Dos ex: Joaquín Leguina y Esperanza Aguirre
Dos ex: Joaquín Leguina y Esperanza Aguirre

España
José Luis Heras Celemín (26/11/2014)
Los dos brillantes, libérrimos y desempeñando el rol de vejetes políticamente incorrectos.  Joaquín Leguina, con la misión ornamental aceptada, lucía el puesto del hombre importante que fue y ejercía de ex, como representante varonil único en una mesa con cuatro mujeres. Y Esperanza Aguirre, también ex de muchos puestos, pero, aún con fe y proyectos, reteniendo, con la Presidencia del PP de Madrid y lo que conlleva, la resistencia a convertirse en el florero con el que ornar eventos sociales varios.

Ambos presentaban en el Club Siglo XXI de Madrid el libro de Mariló Montero “EL CORAZÓN DE LAS MUJERES NO TIENE REGLAS” que la editorial Temas de Hoy aventaba con siete folios sin substancia, restringiendo libertades de la prensa y exhibiendo un lema peligroso en el encorsetamiento que había procurado para el acto: “Haga lo que quiera hacer, lo que sienta que debe hacer. Diga lo que nazca desde su interior y sea usted misma. Rechace la vida que otros trazaron para usted y viva la que desea en realidad. Sea libre. Sea valiente”.

Y es que la editorial, a pesar de la realidad y de los personajes que habían utilizado como reclamos, decidió restringir preguntas y entorpecer la labor de una prensa que se negó a ejercer de comparsa. Podía ser de otra manera, pero los periodistas, fieles a su misión, aguantaron en silencio y cuando pudieron, por boca de Rosa Villacastín, manifestaron su queja:

Mariló, estamos aquí para apoyarte como compañeros, pero callados porque no nos dejan preguntar lo que queremos.

La autora del libro ofreció respuestas para “después de presentar el libro” y Paloma Segrelles, que presidía el acontecimiento, intentó mitigar la componenda. Pero no lo lograron. Hasta en cuatro ocasiones invitaron a intervenir a las cadenas de televisión y a la agencia EFE, que estaban cubriendo el acto, sin lograr otra cosa que el silencio de los profesionales (Paloma Barrientos, Carlos Jimeno y Rosa Villacastín entre otros), la necesidad de pedir silencio a los que no parecían mostrar interés en los discursos y un par de chascarrillos de unos locutores chuscos: Uno de ellos corrigió la equivocación de quien le daba la palabra para aclarar que la Cuatro, cadena a la que pertenecía, es casi lo mismo que Telecinco, pero con una unidad menos. Otro buscó la sátira recordando unas declaraciones desafortunadas de la propia Mariló sobre la forma de dar de comer a unos “negritos”.

Por lo que dijeron los que, en boca de Leguina, habían ido a “vender el libro”, contaba la editorial en la propaganda y se ojeó deprisa, dentro del libro se contaban las historias no ficticias de unas grandes mujeres desconocidas: Carmen (la madre de la autora), Soledad, Isabel, Alba…Y otras mujeres más conocidas: Irene Villa, la Reina Leticia, Estrella Morente, Ingrid Betancourt

Esperanza Aguirre, aguerrida como siempre y dicharachera, citó su amistad con Leguina y su “no conocimiento previo” a la autora del libro. Después, buscó la empatía de la audiencia con algunas ideas noticiosas: “Llevo dos años fuera de la primera línea de la política, pero en la primera línea para recibir las bofetadas”. Más tarde, cayendo en lo “políticamente incorrecto”, habló de una sociedad en la que hay corrupción; y de un futuro personal que citó despacio, leyendo, mirando por encima de las gafas y con unos tintes suaves, pero con una contundencia que sonaba a amenaza. Siguió con un panegírico del libro, citas con referencia a las historias contadas y las páginas en las que encontrarlas.

Calor en la sala, que Joaquín Leguina y algunas señoras combatían con abanicos y papeles doblados a modo de paipay. Y un par de frases importantes en relación con las mujeres (“El primer beso se da con los ojos”, “Después del corazón de Dios está el corazón de la mujer) antes de la felicitación final y unos aplausos no muy tibios, tampoco contundentes.

Leguina, caballerosidad con mujeres y nobleza obliga, reconoció la amistad con quien, como él, había estado en la Presidencia de la Comunidad de Madrid, recordó su libro MALVADAS Y PELIGROSAS en el que se cita a Esperanza Aguirre, la única española que aún vive y a la que se refirió como “Aguirre, la cólera de Dios” y, dato con fuerza noticiosa: “A la hora de la verdad en cuanto a la supervivencia de nuestro país, en lo fundamental estamos de acuerdo”.

– Aquí hemos venido a vender un libro –dijo mientras en la sala sonaba el timbre de la llamada entrante en un teléfono móvil que, por casualidad o aposta, entonaba el Himno nacional.

Después, se aplicó al acto: El libro va sobre “unas historias de mujeres e injusticias”. “Es una colección de relatos cortos de buena literatura y sin sensiblerías”, “Historias de mujeres sin historia”, “Soñadora con samaritana”, “La historia de unas parias en la India”, que “eso sí son castas y no las que denuncia el vicario Errejón”, “El macho alfa Iglesias, con la fealdad de Steven Spielberg, pero con poder”.

Y, como final: “Un trono para esta señora”.

La autora, a diferencia de sus presentadores, políticamente correcta: Le pidieron un libro para señoras de 40 ó 50 años que cambió por el editado. Esperanza, en activo o en pasivo, siempre está viva; es valiente y ha estado rodeada de hombres que minaban.

Leguina virtuoso, porque ama a las mujeres y critica a los hombres; valiente y políticamente incorrecto. Pacto de Estado para buscar respeto a las mujeres. Soy hija de Hermida. En mi actividad profesional interpreto la realidad y cuento historias.

Y una afirmación, que sonó a queja: Estoy defenestrada públicamente.

Al terminar, dos mujeres de edad mediana intercambiaron unas frases:

– ¿Qué te ha parecido?, –preguntó una.

– Cosas de Mariló, –contestó la ora.

Me di la vuelta y miré hacia la autora. Estaba de frente, alta, morena y de buen porte. Recordé la foto famosa de unos mirones ilustres. Pero no dije nada, me quedé con lo dicho por la señora: Cosas de Mariló.