Libro ElorriagaEspaña
José Manuel González Torga (15/5/2014)
Esta obra de Gabriel Elorriaga Fernández“Canalejas o el liberalismo social”–  está editada por el Departamento de Publicaciones del Congreso de los Diputados y forma parte de la Colección Biografías de Parlamentarios.

Elorriaga no solo es ferrolano, como Canalejas, sino que, además, destaca el hecho de que ambos fueron cristianados en la pila bautismal de la iglesia de San Francisco, circunstancia que los convierte en “copilongos”, algo que subraya “como un lazo místico de parentesco espiritual”.

De entrada, en su amplia semblanza, comienza valorando al biografiado como “…un servidor de España… era un gran orador, un gran jurista y un regeneracionista de la vida pública con dotes de mando y claridad de ideas”.

Su padre, catalán, era descendiente de un luchador en la defensa de Gerona durante la Guerra de la Independencia. Ingeniero industrial, José Canalejas Casas, el progenitor del político,  llegó a Ferrol como director-fundador de la Escuela de Maquinistas de la Armada. Sus inquietudes de otro orden le llevaron a fundar y a dirigir un periódico local: “El Eco Ferrolano”. El hijo, José Canalejas Méndez, habría de heredar esa faceta, ejercida en tareas diversas con relación a “El Heraldo de Madrid”, “Revista Ilustrada” y “El Demócrata”.

Después de cursar las licenciaturas de Derecho y de Filosofía y Letras, aspiró a cátedra universitaria de Literatura; pero, tras la oposición correspondiente, ganó la plaza nada menos que Marcelino Menéndez y Pelayo.

El destino de Canalejas estaba en la política. Diputado elegido reiteradamente encabezó nada menos que cuatro departamentos  ministeriales: los de Fomento; Hacienda; Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas; y el de Gracia y Justicia en dos etapas.

Presidió el Congreso de los Diputados y desempeñó el cargo de Presidente del Consejo de Ministros desde el 9 de febrero de 1910 hasta el 12 de noviembre de 1912, fecha de su asesinato en la madrileña Puerta del Sol, cuando contemplaba las novedades expuestas en el escaparate de la librería San Martín, mientras los agentes de seguridad estaban alejados y distraídos.

Al anarquista Manuel Pardiñas Serrato-Martín, autor del atentado, lo tenía fichado la Policía; pero había perdido su pista en Burdeos, donde estuvo, procedente de París y, antes, de Tampa, en Estados Unidos.

Pardiñás, después de descerrajar tres disparos a la víctima del magnicidio –uno en la cabeza, mortal de necesidad– se suicidó, a escasa distancia, de un tiro en la sien.

Liberalismo de nuevo cuño
Elorriaga
hace hincapié en la nota que considera distintiva, hasta a elevarla a título de libro, como identificadora de la ideología de Canalejas: el liberalismo social. “El liberalismo de Canalejas –precisa el autor del ensayo– estaba en la línea de lo que, en su época, comenzaba a perfilarse como un nuevo liberalismo, que se distanciaba del clásico y del estilo personal de Sagasta.  Era un liberalismo con vocación reformista que podía coincidir en muchos puntos de vista con lo que hoy llamamos socialdemocracia…”.

La política territorial constituyó una preocupación para Canalejas, quien no pudo llevar a cabo sus ideas –en esta como en otras cuestiones– por mor de su prematura desaparición, criminalmente planificada. Sí logró bajo su mandato que fuera promulgada la ley de Cabildos Insulares para Canarias. A tal efecto partió como antecedente del proyecto elaborado, en 1910, por quien fuera Ministro de la Gobernación, Fernando Merino Villarino, farmacéutico  leonés,  y yerno de Sagasta. Merino desempeñó también otros cargos como el de Gobernador Civil de Madrid y el de Gobernador del Banco de España.

Hay en las páginas de este volumen una antología de intervenciones  parlamentarias de José Canalejas, nutrida con textos escaneados de la colección del diario de sesiones.

Reconstrucción fotográfica que realizó ABC para su portada del 13 de noviembre de 2012
Reconstrucción fotográfica que realizó ABC para su portada del 13 de noviembre de 2012

Cuando Pablo Iglesias amenazó a Maura
Un pasaje especialmente fuerte lo representa el incidente provocado por el diputado Pablo Iglesias en el contexto del dictamen de contestación al discurso de la Corona (año de 1910). Dirigiéndose a Antonio Maura, el líder socialista – también de Ferrol como Canalejas– se permitió un insólito exabrupto al afirmar: “Hemos llegado al extremo de considerar que antes que S.S. suba al poder debemos llegar hasta el atentado personal”. En el prolijo debate con intervenciones varias, Canalejas, desde su condición de Presidente del Consejo de Ministros, aportó párrafos como el que sigue: “Bajo esta bóvedas eso no se puede hacer; bajo estas bóvedas eso no se puede decir, y si se ha dicho en momentos de ofuscación, es más generoso en hombres que tienen conciencia clara de su deber y de sus opiniones, decir que se han equivocado y creo que así lo declarará el seños Iglesias”.

Pablo Iglesias dio su brazo a torcer a medias, con referencias embarulladas, pese a lo cual el presidente de la Cámara dio por terminado el incidente y por retiradas las palabras de Iglesias.

Una explicación que no llegó
Gabriel Elorriaga Fernández
dedica un apartado a los dos matrimonios del estadista objeto de su trabajo. El primero, en plena juventud, con María Saint-Aubin;  duró 19 años y no hubo descendencia. El segundo con Mª de la Purificación Fernández y Cadenas; antes de la boda tuvieron cuatro hijos y ese retraso de las nupcias nunca llegó a ser explicado, pese a que el político  había anunciado que lo haría. Pero no consta ni en su testamento ológrafo –que el libro comentado incorpora– ni tampoco en “La vida intima de Canalejas. Memorias de la duquesa viuda de Canalejas”, editado con textos preliminares de Baldomero Argente y de Jacinto Benavente.

La obra caleidoscópica, en parte escrita y en parte coordinada por Elorriaga, añade otros contenidos, como las “Reflexiones sobre la vida de mi padre” por José Canalejas Fernández, duque de Canalejas, así como una iconografía relacionada con el político histórico.

El cálamo vivo en el análisis realizado por Elorriaga se combina con los materiales documentales para redondear una aportación de interés a la bibliografía preexistente sobre José Canalejas. Por lo demás, relevante y   relativamente amplia. Claro que su importancia histórica permite nuevas aportaciones como la que ahora efectúa Elorriaga, con la doble proximidad del paisanaje y de la dedicación política. Sin olvidar, además, la periodística.