CEOE, UGT y CC.OO. con Rajoy.
CEOE, UGT y CC.OO. con Rajoy.

España
Alejandra Durrell (10/11/2014)
En plena crisis, diez sindicalistas de CCOO-UGT gastaron 1,1 millones de euros de Caja Madrid-Bankia entre los años 2003 y 2012, según información facilitada por la mayoría de los medios de comunicación. En este digital entregamos nuestro Chorizo del Día a los implicados en el uso de las Tarjetas Opacas de Caja Madrid-Bankia. 

Con ocasión de este escándalo, el sindicato CGT (Confederación General del Trabajo)  se pregunta en su página de Internet que es posible que pronto se conozcan “noticias parecidas, y se explique de una vez el por qué las ejecutivas de UGT-CCOO (incluyendo a la ejecutiva de Semaf también), que están sentadas en los Consejos de Administración de Renfe y Adif, se quedan mirando para otro lado totalmente entregados mientras desmantelan el Sector Público Ferroviario”.

Asimismo, se preguntan “¿Tendrán también nuestros Consejeros algún tipo de tarjeta black, blue o del color que sea?”. Y acuden para que lo explique a uno de los implicados, José Ricardo Martínez –comenta la misma fuente-, “trabajador ferroviario” y Secretario General de UGT-Madrid que según los medios de comunicación “ha participado activamente en esta bacanal embolsándose 44.200 euros”. Hay mas: “Cuatro sindicalistas de UGT (incluido José Ricardo) y seis de CCOO han “disfrutado” del dinero gratis total de Caja Madrid, mientras despedían a 4.000 trabajadores de esa caja, se engañaba con las preferentes o echaban a familias a la calle por no poder pagar hipotecas abusivas”.

La CGT reflexiona y dice que es imposible que esos individuos actuaran solos y  “que nadie” conociera lo “que hacían o que lo que han hecho solo les ha beneficiado a ellos. Los partidos políticos involucrados, la dirección de los sindicatos UGT-CCOO y la Patronal han formado y forman lo que algunos ya denominan “la casta”, al servicio de sus propios intereses únicamente”.

La acusación es firme: “Todos juntos son responsables del saqueo, ¿si no para qué nombra una organización a una persona?, ¿la nombra y se olvida?, ¿si no para qué se participa de ese tipo de política?, la respuesta es clara: todos sabían lo que pasaba y todos se beneficiaban”.

La alusión a Jordi Pujol es acertada: “A este tipo de prácticas será a las que se debería referir el corrupto Pujol, cuando decía que formaban ramas de un mismo árbol putrefacto y que, sí se agitaba, caerían todos”.

Sobre el mismo asunto ha tratado la página de Internet espiaenelcongreso, que pone en entredicho la participación de varios sindicalistas de CC.OO., UGT y SEMAF “en los Consejos de Administración de RENFE y ADIF” y  que todos ellos –los consejeros-, “poseen una tarjeta de viajes parecida a la “tarjeta black” de Caja Madrid”.  Esas tarjetas son  “opacas”, nadie sabe nada sobre ellas.

Nada más conocer este vergonzoso asunto, los representantes de CC.OO. en los consejos de administración de  RENFE y ADIF han devuelto esas tarjetas, pero no lo han hecho los sindicalistas de UGT.

“Ya es triste cobrar por ERE, por despedir trabajadores de acuerdo con los empresarios, pero encima es que presuntamente se los inventaban para robar dinero público”, comenta CGT en alusión a CC.OO. y UGT.

Con un “fuera el compadreo”, la CGT  alude a que “los “sindicatos del régimen (…) han decidido participar activamente en el desmantelamiento, sin mover un dedo mientras segregan las empresas públicas Renfe y Adif, más interesados en los resultados del proceso electoral que en defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras”. La denuncia continúa: “la casta sindical se ha desmarcado de las huelgas convocadas, no eran necesarias. Han dejado que se liberalice el sector, propiciando la privatización del corredor de Levante o, dejando hacer, mientras privatizan la infraestructura, los servicios logísticos o las estaciones. Cada vez queda más claro que los partidos políticos, sindicatos del régimen, patronal y sindicatos amarillos, han conformado un entramado para desviar dinero público a sus bolsillos”.

En un comunicado, fechado el 14 de octubre de este año, la CGT comenta que llevan muchos años denunciando el “desmantelamiento del Sector Público Ferroviario”, y acusan a los “sindicatos del régimen”  de haber “participado activamente en el desmantelamiento, sin mover un dedo mientras segregan las empresas públicas Renfe y Adif, más interesados en los resultados del proceso electoral que en defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras (…)  propiciando la privatización del corredor de Levante o, dejando hacer, mientras privatizan la infraestructura, los servicios logísticos o las estaciones”.

Zapatero con UGT, CC.OO., CEOE y CEPYME
Zapatero con UGT, CC.OO., CEOE y CEPYME

La Banca y los “sindicatos del régimen”
Más tarde, en otro comunicado hecho público a finales de octubre, denuncian que en CITYBANK –un ejemplo- “se pagaba directamente a CCOO y UGT por la firma de acuerdos que desminuían las condiciones de la plantilla del banco” y al “Banco CAM, donde la colaboración de los sindicatos SICAM, UGT y CSICA se pagaba, presuntamente (abierto en este momento proceso judicial) con suculentas dietas por asistencia a reuniones inexistentes y carentes de contenido. Donde la firma de un ERE se conseguía tras hacer un contrato indefinido a la hija o al hijo de sus altos dirigentes”. No se libra, como es lógico, Caja Madrid, donde “se conseguía el apoyo de sus sindicatos mayoritarios (CCOO, UGT, ACCAM) con suculentas compensaciones monetarias y en especie”.

La “colaboración sindical en la destrucción de puestos de trabajo que vivimos en el sector de la banca, explican su tibieza en la defensa de nuestras condiciones laborales, el no podemos hacer nada, el no podemos movilizarnos, etc.”

La CGT nos pone en alerta sobre  si hubo “prebendas” en el “Banco Sabadell por el acuerdo en la modificación sustancial de carácter colectivo que firmaron CCOO, CUADROS, UGT, ELA, CSC, CSICA y VIETNAMITA en 2013, donde con la excusa de un ERTE injustificado (la dirección planteó sobrante de personal en paralelo a las innumerables prolongaciones de jornada y contrataciones temporales vía ETT que vivíamos) consiguieron suspender durante dos años nuestras aportaciones al plan de pensiones por un valor de 16 millones de euros (con el agravante de que dichas aportaciones salen de nuestros salarios: doble expolio) y quitarnos  dos días de vacaciones, demostrando con este último acto que realmente faltaba plantilla en el banco”.