España
Alejandra Durrell (9/6/2017)
El Gobierno de España se negó siempre a dar a conocer a los españoles la larga lista con los nombres de las 30.000 personas y 600 empresas que se acogieron a la amnistía fiscal del gobierno del PP. Poco a poco, que si filtraciones, que si investigaciones periodísticas o los sumarios judiciales, hemos ido conociendo los nombres de esos evasores fiscales, personas que sacaban el dinero de España para no contribuir con la comunidad. Ellos, muy patriotas, se iban con sus sacos y maletines a paraísos fiscales.

Corría el año 2012 cuando se decretó esa amnistía fiscal. Las voces para que se conocieran los nombres de esos evasores fiscales, fueron muchas, pero el PP había conseguido mayoría absoluta y, en consecuencia, vetaba cualquier posibilidad de que la “lista” se hiciera pública. El Ministro de Economía y Hacienda, Cristóbal Montoro, tuvo mucho que ver en eso.

Con el tiempo, a través de investigaciones policiales y judiciales, hemos tenido la oportunidad de ir conociendo esos nombres, aunque no fue ninguna sorpresa. El que no tenía dinero en Suiza, lo tenía en las Bahamas, en Panamá, debajo de algunos de los colchones de cualquiera de sus lujosas casas, o en lingotes de oro guardados en bancos suizos. La horterada da para mucho.

La lista es larga. He aquí algunos de los nombres, que repito, no nos va extrañar. Por ejemplo, Luis Bárcenas, Rodrigo de Rato y Figaredo –como así se hacía llamar en Alianza Popular-,  Oleguer  Josep Pujol, Edmundo Rodríguez, Diego Torres, José Ángel Fernández Villa,

Ahora el Tribunal Constitucional anula la amnistía fiscal que elaboró y protegió el PP. La sentencia acusa al gobierno de “abdicar” de sus funciones y obligaciones, así como de “quebrar” la justicia tributaria. Pero, que estén tranquilos los defraudadores, la sentencia no les afecta en lo que se refiere a “regularizaciones firmes”. O sea, que no les va a afectar ni un euro. Otra cosa es en lo “político”, ahí es distinto. Pero ya se sabe “nunca pasa nada; y si pasa, se saluda y punto”.

A esperar, a ver si con un poco de suerte conocemos los nombres y apellidos de esos insolidarios personajes.