Sáhara Occidental
Confidencial Saharaui (28/7/2018)
Si le hablas a cualquier saharaui del PSOE, te recordará la traición que le hicieron en 1976, cuando su líder, Felipe González, incumplió su promesa, y condenó al olvido al pueblo saharaui y a su representante legítimo, el Frente Polisario, en los campamentos de refugiados en el exilio de Tinduf, el 14 de noviembre de 1976, exactamente un año después de la firma de los Acuerdos de Madrid. Todo esto desembocó en una guerra, en la que se enfrentaron dos bandos, un bando armado y apoyado armamentísticamente por Estados Unidos, Francia y Arabia Saudí y otro bando indefenso que fue encerrado en masa y masacrado con bombas.

Los saharauis nunca podrán olvidar aquellas palabras de Felipe González, grabadas por las cámaras fotográficas, puño en alto, arengando al Pueblo Saharaui y su Frente Polisario en los campamentos de refugiados de Tinduf, el día en que se cumplía el primer aniversario de los acuerdos ilegales, amañados a espaldas del conjunto del pueblo español (al que pertenecían también los saharauis), y que entregaban al pueblo saharaui a su peor enemigo, a un régimen asesino, cruel y déspota.

Tampoco se olvida, aunque mucho menos, que en la Ciudad Universitaria de Madrid, durante la Transición, fue el lugar donde se celebraban los mítines del PSOE, mítines repletos de banderas del Sáhara Occidental, sus líderes en el escenario persuadiendo a los jóvenes para captar miles de votos y gritando entre la multitud consignas como “¡Viva la lucha del Pueblo Saharaui!” y “¡Polisario vencerá!”

Luego vino la traición, el silencio, la burda mentira, la intoxicación sistemática y el cinismo del entramado conocido como lobby pro-marroquí, ejecutor de la estrategia del Majzén, la CIA y demás familia. Y a esas presiones sucumbieron Felipe González, Alfonso Guerra y, en definitiva, todo el aparato del PSOE, que, visto lo visto y oído lo oído (Rodríguez Zapatero, Moratinos, Trinidad Jiménez, Rubalcaba, Ramón Jáuregui), fue abandonando por el camino promesas, obligaciones, responsabilidades, principios, socialismo, vergüenza y lo que quedara de dignidad en las bases del Partido.

Hoy, 43 años después de una traición que sigue siendo muy viva ya que sus consecuencias fueron desagradables y siguen vigentes hasta el día de hoy. El PSOE, traiciona a sus más de 5 millones de votantes españoles y peor aún, a su ideología con la que ha ganado el voto de muchos obreros y socialistas.

Con la entrada del siglo XXI, el PSOE fue más allá y comenzó a firmar contratos con el régimen marroquí a sabiendas de que expoliaban los recursos naturales del Sáhara Occidental. Del pueblo que ellos defendieron y prometieron proteger.

La traición es la nueva seña de identidad del PSOE.

Fuente. Confidencial Saharaui.