Internacional
Syti.Net (13/7/2014)

Los Amos del Mundo
Los Amos del Mundo

Una nueva guerra ha comenzado. Es una guerra social e interna, una guerra de eliminación llevada a cabo por las élites dirigentes contra una población que se ha vuelto demasiado numerosa e inútilmente costosa. Esta guerra se caracteriza por la instauración de una nueva esclavitud llamada “liberalismo”, y simultáneamente por el aumento de la represión contra el ciudadano común para obtener su sumisión.

La “lucha de clases” predicada por Karl Marx era la de los pobres contra los ricos, de los explotados contra los explotadores. A partir de 1980, la lucha de clases se ha invertido. Ahora es una guerra de los ricos contra los pobres. Su meta es borrar un siglo de progreso social en Occidente, de multiplicar los beneficios de las empresas y permitir un enriquecimiento sin precedente de las élites dirigentes en detrimento de la población común, convertida en un simple recurso a explotar. Pero esta guerra apunta a objetivos más amplios y a más largo plazo…

Los que dirigen actualmente el mundo consideran que el planeta está sobrepoblado. Y esa sobrepoblación amenaza su poder. Cuanto más numerosa es la población, más posibilidades tiene de escapar algún día al control de la minoría que gobierna contra el interés de la mayoría. Además, los Amos del Mundo consideran que una mayoría de la población es inútil o no rentable. La mayoría de los “ciudadanos comunes” son un valor negativo para el sistema económico.

Por otra parte, desde el punto de vista de los Amos del Mundo, la principal causa de la contaminación ambiental es la sobrepoblación. Si los humanos fueran 5 veces menos numerosos en el planeta Tierra, habría 5 veces menos contaminación. Por otra parte, cuanto más humanos haya en el planeta, más se reducirá la parte de los recursos naturales (agua, alimentos, energía, materias primas, espacio…) disponibles para cada humano.

Una alternativa sería que la humanidad renunciara a la sociedad de sobreconsumo y a los beneficios que permite generar. Para los Amos del Mundo, esta solución no es factible. Una segunda alternativa sería que la humanidad invirtiera masivamente en las nuevas energías y en nuevas tecnologías que degradaran menos el medio ambiente. Pero las energías alternativas no alcanzarán a satisfacer enteramente los niveles de consumo actuales. Además eso costaría muy caro y no reduciría el riesgo de inestabilidad social.

Los Amos del Mundo han elegido otra solución: permitir a los más favorecidos conservar sus ventajas de una sociedad industrial altamente contaminante, pero reducir la presión global sobre el medio ambiente y los riesgos de inestabilidad social reduciendo la población mundial a 1.000.000.000 (mil millones) de habitantes de aquí a la mitad del siglo XXI.

Uno de los objetivos estratégicos de los Amos del Mundo es llegar a un control enteramente automatizado de la producción de la energía y los recursos, reemplazándo progresivamente el conjunto de los asalariados por máquinas. El documento sobre “las armas silenciosas” es muy claro a este respecto:

“Si la subida de las clases inferiores puede ser contenida durante bastante tiempo, la élite puede llegar a la dominación de la energía, y el pueblo, por consentimiento, no tendrá ya una posición de recurso energético esencial. Hasta que una dominación tal de la energía esté absolutamente establecida, el consentimiento del pueblo a trabajar y a dejar los demás tomar el control de sus asuntos debe ser tomado en consideración, en la medida en que un fracaso en este terreno llevaría al pueblo a interferir en la transferencia final de los recursos de energía al control de la élite.”

Poblacion MundialDesde hace cerca de 20 años, todo ha sido dispuesto para alcanzar una automatización total del proceso de producción. Para preparar el reemplazo del hombre por ordenadores y robots, los Amos del Mundo han decidido hacer converger las formas de trabajar del hombre y de la máquina. Es por eso que en las empresas hemos asistido a una “maquinización” o “robotización” de los métodos de trabajo, incluso en el sector terciario. Los trabajadores tienen cada vez menos margen de decisión. Su trabajo se limita a procedimientos rígidos y definidos por adelantado, unos procedimientos que se parecen precisamente a los de los ordenadores para así facilitar el reemplazo de los asalariados por máquinas.

Gracias a la robotización, a la informática y a la inteligencia artificial, la producción y el transporte de la energía y de las mercancías podrán ser pronto efectuadas enteramente por sistemas automáticos. El número de personas realmente necesarias para el buen funcionamiento del sistema es ampliamente inferior al número de asalariados actuales. Más aún si la demanda global de recursos se ve reducida por la eliminación de la población considerada inútil.

Una guerra de exterminio contra la población mundial ha comenzado. Los humanos considerados inútiles no son eliminados en campos de exterminio, sino suprimiéndoles progresivamente el acceso al espacio vital, a los alimentos, a la salud, a la educación, a la información y a la energía. La subida de los precios de los alimentos, la supresión o la reducción de los subsidios de desempleo, la bajada de las pensiones, el desmantelamiento de los sistemas de educación y de sanidad pública, y la privatización del mercado de la electricidad son otras tantas medidas recientes que van en ese sentido.

Los pobres, los precarios y los excluidos están condenados a una muerte lenta, por la miseria, la malnutrición, la enfermedad o el suicidio. El exceso de población podrá también ser eliminado mediante epidemias (diseminación deliberadas de virus en el aire, el agua o la alimentación industrial) y guerras.

Fuente: syti.net 

N. de la R.
Según el mismo medio, las organizaciones más importantes de los Amos del Mundo son:
La OCDE, es la organización iniciadora del AMI (AMI: Acuerdo Multilateral sobre Inversión, en inglés M.A.I.), concibe las reglas del comercio mundial e influye de muy cerca la política económica de los países occidentales. Reagrupa 30 países desarrollados que «comparten los principios de la economía de mercado».

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial diseñan la económica y el medioambiente del planeta por intermedio de préstamos y créditos otorgados a los estados del Tercer Mundo bajo la condición que estas apliquen una política económica de inspiración ultraliberal, con desprecio de las realidades humanas y ecológicas.

La Organización Mundial del Comercio (OMC, o WTO en ingles) fija las reglas del comercio mundial, reduciendo considerablemente el margen de decisión de los estados en el área de la economía o del medioambiente.

La Comisión Europea (o «Comisión de Bruselas») es el gobierno de la Unión Europea. Sus miembros no son elegidos directamente, y el publico nunca esta realmente informado de sus decisiones. Gran parte del poder de los estados es transferido a esta Comisión que no está sometida a un control democrático. (La legislación europea representa ya el 80% de las leyes aplicadas por los estados de la Unión.). Estas transferencias de soberanía han sido realizados por los políticos tanto de derecha como de izquierda, con el objetivo de hacer escapar del debate publico lo esencial de las decisiones económicas, sociales, y medioambientales.

Asimismo, la Comisión Europea está íntegramente bajo la influencia de lobbies industriales quienes son los grandes inspiradores de la reglamentación europea. La mayoría de los Comisarios europeos están estrechamente ligados a las multinacionales o a redes de influencia favorables al liberalismo y a la mundialización. Muchos miembros de la Comisión Europea son próximos (o miembros) del muy poderoso «Grupo de Bilderberg» y son participantes asiduos del World Economic Forum de Davos: Sir Leon Brittan, Pascal Lamy, Romano Prodi, Jacques Santer, Edith Cresson, Emma Bonino, Mario Monti

En el BCE (Banco Central Europeo), encontramos nuevamente otros participantes del Grupo de Bilderberg: Jean-Claude Trichet (presidente del BCE), Wim Duisenberg (ex presidente), Ormar Issing, o Tommaso Padoa-Schioppa.