Melilla (España)
Espacios Europeos (10/9/2017)
Una operación conjunta de la Policía Nacional (España) y la Dirección General de Vigilancia del Territorio del Reino de Marruecos ha desarticulado una célula yihadista, compuesta por seis individuos, cuyo líder, Hafid Mohamed, de 39 años, era un activo militante del PP de Melilla. A pesar de no pagar su cuota como militante, seguía como tal. A los pocos días de salir la noticia en los medios de comunicación e, PP regional de Melilla le dio de baja.
Cinco de los detenidos son marroquíes y el sexto, también marroquí, pero nacionalizado español.
El ex militante del PP trabajaba como auxiliar educativo en un centro de reeducación de menores, donde, además, llevaba a cabo sus labores de captación y radicalización entre los jóvenes del centro.
De acuerdo con la estrategia de adoctrinamiento del Daesh, ese activista logró formar -al menos que se sepa- una célula yihadista. La colaboración entre la Policía Nacional y la Dirección General de Vigilancia del Territorio de Marruecos logró la desarticulación de ese grupo yihadista.
No está de más, recordar que los marroquíes nacionalizados españoles siguen conservando también la nacionalidad de su país, Marruecos, pues así lo determina la Constitución de ese país.
El Ministerio de Interior se afana en convencernos de que la colaboración con las fuerzas de seguridad de Marruecos es excelente, pero la realidad es que existe un doble juego por ambas partes. Colaboran, pero se miran de reojo, y se vigilan.