Antonio Garrigues Walker.

España
José Luis Heras Celemín (19/10/2017)
Que viene, que viene. Y llegó el ministro Catalá, con Lesmes, al desayuno de Nueva Economía Fórum en el hotel Ritz. Don Pedro, el gran don Pedro, al oír el nombre del Presidente del Presidente del Tribunal Supremo, evocó con unción, casi devoción, la alineación con la que el Real Madrid ganó su primera Copa de Europa: Lesmes, Alonso, Atienza, Marquitos, Muñoz, Zárraga, Joseito, Marsal, Di Stéfano, Rial y Gento. Con ello, la llegada del titular de Justicia perdía empaque para acomodarse a la ocasión: Presencia de un ministro de Rajoy en una situación política tan singular como la que produce la cuestión catalana en estos días.

Lógicamente, en lugar de nombres de futbolistas, en las libretas de la prensa se anotaron otros nombres: Ana Pastor, De la Serna, Vega de Seoane, Juan Pablo Lázaro, Pablo Casado, Embajador de Francia, María Jesús Moro, Martínez Almeida, embajadoras de Eslovenia y Chipre…

Y Antonio Garrigues, que se encargó de la presentación y que, como suele, además, aportó algo: En un mundo donde la Ley no se aplique no hay convivencia. Hay que comprender que la democracia es un sistema que permite convivir en desacuerdo. No nos preocupemos excesivamente.

Catalá, empezó con algo raro: Como uno de los patrocinadores del acto era Red Eléctrica de España, representada allí por su Presidente, José Folgado, aprovechó para crear ambiente con lo que pudiera ser algo más que una afirmación cortés: ‘Hablar bien de quien paga la fiesta’; y que podía tener una segunda intención . Después, una frase para avisar: ‘Vamos al toro’. Y el toro fue, o pretendió que fuera, la exposición de su ya conocida pretensión de Reforma de la Justicia. ‘Falta la Reforma de la Justicia. No estamos en tiempo de análisis, sino de actuar… Gaudí, el catalán, decía que es necesario análisis y acción’.

Con ésas, obviando el momento y el interés de la audiencia, se lanzó a exponer sus conocidas 7 ‘líneas de acción para la Reforma de la Justicia’: Atender a los profesionales. Mejora de herramientas. Reforma de legislación. Uso de nuevas tecnologías. Fortalecer la percepción social sobre la independencia de la justicia. Poner en valor que la justicia sirve para promover la tutela de los ciudadanos. Y fortalecer la seguridad jurídica.

Una vez la Reforma endilgada, e indigesta, como final, el ministro, más que decir, recitó unas frases que buscaban titulares: ‘Constatar que fuera de la Ley sólo hay riesgo, incertidumbre y miedo… Hoy, esta noche, se harán pintadas; y se amenaza… El mensaje de ilegalidad en Cataluña está produciendo efectos ya…. Ante esto, sólo cabe volver a la Ley, al Estado de Derecho y al diálogo donde corresponde, en el Congreso de los Diputados.

Después siguió un turno de preguntas que, manejadas por el moderador, llevaron a la sala distintos aspectos de una actualidad catalana que preocupa y que, mal que bien, fueron contestados:

– ¿Los Jordis en prisión y los Jefes de los mossos libres y con cargos?: ‘La decisión de la jueza se basa en hechos’. No hay presos políticos, hay políticos presos. Es intolerable que los ciudadanos impidan que funcione la justicia. 

– ¿Trapero legitimado para seguir; se confía en él?: Respeto a la decisión de la jueza. Deben decidir la Consejería y el ministerio de Interior.

– ¿Un 155 suave o duro, elecciones?: Hay un segundo plazo dado (por Rajoy a Puigdemont). El Gobierno tiene que tomar decisiones. Respeto y confianza en un Gobierno que no tiene por qué avanzar qué va a hacer. No usar la fuerza no es irresponsabilidad. Trabajando y ofreciendo diálogo, nadie va a pasar por la izquierda. También es diálogo el que usa Junqueras con Montoro para pagar lo que (Cataluña) no puede financiar con ‘bonos basura’.

– ¿Es suficiente la ley frente a los incendios?: No falla la Ley. Falta detener a los pirómanos.

– ¿El acuerdo PP-PSOE ayuda en Cataluña?: Sí.

Hubo alguna pregunta más. Entre ellas, una sobre el posible uso por el Gobierno de los avances digitales en la Fiscalía, que hizo Marta Pastor de RNE. Pero el ministro Catalá optó por una contestación opaca que no merece reseña.

A falta de algo consistente, su salida dejó opiniones encontradas sobre lo tratado, evitado y soslayado: Una alineación de fútbol. La Reforma de la Justicia conocida que repitió. Y la realidad catalana, que trató como trató o no trató.

– ¡Chist, chist!, Catalá se va. -apuntaron con sorna maliciosa.

Y se fue.