aquellos eran otros tiempos, hablar del franquismo, de la transición y de la democracia, lo ocupaban todo. Y para colmo teníamos la constante amenaza de los terroristas de ETA.