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espacioseuropeos (15/9/2014)
Poco antes de que se cumplieran trece años del aniversario del 11-S, y tras haber aprobado importantes ayudas militares a Irak y a las comunidades kurdas, el presidente Barack Obama anunció al pueblo estadounidense el aumento de las incursiones aéreas en Irak y en Siria contra las milicias del Ejército Islámico.

Obama dijo: “Degradaremos y, en última instancia, destruiremos al Estado Islámico a través de una estrategia antiterrorista integral y sostenida… No dudaré en tomar medidas contra el ISIL en Siria, al igual que en Irak… Es un principio fundamental de mi presidencia que quien amenace a los Estados Unidos, no hallará ningún refugio”.

Esas incursiones aéreas servirán, según la estrategia del Pentágono, para apoyar a las tropas terrestres iraquíes con el objetivo de frenar el avance de las milicias sunitas. Rebeldes sirios, kurdos y tropas de Irak se han unido en su lucha contra las milicias del Ejército Islámico. A este conglomerado está ayudando estados Unidos con dinero, información y armamento.

El argumento de EEUU es que “En la lucha contra el ISIL no nos podemos fiar del régimen de Al Assad que aterroriza a su gente: un régimen que no recuperará jamás la legitimidad que ha perdido”, afirmó Obama.

Esas palabras han sido bien recibidas por los republicanos que, a pesar de ello, piden que su país se involucre más, enviando tropas terrestres, algo que de momento no parece estar en la mente del presidente estadounidense.

En ese batiburrillo de alianzas a la desesperada que se ha llevado a cabo en París, Australia se suma a los bombardeos contra el Estado Islámico, presionada por la decapitación del británico David Haines, cooperante de una ONG.

Veinte países han participado en el cónclave parisino –también los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU-, además de los de la zona donde las milicias islamistas se hacen fuertes. El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel García Margallo estuvo presente.

François Hollande, anfitrión de la jornada, se expresó así: “Esta Conferencia tiene un único objetivo: dar a las nuevas autoridades iraquíes el apoyo político necesario para luchar contra una amenaza mayor que se llama el Estado Islámico y que supone un peligro sobre Irak, sobre la región de Oriente Medio y sobre el resto del mundo. El cobarde asesinato de David Haines es un ejemplo terrible”.

Francia ha sido el primer país que se lanzó a dotar de poderosas armas a los kurdos –poco antes enemigos- para que sirvan de “mano de obra” frente al yihadismo en Irak. París no quiere quedarse de lado en lo que se avecina y así lo ha expresado su presidente que en sus peores horas de popularidad quiere caminar del brazo de Washington sin apartarse un milímetro.

España, como otros países europeos, se han visto desbordada por los acontecimientos, y todavía no ha respondido a la invitación de participar en la coalición contra el Ejército Islámico.