Emilio Lora-Tamayo
Emilio Lora-Tamayo

Madrid (España)
José Luis Heras Celemín (19/11/2014)
Cerca de la Plaza de Neptuno, el científico Lora Tamayo hablaba del mito de Prometeo, de investigación y del CSIC; y, a un par de centenares de pasos, José Antonio Monago, Presidente de Extremadura, bombero y abogado, lo hacía de política y, cuan Ave Fénix, renacía entre cenizas y citaba la prosa del japonés Haruki Murakami.

De buena mañana, en las aceras del Museo del Prado aún no había turistas, sólo dos agentes de policía, mujer y hombre, patrullaban con las porras y pistolones al cinto para seguridad de la reina, que iría después. En la manzana siguiente, en la Plaza de Neptuno, comenzaban la jornada laboral unos obreros que rehacían una acera con un pavimento caro: losa granítica extremeña desbastada con bujarda gruesa; y alcorques curvos de granito cortado con primor, casi labrado.

En el Hotel Ritz, como algunos lunes, el desayuno de Nueva Economía Fórum. Las azafatas, hermosas como siempre, vestían de verde. Poca prensa y personas del público distintas a las de otras veces. Se saludaban tranquilas, sin prisas, mirándose a los ojos, y escuchándose.

Al frente, el cartel anunciaba el Foro “España Innova”, con una referencia al Gobierno de España, Ministerio de Economía y Competitividad, y dos señales que daban seriedad al acto: Fundación Areces y El Corte Inglés. Parecía como si con ambas, colocadas a los lados de la referencia al Gobierno, se diera consistencia a éste y al acto que se iba a celebrar allí.

En la mesa principal, entre otros, dos secretarias de Estado, Montserrat Gomendio (de Educación, Formación Profesional y Universidades) y Carmen Vela (de Investigación, Desarrollo e Investigación) y dos rectores de Universidad: Sanz Martínez, de la Autónoma Madrileña; y Nombela Cano, de la Internacional Menéndez Pelayo.

Una tercera mujer, en la mesa de la prensa, echó en falta a compañeros, miró el anuncio que sobre la mesa indicaba el orador e hizo el siguiente comentario:

– Me he equivocado de hotel. Aquí viene un científico y esto va a ser un rollo patatero. Me voy al Palace, a lo de Europa Press. Habla Monago. Cuando termine, como está al lado, te espero allí y cambiamos información-, propuso a un compañero.

Al orador, Emilio Lora-Tamayo, le presentó la Ingeniera Industrial Amparo Moraleda como licenciado y doctor en Físicas, Catedrático de Electrónica en la Universidad Autónoma de Barcelona, dos veces presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que “con la sencillez propia de las personas con currículo brillante, se enfrenta a los presupuestos más austeros de la historia para desarrollar el I+D+i” en el CSIC, cuando cumple su 75 aniversario.

Lo que parecía un rollo patatero resultó una de las disertaciones más divertidas que se hayan hecho en el Ritz. Lo comenzó recordando el mito de Prometeo: Recién creadas, las criaturas se repartieron la astucia, la fuerza y la velocidad sin dejarles nada a los hombres. Prometeo, buscó y les dio a los humanos el fuego y la sabiduría. Ambos, fuego y sabiduría, fueron el trabajo de los filósofos de entonces que, con el paso del tiempo, se convirtieron en los científicos e investigadores que hoy trabajan en Investigación, Desarrollo e Innovación: el I+D+i.

En el septuagésimo quinto aniversario de la creación del CSIC, el científico reveló en qué consiste investigar: Ver lo que no se ha visto y conocer lo que nadie ha conocido. Siguió después explicando que “los países ricos hacen ciencia e investigación para ser ricos, mientras que los países pobres creen que los países ricos hacen investigación porque son ricos”. ¿Investigar en qué?, se preguntó, para aclarar que en una sociedad del conocimiento,  como la actual, procede investigar para conseguir los llamados retos de la sociedad: salud, cambio demográfico, seguridad alimentaria, energía segura, eficiencia en el uso de las materias primas. Todo ello para, en definitiva, conseguir un mundo al servicio de los ciudadanos.

El Presidente del CSIS, terminó contando la historia del Centro de Investigaciones Científicas, sus excelencias y logros, algunos episodios relevantes en la reciente historia de España (Desastres de Aznalcóllar y Prestige) y el futuro de la institución antes de contestar preguntas y mostrar que “el rollo”, por interesante y vivaz, había sabido a poco, a muy poco.

A unos pocos pasos, en el Hotel Palace, también de cinco estrellas, en un encuentro informativo organizado por Europa Press con el título “Extremadura, región emergente de España”, disertaba José Antonio Monago, Presidente del Gobierno de Extremadura y miembro ilustre de un Cuerpo de Bomberos en el que llegó a la categoría de Jefe de Sección.

Curtido en mil batallas, más una de carácter privado e íntimo, el político extremeño recordó el escándalo surgido por sus viajes a Canarias, algunos financiados por el

Senado y otros no. Y se presentó como el superviviente, con “fe ciega en sí mismo”, de una “tormenta” contra unos rivales que, según él, le han “hecho más grande” y convertido en una persona “más fuerte, más capaz y más valiente”, tras emerger, como el Ave Fénix, de las cenizas que conocen los bomberos.

“A veces, en la vida el destino se parece a una pequeña tormenta de arena que cambia de dirección sin cesar”…“Cuando la tormenta de arena ha pasado, no comprenderás cómo has logrado cruzarla con vida y ni siquiera estarás seguro de si ha cesado de verdad. Pero te garantizo que la persona que ha surgido de la tormenta nunca será la misma”-,  recitó poético al japonés Haruki Murakami.

Sintiéndose víctima de un sistema dispuesto a borrarle “pública y civilmente”, antes de volver a asomarse a la literatura, afirmó que no han conseguido vencerle, que ha sufrido “un montaje” (en el que se han venteado intimidades personales y en el que le han

intentado “romper las piernas”) y que, con el apoyo del Presidente del Gobierno, volverá a presentarse para conseguir la confianza de los extremeños.

“Al pasar la tormenta, ves que la primera semilla que brota es el Sol”, declamó la cita literaria.

José Antonio Monago
José Antonio Monago

Después, frases políticas en medio de un auditorio con políticos de su grupo, muy pocos y cada uno por un motivo (El Vicesecretario de Política Autonómica Javier Arenas, la Presidenta del PP de Madrid y ex de muchos cargos Esperanza Aguirre, y -casi inexcusable su asistencia, dados su intereses y raíces extremeñas-, Carlos Floriano, Vicesecretario de Organización del PP). También unas palabras preñadas de

sentimiento: “Me debo a mi pueblo. Gracias de verdad a todos los que estáis aquí por el apoyo y el cariño a Extremadura y querer acompañarme… Sé que los extremeños me quieren y yo quiero mucho a los extremeños, me voten o no. Sé el palpito que hay en la calle y sé de lo que soy capaz, lo que he hecho hasta hora y lo que voy a seguir haciendo por mi tierra”. Y el anuncio de que “haría públicas sus cuentas y fianzas… hasta los apuntes de la compra en Carrefour…Actualicemos nuestros saldos bancarios antes de las elecciones para que los ciudadanos sepan a quién es quién… Así volverá la presunción de inocencia a la política y nadie estará bajo sospecha”.

En la calle, los obreros, ajenos a los discursos en hoteles de lujo y a la Ciencia y la Política en Madrid, seguían a lo suyo: Construir con granito extremeño aceras por donde pisar; y proteger árboles con alcorques curvos hechos con métodos innovados por la investigación moderna. Los periodistas pasaron junto a ellos, les miraron con respeto, cambiaron la información recogida y echaron a andar…