Misil Tomahawk
Misil Tomahawk

España/Estados Unidos
B. P. (14/5/2007)
España comprará a Estados Unidos 24 misiles «Tomahawk», destinados a la Armada. Estos misiles de largo alcance serán instalados en las fragatas del tipo «Álvaro de Bazán» -buques de guerra dotados del sistema estadounidense AEGIS, que permite detectar blancos aéreos en un radio de 600 kilómetros-; también se instalarán en los submarinos de la clase S-80, actualmente en proceso de construcción.

Este tipo de misil tiene un alcance efectivo de unos 1.600 kilómetros y una velocidad de 800 kilómetros por hora, además, puede ser reprogramado vía enlace por satélite, eligiendo entre quince objetivos previamente definidos, e incluso puede ser dirigido a otro blanco no prefijado transmitiéndole las coordenadas GPS, según datos que aporta el fabricante.

Hasta ahora, además de Estados Unidos, tan sólo el Reino Unido dispone de este tipo de misiles. La capacidad destructiva de este misil ha sido ampliamente demostrada en Afganistán, Irak y los Balcanes.

Las gestiones para la adquisición de estas mortíferas armas comenzaron siendo José Bono ministro de Defensa. En el mes de mayo de 2005 el Secretario de Estado Donald Rumsfeld, y el entonces ministro de Defensa español, se entrevistaron en EE. UU., para, entre otros asuntos, tratar sobre la adquisición por parte española de los «Tomahawk». Un mes más tarde, la venta era aprobada por Estados Unidos.

José Antonio Alonso, ministro de Defensa del Reino de España, declaró a RNE que este armamento táctico es «tecnológicamente» muy importante para que la Armada Española «pueda desarrollar sus funciones. Más allá de ello, lo que es importante, no sólo es el armamento, la infraestructura o el tipo de material, sino también el destino de ese material, el tipo de misiones que se hacen». Para añadir que las misiones realizadas por nuestras Fuerzas Armadas son «misiones de paz, que tienen un objetivo noble y que son absolutamente defendibles y revindicables (sic)».

Pues, ministro, si el objetivo es noble, para que gastarse tanto dinero en comprar esas armas infernales. Y, por cierto, ¿se habrá enterado José Luís Rodríguez Zapatero de esta compra?