España
espacioseuropeos (28/9/2014)
El ex ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, había anunciado su alejamiento de la política tras haber dimitido por el escaso o nulo apoyo de Mariano Rajoy y la retirada de su proyecto de ley anti-aborto. A nosotros nos pareció un auténtico camelo ese anuncio de retirarse de la actividad política, apreciación que se confirmó pocos días después.
El partido que lidera Rosa Díez, Unión Progreso y Democracia (UPyD), nos ha sacado de dudas, al “descubrir” que Gallardón va a cobrar un suculento sueldo de 8.500 euros al mes como miembro del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid.
El Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid es una especie de “Consejo de Estado” a nivel nacional que no sirve para nada más que para acoger a ex altos cargos y políticos sin “destino”. Otra desvergüenza más de las muchas que existen en nuestro país. Con toda seguridad los madrileños desconocían la existencia de ese Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid.
A través de un escrito, UPyD dice que «Como miembro del Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, Gallardón ganará 8.500 euros al mes (…) se trata de un organismo cuya eliminación ha reclamado, hasta en tres ocasiones, el grupo parlamentario de UPyD en la Asamblea de Madrid».
A pesar de que en su escrito UPY, recogía que las funciones del consejo madrileño las podía llevar a cabo el Consejo de Estado, sin “gasto adicional para los madrileños», el resto de grupos políticos de la Asamblea de Madrid aprobaron en el mes de julio prorrogar la existencia de este organismo que supone un gasto inútil de 43 millones de euros al año a las arcas de la Comunidad de Madrid.
Nada más dimitir como ministro, Ruiz-Gallardón ha pasado a la nómina –sin dejar las otras como ex ministro y ex diputado- en el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, con un salario de 8.500 euros mensuales.
Ese organismo lo integran diez personas, a saber: el presidente, Ignacio Astarloa, dos consejeros permanentes, Joaquín Leguina y, desde ahora, Alberto Ruiz-Gallardón, seis consejeros electos y un secretario general.
Así, no es de extrañar que España esté en la ruina y que seamos uno de los países más corruptos del mundo.