Teodoro Obiang Nguema y Mariano Rajoy

España/Venezuela/Guinea Ecuatorial
Espacios Europeos (31/7/2017)
El Ministerio de Asuntos Exteriores de España, o sea el Gobierno de Mariano Rajoy, ha emitido un comunicado en el que “lamenta que el Gobierno de Venezuela haya decidido seguir adelante con un proceso constituyente que no es aceptado por la mayoría de los venezolanos y que conculca principios democráticos esenciales”.

Para Exteriores: “El Gobierno español condena los actos de violencia y represión que han provocado numerosos muertos en las últimas horas, que se suman a los más de 100 venezolanos fallecidos en protestas generadas por el deterioro de la situación política y económica y a favor de la democracia en Venezuela”.

En clara obediencia a los dictados de la Casa Blanca, afirma el comunicado del gobierno del PP que “La Asamblea resultante de la votación de hoy no representa la voluntad mayoritaria de los venezolanos, no tiene atribuidas conforme a la Constitución facultades legislativas que corresponden a la Asamblea Nacional y no es la solución a los graves problemas de confrontación política y crisis humanitaria que asolan al país”.

En consecuencia afirma que “España no reconocerá una Asamblea Constituyente que no sea resultado de un amplio consenso nacional, elegida conforme a reglas democráticas de sufragio universal libre, igual, directo y secreto. Por ello no podrá reconocer ni dar validez a los actos jurídicos emanados de esta Asamblea Constituyente”.

España insta una vez más al Gobierno venezolano a que “inicie un proceso sincero de negociación con las instituciones democráticas legítimas y constitucionales de Venezuela como la Asamblea Nacional, y que permita un amplio acuerdo que respete el marco constitucional y garantice  la separación de poderes, los derechos humanos y la democracia”.

España amenaza con las sanciones, tan de moda ahora: “El Gobierno de España estudiará, junto con sus socios de la Unión Europea y países amigos de la región, las medidas adicionales que puedan ser efectivas para promover una restauración de la institucionalidad democrática y constitucional en la República Bolivariana de Venezuela”.

El Gobierno de España, en manos del Partido Popular, de Mariano Rajoy se muestra inflexible con el Ejecutivo venezolano, solo le interesa derribar a Nicolás Maduro y encumbrar a los Capriles. A Rajoy le da lo mismo que Henrique Capriles haya sido acusado ante la Fiscalía venezolana por, supuestamente, haber recibido sobornos de la empresa brasileña Odebrecht.

Eso sí, ataca a Venezuela, pero defiende y apoya al dictador-presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema. Hasta ahora, ninguna de las elecciones (presidenciales, Cámara de Representantes o Locales) han sido denunciadas por el Gobierno de España, aún a sabiendas de que eran fraudulentas. Enviaba “observadores” amigos para testimoniar las ilegalidades y tropelías de la dictadura.

España conocía que la mayoría de los partidos políticos de la oposición estaban ilegalizados por el dictador, pero a pesar de ello apoyaba los resultados favorables, con más del 99 %, a la dictadura. Tampoco el gobierno español ha querido saber de asesinatos, torturas y encarcelamientos ilegales, ni tampoco de los expolios habidos a empresarios guineanos, españoles e italianos, en su mayoría.

Esa es la doble vara de medir del Ejecutivo español.