Pedro Sánchez, lider del PSOE
Pedro Sánchez, lider del PSOE

España
José Luís Heras Celemín (110/2014)
Y se convierte en un arma parlamentaria, que “deja a los españoles con la boca abierta” por la forma en que los políticos la usan”.

– Quien “deja a los españoles con la boca abierta es usted”. La frase la pronunció el Presidente de Gobierno, en la Sesión de Pleno del Congreso de los Diputados del día 15 de octubre, en un turno de réplica a una pregunta hecha por Pedro Sánchez, que es el Secretario General del PSOE y líder de la Oposición.

Aunque con algunas indefiniciones, hasta ese momento el contagio por el virus del Ébola de la auxiliar de enfermería Teresa Romero se había entendido, y tratado, como lo que es: Un problema nacional importante, que ha llenado de alarma a todo el mundo y que merecía la atención de todos. Ya habían existido algunas declaraciones extemporáneas, se había especulado sobre el acierto o el error de la traída a España de los misioneros españoles portadores del virus, se había criticado la comparecencia de la ministra de Sanidad al conocerse el contagio, y se había condenado de forma unánime al Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez, por unas desafortunadas manifestaciones que él mismo calificó de “error”.

Pero hasta que Pedro Sánchez formuló su pregunta se veía, o se quería ver, un afán común. Salvar la vida de la enferma contagiada, tratar a los posibles portadores del virus de la mejor manera posible, y aportar cuantas ayudas y propuestas surgieran parecían ser las únicas pretensiones y afanes de todos: políticos, técnicos, sanitarios, periodistas y ciudadanos. Esa era la preocupación general que existía al principio y tras la que se relegaron los intereses, políticos y de todo género, que pudieran existir.

Sin embargo, cuando aún la vida de la contagiada estaba en peligro y la situación estaba sin resolver, Pedro Sánchez formuló una pregunta al Presidente Rajoy:

– ¿Cómo valora la actuación del Gobierno en relación a la crisis de salud pública del Ébola?

La pregunta, antes de ser leída en el Pleno, ya reclamaba atención. Las redacciones de las preguntas que se formulan en las Sesiones de Control al Gobierno tienen unas características peculiares. En torno a ellas hay un conjunto de técnicas, tretas y artimañas con las que aprovechar el tiempo que concede el reglamento a quien formula la pregunta. En ésta se hablaba de una “crisis de salud pública del Ébola”

Al comenzar Sánchez, se vio que tras la redacción había algo más. Las frases, y las entonaciones fueron surgiendo: “Desvergüenza del PP para responsabilizar a Teresa”, “Respeto a la enferma y silencio”, “Gobernar no es hacerse una foto”, “Presidente de un desgobierno”, “Vicepresidenta que se encarga de la Sanidad y una ministra que no se encarga de nada”, “Presidente de un auténtico desgobierno”…

En la réplica, Rajoy no dudó. En vez de embutirse en su oficio y misión de Presidente de Gobierno, director de operaciones y tranquilizador social, aunque sólo fue un momento, cedió al deseo de “arrearle un estacazo” a quien parecía haberse salido del tiesto: “Quien dejó a los españoles con la boca abierta es usted”, cuando habló de prescindir del ministro de Defensa o votó en contra de “un Comisario Español” en Europa. “Si tiene una sola idea apórtela”. Después, ya sí, se metió en el papel de Presidente del Gobierno: “Hoy este problema está encauzado y los profesionales están trabajando bien”.

Acabado el rifirrafe, tocó el turno de los teóricos números dos en la pregunta que el portavoz del PSOE, Hernando Vera, hizo a la Vicepresidenta del Gobierno. Ambos siguieron con la querella.

“Después de oír al Presidente del Gobierno, dan ganas de callar lo más importante” – empezó Hernando-, para, a continuación en el primer turno de palabra y en el de réplica, criticar decisiones, cuestionar el aislamiento de los trajes protectores de los sanitarios y el uso de la ambulancia para el traslado de la enferma, definir la actuación de la ministra de Sanidad, “que está liquidada”, y lanzar alguna pulla: “De la cara”, “El Gobierno no estaba”. Hoy está, pero no da explicaciones.”

En su turno, la Vicepresidenta siguió el ejemplo de Rajoy. Por una parte, se dedicó a devolver las andanadas: “Se trilla muy bien fuera de la parva”, “Usted está creando un auténtico desconcierto”, “Repase la posición de su grupo porque la responsabilidad no les dura ni veinticuatro horas”. Y por otra, en su función de miembro del gobierno, ejercer de gobernante: “Vamos a lo que preocupa: Prioridades, salvar la vida de la enferma, controlar los contactos y dar tranquilidad”.

Algo después, en las preguntas a la ministra de Sanidad, cuatro de ellas (las que les correspondieron los números de presentación 15, 20, 21 y 22) fueron hechas por cuatro diputados socialistas (Martínez Olmos, Heredia Díaz, Esteve Ortega y Grande Pesquero). Y en ellas se volvió a lo mismo. Ataques directos, despiadados incluso, con la pretensión, advertida y definida por alguien en el Salón en que la prensa sigue el acto,  de “como un martillo pilón, machacar a la ministra”.

Después, cuando ya la tranquilidad y el sosiego habían vuelto a la Cámara, con la noticia de una leve mejoría de la enferma contagiada, empezó el apartado V, en el que constan las interpelaciones urgentes.

Aunque la atención ya era menor, el Grupo Socialista aprovechó la ocasión para, al decir de un periodista, “terminar de achicharrar a la ministra con el Ébola” con una interpelación sobre el mismo tema y con un tono parecido: “Usted vive en un país de fantasía”, “Lo que usted hace es un auténtico despropósito”, “No se esconda tras las batas blancas de los médicos”, “Yo creo que usted es la peor ministra de la democracia”, “Esto no es un ataque personal, es una moción de censura política”, “Ustedes no pagaron por Gürtell, lo harán por el Ébola”.  

Soraya Sáenz de Santamaría
Soraya Sáenz de Santamaría

Como la Vicepresidenta y antes el Presidente del Gobierno, en esta ocasión también Ana Mato aceptó la confrontación y devolvió el envite: “No contesto a ataques personales”, “Su intervención es impropia de un parlamentario, de un profesional de la sanidad y de alguien que ha tenido responsabilidad en materias de sanidad”. Después, también como Rajoy y Soraya, ejerció de ministra: Mensaje de cariño a Teresa Rivero, agradecimientos a ella y a todos, la actuación del gobierno y una afirmación final: “En Sanidad no se gasta, se invierte”.

Afortunadamente, de la calle habían llegado noticias tranquilizadoras sobre la salud de la enferma. El virus del Ébola, mutado en el Congreso de los Diputados en arma parlamentaria, de momento se enfundó. Pero, acabada la Sesión, en el aire quedo un interrogante:

¿Debió convertirse en arma?