ArbolesEspaña
Javier Martínez (26/8/2014)
La palabra Cultura deriva del verbo latino “colere”, que significa cultivar. Una forma del verbo es “cultum”, que en latín significa agricultura. El adjetivo latino “cultus” se refiere a la propiedad que tiene un campo de estar cultivado. Por esta razón, “cultura” quería decir “agricultura”, “culto” y “cultivado”.

Con el tiempo se empezó a comparar el espíritu de una persona ruda con un campo sin cultivar y su educación con el cultivo de ese campo.

Pues bien, acabo de quedarme estupefacto al contemplar como en el Parque de la Cuña Verde del distrito de la Latina en Madrid se arrancan árboles.

En unas obras de limpieza de los restos de una infravivienda o chabola, desgraciadamente construcción típica (1) de la capital europea llamada Madrid y aún en el tercer milenio, acaban de talar árboles de una circunferencia que demuestra una genealogía superior en años de existencia a toda la estirpe AznarBotella (2).

Los bárbaros nunca demuestran respeto por ninguna forma de vida ajena a su voraz afán de destrucción de lo común y de lo público.

¿Qué cerebro del equipo municipal madrileño promueve o permite tamaña incultura? ¿Qué empresa del clan de los “amigos de la mordida” ha realizado tamaño arboricidio?

Será acaso la misma empresa que según Bárcenas ha acusado ante el juez Ruz a Cospedal de haber recibido una comisión de 200.000 euros por quedarse con el servicio de limpiezas de Toledo?

En el informe de la intervención general del Estado remitido al juez Ruz dicha empresa Sufi, propiedad de Sacyr, incrementó su precio en 11 millones de euros, en esa elección arbitraria para hacerse cargo del servicio de limpiezas de Toledo por el gobierno Cospedal y que luego tras las elecciones ese mismo año 2007 refrendó la nueva mayoría PSOE.

Lo peor que estamos sufriendo los ciudadanos españoles durante estos últimos siete años no sólo es la corrupción  y más aún la impunidad de los corruptos, que incluso se van a la playa de vacaciones mientras la mayoría agoniza la calima en sus casas, sino que a todo ello se une la mayor incultura de esta casta que nos asola.

N. de la R.
Tras una larga discusión, que no debate, con el autor de este texto, y debido al agotamiento que produjo a la dirección de este digital, se optó por publicar el texto entregado por el señor Martínez sin modificación alguna. Eso no es obstáculo, cortapisa ni balladar para manifestar nuestra opinión y desacuerdo, no el continente y en la filosofía del mismo, sino en algunos conceptos y opiniones. Por ejemplo, no creemos ni consideramos que las “chabolas” sean “construcciones típicas” de Madrid.

Tampoco estamos de acuerdo en lo que se dice de la “estirpe Aznar-Botella”, pues consideramos que si se habla de estirpe habría que hacerla extensiva también a otras.
No es norma, y no es usual en esta redacción hacer comentario alguno sobre los textos que publicamos, pero a veces nos vemos obligado a ello.